Sara Mujica, vecina de Telde de 86 años, perdió la vida ayer en el barrio del Valle Jinámar tras recibir nueve puñaladas. El presunto agresor fue su nieto, Enrique "el peluquero", de 33 años, quien perpetró el ataque con unas tijeras de cocina de grandes dimensiones, tras protagonizar una violenta pelea con su padre minutos antes.
Se da la trágica circunstancia de que el agresor se vio envuelto en una sangrienta pelea el pasado Viernes Santo, que acabó con una herida en la mano por un disparo de escopeta.
El Valle de Jinámar sigue conmocionado por el doble episodio de sangre y muerte. Jesús (Suso) Santana, presidente del colectivo Entre Amigos, lamentó en declaraciones a COPE Gran Canaria el trágico suceso: “Es una putada, una cabronada lo que ha pasado y da mucha pena, porque el barrio no se merece estas cosas”, expresó.
A su juicio, este enclave de viviendas de promoción pública, con un población de más de 17.000 habitantes,tiene que soportar el injusto estigma de ser conflictivo: “Siempre nos toca y se habla gratuitamente de Jinámar, pero para hablar del barrio hay que estar aquí viviendo 45 años, cuando nos negaban el pan y la sal y no nos querían ni el municipio de Telde ni el de Las Palmas de Gran Canaria. Esto ha pasado aquí como podía haber ocurrido en La Paterna o la Feria”, declaró.
Por otro lado, Santana reconoce que falta seguridad en las calles: “Es cierto que falta seguridad, hay inseguridad en las calles y se tienen que emplear a fondo, porque no se trata sólo de matar a una mujer o de peleas entre bandas, que esto parece México, es un problema de inseguridad”, dijo, antes de desmentir que el miedo se haya instalado en sus vidas: “Parece que haya miedo en las calles y que no se pueda salir y eso es mentira. Hay que salir y hacer vida rutinaria”, aseguró.
La víctima era una persona alegre y risueña, que pertenecía a la agrupación folclórica Gran Faycán y a la murga Tutti Frutti del Centro de Mayores de Telde. Salvador Santana es el monitor de ambos grupos y conocía perfectamente a la fallecida: “Es un duro palo para sus familiares y para sus amigos. No me lo creo hasta que no la vea. Sara tenía muchísimos amigos por su forma de ser”, explicó, al tiempo que confesó no haber detectado un ambiente conflictivo en su familia: “Nunca vi un entorno familiar diferente ni detecté problemas y conozco muy bien a muchos de sus familiares y, aunque los hubiera, Sara los convertía en cosas diferentes”, recordó.
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