Esta semana se han conocido nuevos datos alarmantes sobre la brecha que sufre la mujer a son del Día de la Igualdad Salarial (22 de febrero) y que Comisiones Obreras ha divulgado en aras de la concienciación política y social sobre un tema en el que queda mucho por avanzar. Y decimos mucho porque el avance, que lo ha habido, en los últimos años precisamente ha sido al compás de los aumentos sucesivos en el Salario Medio Interprofesional (SMI). Es decir, es el SMI el que equipara y vehicula esta demanda. Como es habitual, es el sector público y no el privado el que sirve de guía.
Desde luego, a menor salario y desigualdad a favor de los hombres, las mujeres pierden independencia, posibilidades vitales y autoestima. Es intolerable. Comisiones Obreras, sindicato de clase y feminista, advierte de la necesidad de unir esfuerzos para combatir la pobreza y la pérdida adquisitiva que afecta a las mujeres.
Los datos son claros: las mujeres perciben de media 4.721 euros al año menos que los hombres. Para lograr la equiparación, el salario medio de las mujeres tendría que experimentar un aumento del 20,9%. La brecha está ahí, es pura cotidianeidad.
Y detrás de la realidad laboral y de las nóminas, asoma el esfuerzo de las mujeres (que no asumen los hombres) por cuidar a mayores y menores. Las cargas familiares no se reparten de manera equitativa. Por no mentar aquellos sectores profesionales feminizados, con peores condiciones, y los ‘techos de cristal’ que impiden que las mujeres gocen de trayectorias profesionales ascendentes.
La desigualdad y pobreza de hoy, si no se hace nada, es la de mañana. Se enquista. Las mujeres deben ser empoderadas en el ámbito laboral, cuando menos, con el mismo salario. El sindicato, con el lema ‘Por hacer más, ganamos menos’, reclama mayor atención y medidas efectivas para subsanarlo a la mayor brevedad.
La tasa de actividad de los hombres es de un 63,5% y la de las mujeres queda en un 53,7%. Las mujeres que están con los cuidados, en el hogar, no entran en la estadística como debe ser pues quedan en la franja de los inactivos. Por el contrario, están trabajando, y tanto que lo hacen en el día a día para que otros (los hombres, mayormente) puedan ir a la fábrica o a la oficina. El SMI ha reparado en parte una brecha salarial aún mayor hace una década. Desde 2018 se ha mejorado, 6 puntos para ser exactos. Pero hay que seguir. No caben dilaciones con la desigualdad de género. La brecha salarial existente se antoja injustificable. Comisiones Obreras ha puesto el foco en un tema esencial. Tomemos conciencia.
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