Ayer en la sede de NC se produjo una comparecencia histórica, de las que quedan para la posteridad. Resuelto el recurso de nulidad en vía judicial se retorna a la legalidad previa (cercenada por no haber permitido a NC defenderse en tiempo y forma), se mantiene los derechos intactos y se concurre a las citas electorales de 2023 con absoluta normalidad. Román Rodríguez, arropado por diversos dirigentes, sacó pecho tras meses de asedio de otros partidos y sus terminales mediáticas que trataron de laminar lo que no han podido: una realidad política formal y material que atesora décadas de trayectoria en el nacionalismo y la izquierda canaria. Como si, de repente, con un soplo burocrático se pudiera disipar la herencia ideológica de un pueblo isleño que evoca su relato desde el drama de la zafra y el llamado triángulo de la pobreza en Gran Canaria.
Una fortaleza municipalista que se articuló desde los primeros comicios en 1979 y que se mantiene viva hoy. En Santa Lucía de Tirajana nació todo, entre tomateros, mujeres sufridas y resistencias al cacique de turno, y por eso ya el PP busca artimañas para desestabilizar la alcaldía tirajanera, el pacto entre los socios, de cara a los comicios al Cabildo. La derecha insular aún en el presente, aunque sea en democracia, se afana en neutralizar el movimiento popular de raíz tirajanera que ha asegurado holgadas mayorías en el consistorio y ha operado de feudo a la Casa Palacio de Bravo Murillo. Si por un casual en Santa Lucía de Tirajana hubiese gobernado ahora CC, el PP estos últimos días se hubiera mantenido impasible. Con ATI y sus satélites el PP no quiere problemas. Temen el clamor de justicia, temen la reivindicación colectiva de los servicios públicos y temen la consistencia de la conciencia del pueblo canario consolidada de Telde hacia el sur.
Así pues, NC se prepara para las elecciones. Y, siguiendo a Nicolás Maquiavelo, a tu enemigo gánatelo o destrúyelo, pero no andes con medias tintas. Y, por tanto, aquellos que estos últimos meses han pretendido finiquitar directamente a NC, al no lograr su objetivo, la han hecho más fuerte. No solo está en el Registro de Partidos Políticos sino que actuará con los derechos que le asisten.
NC es el que mejor está posicionado (y convencido) para defender la plurinacionalidad del Estado. Porque este será el tema crucial en la agenda política de los siguientes años cuando el PP de la mano del neofascismo emprenda la recentralización y la liquidación de las autonomías. La hipoteca de Vox al PP le va a pesar mucho, le va a salir carísima. CC sigue, a su manera, esa estela al querer unirse a los populares en futuros pactos. En Gran Canaria tropiezan con la impotencia. NC dará batalla política y continuará el itinerario histórico que como organización se ha trazado. Ante la amenaza neofascista hacen falta ayuntamientos (Telde, Gáldar, Agüimes, Santa Lucía de Tirajana…) que se erijan en baluartes de la democracia y del Estado del Bienestar al tiempo que afianzan el nacionalismo canario. Otro tanto en el Cabildo y las restantes instituciones. Querían agitar la ilegalización de NC y no han podido. Toca el contraataque democrático. Procede hacerse valer en las urnas, con más empeño que nunca.
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