El café de la concordia

Es vox populi que las relaciones entre Nueva Canarias y el PSOE en Telde no pasan por su mejor momento, si es que lo han tenido. Los dos socios mayoritarios del Pacto andan a la gresca desde prácticamente los primeros compases del mandato. Unos enfrentamientos que se han recrudecido en las últimas semanas a raíz de la reciente incorporación de Coalición Canaria. Decisión que los socialistas han terminando aceptando pero con la que ni de lejos comulgan.

Y es que sin bien decía el célebre estadista y político alemán Otto von Bismarck que la política no es una ciencia exacta, Telde, un municipio tristemente acostumbrado a las continuas refriegas en este campo, no es ni mucho menos la excepción que confirma la regla.

Aquí, la gestión de lo público, más que una disciplina inexacta parece una actividad propia de la ciencia cuántica. Volátil, imprecisa, con multiplicidad de estados, llena de incertidumbres y de misteriosos fenómenos. Como por ejemplo el que sucesivamente hace cambiar de opinión al PSOE en cuanto la remodelación del Ejecutivo promovida por la alcaldesa Carmen Hernández para dar cabida a los dos concejales de Coalición Canaria y liberar, de paso, a los ediles de Nueva Canarias de la sobrecarga de trabajo a la que durante meses se vieron sometidos desde la repentina salida de Más por Telde y tras la negativa de los socialistas a asumir nuevas áreas.

Pues bien, al margen de estas visibles y conocidas discrepancias, el mes de noviembre parece que se estrenó en la ciudad con un cierto ambiente de tregua. Esta mañana, aprovechando la primera comparencia pública que hacían los líderes de los cuatro socios del Pacto –una cita convocada para anunciar los proyectos que el Ayuntamiento presentará al programa de los fondos del IGTE–, Carmen Hernández, Alejandro Ramos, Pablo Rodríguez y Juan Martel departieron amistosa y sonrientemente durante unos minutos, antes de comenzar la rueda de prensa.

Pero la charla desarrollada al abrigo de los centenarios laureles de indias de San Juan, a la que incluso se sumó el socialista Gregorio Viera, no quedó ahí. Tras la cita con los medios de comunicación, los cuatro primeros espadas del Pacto –Alejandro Ramos y Carmen Hernández juntos a un lado, Pablo Rodríguez al otro y Juan Martel en el medio como buen centrista– se marcharon a una cafetería situada a no muchos metros de las Casas Consistoriales para entablar el segundo acto. Compartieron mesa y mantel mientras pulían diferencias y degustaban un café que ya ha sido bautizado por los medios de comunicación como "el de la concordia", que no de la concordancia. Todo sea dicho de paso por aquello del sonrojante vídeo o (desa-tino navideño) que hace unos inviernos, para rubor de muchos, se convirtió trending topic en Telde.

Este café de la concordia, que en cualquier otra ciudad de España pudiera parecer un hecho cotidiano enmarcado dentro de la normalidad democráctica, resulta toda una rareza que no pasa por alto para los más avizores observadores de la actualidad política local. Ahora queda por ver si Nueva Canarias y PSOE zanjan sus desavenencias y cierran de una vez por todas la polémica reorganización de áreas y concejalías, de manera que puedan concentrar todo el esfuerzo y atención en lo que verdaderamente importa a los ciudadanos: en la gestión de la Institución municipal y en combatir el hastío y los no pocos problemas de los que adolece la que todavía es la cuarta urbe de Canarias.