La ampliación de capital del Grupo Prisa (‘El País’, Cadena Ser…) por 130 millones de euros ideada por Joseph Oughourlian no está saliendo como esperaba o, mejor dicho, puede tener trampa. El financiero francés con raíces armenias ya se ha dado cuenta que se metió en un callejón sin salida, al entrar en Prisa en su día, porque Pedro Sánchez en el presente no ha facilitado el oxígeno financiero amén de la entrada de la familia Berlusconi que se barajó. Sánchez no iba a ser para el Grupo Prisa lo que fue en los ochenta y noventa Felipe González.
Así las cosas, la única opción que le queda a Joseph Oughourlian es que su implicación accionarial tenga una jugosa contrapartida en Indra (compañía en el ámbito de defensa que está en el índice selectivo de IBEX 35) y, no siendo menos, el Grupo Prisa se estabilice en 2023. Una victoria de las derechas en las elecciones generales tendrá como posterior enemigo a batir al Grupo Prisa. De hecho, Joseph Oughourlian no tendrá acercamiento posible al PP. Dicho en plata, la repetición del otrora parche entra Soraya Sáenz de Santamaría y Juan Luis Cebrián ya no es posible; imposible con Vox en la Vicepresidencia en La Moncloa.
¿Qué ocurre? Que uno de los que quieren suscribir los bonos convertibles e ir a más en su peso accionarial, y ya está dentro del Grupo Prisa, es Vivendi. Pero detrás de Vivendi está Vincent Bolloré, un empresario que anida en el sector mediático y que ideológicamente se ubica en la derecha. Este nunca aupará a Pedro Sánchez ni al PSOE. Vincent Bolloré públicamente ha apoyado a la extrema derecha francesa del Frente Nacional, a Le Pen, tal como se ha encargado de recordar ‘Libre Mercado’.
Quizá por eso, la familia Polanco, que estaba renuente con la idea inicialmente, se ha animado al final con la emisión de obligaciones. Detrás de ese paso puede estar el temor de La Moncloa o el afán del Banco Santander (que es accionista) de no darlo todo por perdido. Por consiguiente, la línea editorial del Grupo Prisa (‘El País’, Cadena Ser…) puede virar en cualquier momento e ir contra el PSOE. Todo ello justo en 2023, el curso electoral por excelencia que determinará lo que sobreviene.
Ni Ferraz ni La Moncloa les interesa permitir que Vivendi se haga con el control, a efectos prácticos, del Grupo Prisa, cuya deuda acumulada supera los 900 millones de euros. Si ‘El País’ y la Cadena Ser girasen al centroderecha (por decirlo de algún modo) irán a por Pedro Sánchez y el PSOE. El arma que le queda en estos momentos a Sánchez son las limitaciones legales en operaciones estratégicas de mercado. O que el interés por Indra satisfaga a Joseph Oughourlian. Encima, según informa ‘elEconomista.es’, hay convocada una huelga de los trabajadores en los medios de Prisa para el 31 de enero y el 1 y 2 de febrero. El cóctel es morrocotudo. Todo esto, que es mucho, se está jugando ahora.
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