Jesús Morera y pactar con CC

Jesús Morera ha apostado siempre no solo por la sanidad pública sino por la expansión de esta a cotas más altas. Decir esto en esta tierra adquiere mayor cariz: a nadie se le escapa que Hospiten, Hospital Perpetuo Socorro y Hospitales Universitarios San Roque, y otros, tienen poder. Mucho poder. Tienen más poder que un diputado en el Parlamento en Tenerife (representante del pueblo) del partido que sea. Desde estos centros directivos llaman a cualquier medio de comunicación o siglas políticas y atienden la llamada al instante. Publicidad constante. Campañas electorales. Qué más contar…

Digo lo anterior porque Jesús Morera acarrea el coste de defender estas premisas desde hace tiempo. El neurocirujano está reconocido entre los mejores, apreciado por numerosos pacientes (y sus familias) que han pasado por sus manos.

Que un neurocirujano de su talla no tenga cabida, a efectos prácticos, en el PSOE (no le dan cancha) es un síntoma de cómo están los partidos. En vez de aprovecharlo a él y a otras personas con talento, los aburren. En verdad, se pierde un político y se gana un neurocirujano, que no está la sanidad pública para derrochar valía. Pero dice mucho de la degradación que atañe a la sociedad, partidos mediante.

Y para ser honesto con la audiencia: en 2015 me ofreció ser su jefe de Gabinete en la Consejería de Sanidad. Decliné entonces el ofrecimiento, dando las gracias desde luego. Era la legislatura del pacto entre CC y PSOE, que duraría poco porque Fernando Clavijo acabaría expulsando a Patricia Hernández y los consejeros socialistas en plenas fiestas navideñas.

Un día estaba reunido con Ángel Víctor Torres en la residencia oficial del presidente en Ciudad Jardín de Las Palmas de Gran Canaria, y al aruquense lo llamaron enseguida de un medio de comunicación para advertirle que sabían que estaba en ese instante con Morera. ¿Cómo se habían enterado si se gestionó con la máxima discreción? ¿Quién hizo la llamada hospitalaria (público o privada) al medio de comunicación?

A Jesús Morera lo atacan ahora para quemarlo antes de tiempo e impedir que sea consejero de Sanidad en el próximo pacto entre el PSOE y CC, que desde sectores socialistas y mediáticos en Gran Canaria ya se trabaja intensamente. Quieren dejarlo fuera de juego antes del reparto institucional, aunque el PSOE en los últimos años no haya contado con él. No gusta que defienda la sanidad pública justo cuando en Madrid las calles son ocupadas por la ciudadanía para protestar contra los recortes y las privatizaciones de Isabel Díaz Ayuso. Podría traer problemas a partir del verano de 2023. Este es, ni más ni menos, la mar de fondo que balancea al neurocirujano.