Al caso Mascarillas se une el caso Mediador. Y justo en los últimos meses de la legislatura de Ángel Víctor Torres. Fuerteventura ha provocado orgánicamente sobresaltos al PSOE, bien con Blas Acosta o con los hermanos Fuentes. Uno y los otros se reparten el partido. Los secretarios generales de las distintas siglas están cada vez más sujetas al neoinsularismo; salvo Casimiro Curbelo que se gobierna a sí mismo y expande su influencia a El Hierro: todo sea por una Vicepresidencia, cuando menos.
En la Transición el recuerdo que tenía el PSOE de la Guardia Civil era el peor posible. Era la larga herencia de la dictadura. En el País Vasco ni digamos. Socialistas y picoletos eran el agua y el aceite. Después llegó el ‘felipismo’ a La Moncloa, en 1982, tras el 23F, y tocaba ganarse a los picoletos para sorpresa de la militancia del PSOE. Por no mentar el papel de unos guardias civiles orquestados desde Madrid en el cuartel de Intxaurrondo, las torturas y los GAL.
Las apariencias engañan: hace una década ver al general Francisco Espinosa infundía respeto. Se le veía, si no recuerdo mal, en el Estadio de Gran Canaria (con asiento noble) y en los actos del Cabildo en la Casa Palacio de Bravo Murillo. La imagen de rectitud, salvando la presunción de inocencia, se ha desvanecido por completo. ¡Un general de la Guardia Civil presuntamente trapicheando y cobrando mordidas! Menuda cara pondrían los de asuntos internos.
En Ferraz querían medidas urgentes. Pero la suspensión de la afiliación no resiste la indignación de las redes sociales. Y eso que entregó el acta. Juan Bernardo Fuentes Curbelo ha tenido un puesto y otro dentro del PSOE. Los hermanos Fuentes han aupado o no a los militantes majoreros. Las listas son las listas. Y ellos deciden. Es lo que tiene ostentar el control orgánico, que Torres (o el que sea) tiene que tragar con las hipotecas insulares.
Hasta la mítica marca Sandra está inmersa en el caso Mediador. Y luego los ves en el puesto de sus productos en las citas en Infecar con una sonrisa de oreja a oreja. Realmente, esta trama tiene muchos componentes de película y, no siendo menos, un grado de soberbia: se creían que a los ganaderos podían engañarlos al calor de las ayudas de la Unión Europea. Pensaban, en el fondo, que los ganaderos (estos sufridores) aguantarían con todo porque no saben defenderse. El revés que han sufrido los implicados en el caso Mediador ha sido mayúsculo. La sabiduría del campo y de la ganadería en las islas acumula sapiencia.
En Presidencia tratan de amortiguar los daños provocados por los Fuentes en Fuerteventura. Ángel Víctor Torres quiere renovar en el poder y, como es lógico, no quiere que nadie se lo fastidie. Él ni los demás que están en el Ejecutivo. Menuda tarjeta de presentación le deja Juan Bernardo Fuentes Curbelo al PSOE. La justicia dirá. Eso sí, la campaña electoral ya está aquí. Jolgorio y leche fresca.
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