Plantón a Sánchez

En Marruecos el rey reina y gobierna, aunque sea porque el Gobierno, en última instancia, rinde cuentas (formal o materialmente) ante Mohamed VI. No es una monarquía parlamentaria. La excusa de algunos de que Mohamed VI está para despachar directamente con Felipe VI, no cuela. Y no solo eso, hay que añadirle otras dos claves: España para Marruecos (como país vecino) no es cualquier otro Estado y, la otra, Rabat ha despreciado el ‘volantazo’ de Pedro Sánchez que ha realizado con respecto al Sáhara Occidental. Es más, esto último le ha provocado un enfriamiento a Madrid en sus relaciones con Argel. Y nada de esto, digo nada, lo ha valorado Mohamed VI aunque fuese para recibirle de pura cortesía por unos minutos. El plantón, el bofetón, es mayúsculo. Por no mentar que la misiva de Sánchez fue filtrada a la prensa precisamente por Rabat. Suma y sigue.

El problema para Canarias es que se está decidiendo el futuro de las relaciones entre los dos Estados y no pintamos nada. A Madrid, a Sánchez para ser precisos, le puede ser indiferente qué sea del Sáhara Occidental. Para los isleños todo lo contrario. La expansión de Marruecos hacia el sur, lo que ellos llaman sus provincias del sur cuando son en realidad los territorios ocupados pendientes de un proceso de descolonización, está muy cerca del archipiélago y puede ser (o será directamente) una fuente de problemas para las próximas generaciones en Canarias. A la vuelta de un par de décadas, quizá antes, muchos se acordarán del precio a pagar por el giro de Pedro Sánchez.

Después de la tragedia vivida en el muelle de Arguineguín (Mogán) y en las fronteras de Ceuta y Melilla, recurrentemente, ¿cómo Pedro Sánchez permite que Mohamed VI proceda así? ¿Acaso merece la pena semejante viaje oficial? Las relaciones diplomáticas de España con Marruecos no se van a normalizar, simplemente podrán ser de una manera (la que le interesa a Rabat) siempre y cuando pasemos por el aro. Si asumes el chantaje del que no es un socio democrático, habrá falsa paz por un tiempo. Pero nada más. Todos los chantajes implican una espiral creciente. No se normaliza nada, por mucho que José Luis Rodríguez Zapatero haya arrojado esfuerzos por todas las latitudes para visualizar el cambio del PSOE en cuanto al Sáhara Occidental. Muy lejos queda cuando Felipe González visitó los campos de refugiados de los saharauis en Tinduf (Argelia) y les prometió que les acompañaría hasta la victoria final…

Mohamed VI dice que recibirá a Sánchez en otra ocasión. Que más adelante podrán compartir un cortado o lo que se tercie. Por ahora a Mohamed VI le viene mal. Su agenda está muy ocupada. Gracias que ha sacado unos minutos para llamar por teléfono a La Moncloa. Puede que aún no le hayamos agradecido lo suficiente dicho esfuerzo. Léase la ironía. Lo que no lo es, aunque no lo recuerden, es que este 2023 es año electoral. Y, a este paso, puede que el encuentro (con suerte) de Mohamed VI con Pedro Sánchez sea en calidad de expresidente del Gobierno.