El problema no es en sí la crisis del modelo de sostenibilidad del periodismo, que lo es, sino la descomposición del mismo cuando se presta a propagar informaciones falsas (por tanto, no es información) y mentiras de toda laya que provienen de las llamadas cloacas del Estado. Ayer el Grupo Prisa (‘El País’ y la Cadena Ser) apuntó a La Sexta. Àngels Barceló criticó a Antonio García Ferreras por prestarse al juego del comisario Villarejo. Ferreras enseguida le contestó a Barceló; y, de paso, a Unidas Podemos. Y la guerra mediática entre ambas plataformas ha estallado.
La víctima de este episodio ha sido Pablo Iglesias y Unidas Podemos. Las cloacas del Estado se activaron para tratar de desgastarles mediante falsedades. Recordemos que eran los años en los que se especulaba con el posible ‘sorpasso’ de Podemos al PSOE. Mariano Rajoy gobernaba en La Moncloa. Y la izquierda sociológica se refugiaba mediáticamente en La Sexta los sábados por la noche. Así pues, La Sexta (su propietario es el mismo que el de Antena 3 y el diario ‘La Razón’; contenta a todos los gustos políticos) apostaba por ir carcomiendo al Grupo Prisa que ya desde entonces no disponía de la hegemonía que tuvo durante el largo ‘felipismo’.
Lo de ayer, el cruce de opiniones protagonizado por Barceló y Ferreras, abre una nueva dimensión. No solo es un síntoma de cómo está el periodismo con respecto a lo que fue, que también, sino que la guerra está desatada. La política y el periodismo están confundidos cada vez más. La política, su ritmo, está en YouTube, para entendernos. La crisis de la intermediación ha desarbolado a las empresas periodísticas y les ha restado el poder que tenían. Es más, pensemos que recientemente, al calor del descenso de la cotización de las acciones del Grupo Prisa, se masculló diversas operaciones para su compra por diversos contrincantes. Hasta Vocento meditó hacerse con el Grupo Prisa; y no sería de extrañar que con el tiempo (en función del bipartidismo en Madrid en los próximos años) vuelva Vocento a la carga con una opa hostil o similar. De hecho, esto podría estar estimulado en el caso de que Alberto Núñez Feijóo alcance La Moncloa. Las victorias de Feijóo en su tierra no se entienden sin el apoyo editorial de ‘La Voz de Galicia’ que, precisamente, tiene suscrito un acuerdo con Vocento de suministro de contenidos.
Así las cosas, el Grupo Prisa trata de reconquistar terreno, el perdido a favor de La Sexta. Este último se defiende tras la divulgación de los audios entre Ferreras y el comisario Villarejo. Los dos lo pasarán mal con Feijóo en el poder. Pero máxime el Grupo Prisa. La Sexta puede compensar sus números con Antena 3… Dicho de otra manera, si a la izquierda le aguarda una travesía por el desierto a partir de 2023, y dada la profundidad de la crisis desde 2008 en el periodismo, tendrá consecuencias mediáticas. La pugna entre ambos periodistas este lunes tan solo puede ser un aperitivo de otros episodios mayores que están por venir. Eso sí, la víctima ha sido Unidas Podemos, sus dirigentes, sus votantes y, a fin de cuentas, la propia democracia. Una pena por el periodismo.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.48