Al final, imperó la cordura: la jueza levantó el veto a la distribución del sello que confeccionó Correos por la conmemoración del centenario del PCE. Sí, el mismo PCE que edificó el proceso de la Transición. Sin los comunistas presentándose a las primeras elecciones generales de 1977, la democratización no hubiera sido posible. Los militares no estaban dispuestos a ir más allá de la legalización del PSOE. Pero hasta Felipe González veía indispensable que Santiago Carrillo y los suyos participaran de la cita con las urnas, mediando la legalización pertinente.
Con todo, lo que ha sucedido con el escándalo del sello de marras, es una señal más de la distorsión que se está haciendo de la Historia de España. El neofascismo galopa gracias a la digitalización de los bulos instantáneos. Encima que aquí murió el dictador en la cama, no fue Portugal con su Revolución de los Claveles, y, por tanto, la ruptura no la fue del todo de un día para otro ni mucho menos, tenemos que aguantar este revisionismo que empezó en la era Zapatero cuando ya algunos historiadores trataron de decir que la Guerra Civil comenzó en 1934 con los sucesos de octubre en Asturias y no en 1936 fruto del golpe de Estado contra el sistema democrático vigente. Ese marco se acelera ahora amén de la extrema derecha que prolifera en el universo de internet.
Por otro lado, otro tanto acontece con la libertad de expresión, cada vez más deteriorada. Nada bueno. La democracia representativa tal como la hemos concebido en las últimas décadas, está en serio peligro. Se otea una ola reaccionaria que podrá gobernar si no hay contención neofascista. Y no la habrá porque basta con repasar las pullas últimas entre el PSOE y Unidas Podemos al calor de Yolanda Díaz o la reforma del Código Penal promovida por Irene Montero. Así no hay Gobierno de coalición de izquierdas que se sostenga en el tiempo.
El sello de referencia del PCE, sus vicisitudes judiciales para ser exactos, es un adelanto de lo que está por venir. Y es solo un sello destinado para coleccionistas. Pero el ‘trumpismo’ está instalado en España de la mano de Isabel Díaz Ayuso y Vox. La supuesta moderación de Alberto Núñez Feijóo es una carcasa que decae sin más ante la realidad de que tendrá que pactar, y lo hará, con la ultraderecha. Si ahora están ambos en la oposición, cómo será cuando tengan rúbrica en el BOE.
El ‘carrillismo’ pagó un alto precio en la Transición: aceptar la monarquía y renunciar a la bandera republicana. La izquierda afanaba la democracia y había miedo a que sucediese algo similar a lo de Chile en 1973 cuando Pinochet liquidó a Salvador Allende producto del golpismo. Si alguien está interesado en hacerse una composición de lugar de lo que ha sido el PCE en la Historia de España que acceda al documental ‘Parias de la tierra’ (2021), dirigido por Rodrigo Bazzano y Rosa Valiente. En Alemania acabaron con el nazismo y en Italia con el fascismo, aquí seguimos aún afectados por las rémoras del franquismo que impregnaron la Transición. Menuda hipoteca.






















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.120