Con el derrumbe del PP se va a facilitar, y mucho, que el PSOE y NC puedan reeditar los pactos tanto en Gran Canaria como en el Gobierno de Canarias. Y cuando no sea reeditar, porque no se hizo en 2019 como ocurrió en Teror y Arucas donde el PSOE optó por el PP, pueden iniciarse en 2023 nuevos acuerdos entre los socialistas y la izquierda canaria. Está a tiro un mandato más de los progresistas en los municipios, en el Cabildo de Gran Canaria y en el Ejecutivo autonómico. En términos futbolísticos, de continuar el tablero político así, la puerta está vacía y solo hay que empujar el balón justo cuando está en la línea de meta.
Eso sí, una parte del PSOE de Gran Canaria no debe repetir la guerra desatinada, un sinsentido, contra NC en 2019. Un dislate que quedará para la historia: NC apoyando al PSOE en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cuando ese PSOE atacaba a NC en los consistorios de Telde, Santa Lucía de Tirajana… por no mentar la institución insular en la calle Bravo Murillo. Y todo para suscribir alianzas con el PP; un objetivo que sí alcanzaron, reitero, tanto en Teror como en Arucas.
A Fernando Clavijo le encantaría que Ángel Víctor Torres adelantase las elecciones. Pero eso ya ahora no tiene ningún sentido, tanto para el aruquense como para Pedro Sánchez. Al PSOE le interesa agotar la legislatura hasta el último momento al tiempo que el PP se hunde en las encuestas y CC, amén del ‘clavijismo’, queda arrinconada y dependiendo su futuro del neofascismo mesetario. ¿Esto es nacionalismo canario? Para nada. Pero fue la decisión del lagunero y Ana Oramas que aplacaron a Asamblea Majorera y les prometieron a toda la organización que los días de vino y rosas retornarían como las oscuras golondrinas de Gustavo Adolfo Bécquer. Jamás el PNV, EH Bildu, ERC, JxCat, BNG, la CUP… se sentarían en una mesa a negociar con el neofascismo. ¿Es CC nacionalista? Más bien las esencias de ATI la han tornado en un Navarra Suma con aroma requeté y espíritu carlista. Subrayo, esto se explicó hace un año por estas fechas y el ‘clavijismo’ no lo escuchó sino que no se creían que Ciudadanos desaparecería y que Vox ocupase su lugar. Avisado fue.
Por su parte, que el PSOE no obvie la plurinacionalidad pues, con el tiempo, una gran coalición a la alemana con el PP (si es que Alberto Núñez Feijóo se hace con el mando…) le perjudicaría al PSOE y daría alas a la ultraderecha. Con todo, Feijóo llega tarde. Pablo Casado tratará de resistir al precio que sea. Y así el PP irá hacia la irrelevancia mientras ya los estudios demoscópicos certifican el ‘sorpasso’, y con creces, de Vox a los populares. Sánchez en su sesión de investidura en los primeros días de enero de 2020 dijo, al calor de su réplica en el turno de intervención de EH Bildu, que él no creía que vivíamos una crisis sistémica. La negó. Pues aquí la tiene, cada vez más palmaria. El sistema del 78 va camino del colapso. Y la clave territorial dominará por completo la agenda política. Que el PSOE no sea mesetario y reconozca la plurinacionalidad. CC no tendrá fácil salir de la ratonera en la que Clavijo y Oramas les ha metido. Y cuatro años más en el desierto de la oposición puede finiquitar a CC. Y, cómo no, el PSOE y NC tienen el horizonte a su favor para proseguir con la senda marcada. Esperemos que algunos no la encharquen otra vez.
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