La competición interna en el PP de Madrid crece: ni Isabel Díaz Ayuso ni José Luis Martínez-Almeida ceden. Era lo previsible. A fin de cuentas, el alcalde es el parapeto de Pablo Casado para impedir que Ayuso se coloque como su sucesora potencial. Luchas de estas siempre son recurrentes en los partidos, especialmente cuando no ostentan el poder y los rumores y dudas son recurrentes a son del futuro.
Puede que en el PP estén estos días aptos para visionar series políticas; que las hay buenas, malas y regulares. Como siempre. Con todo, de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda las series de televisión. Incluso, como producto que compite directamente con las películas. La idea es sencilla: capítulos que conforman una trama, mantienen el interés y se ven en casa perfectamente, ideal como plan durante la pandemia. Para aquellos interesados en la política, en sus vericuetos, en la cosa pública, es imprescindible ver ‘Baron noir’ (2016), compuesta por tres temporadas. Para los que les gustó ‘Borgen’ (2010), esta le gustará igual o puede que más. A fin de cuentas, es francesa (nos toca más cerca) mientras que ‘Borgen’ es una aproximación a la democracia y el sistema de partidos danés. Ambas son realmente buenas.
Y si bien es cierto que ‘Baron noir’ narra las andanzas de un dirigente del socialismo galo, la lección (tan chocante o no) que se extrae es que en política tienes que estar dispuesto a repartir puñaladas si quieres ascender en la organización y ante tus rivales de las otras marcas electorales. Vamos, actualmente en el cuartel general de Génova podrían darle la vuelta y aplicarla a la derecha española.
Mientras tanto, en Canarias hace mucho que se masculla un cambio en el liderazgo. Justo antes del inicio del confinamiento ya se hablaba que Génova tenía sus propios planes para el archipiélago. Por supuesto, Asier Antona querrá retornar; lo de ser senador tiene sus limitaciones en la trayectoria a medio plazo. Pero el dilema es quién sucederá a Australia Navarro en la medida que en los últimos meses la descartaron desde la sede central de los populares.
En 2019 el choque entre Antona y Navarro a raíz de la reunión en Ciudad Jardín para conformar un posible Gobierno aupado por CC (Casimiro Curbelo no lo vio bien) deja aún una herencia ingrata que hace que todos los populares isleños miren hacia otro lado. Y tampoco pueden llamar a José Manuel Soria porque no dejó heredero; su marcha del Ejecutivo fue precipitada y decretada por Mariano Rajoy. Lo de Madrid, la batalla en dos bandos, son palabras mayores. Pero en Canarias el horizonte del PP de cara a 2023 no está despejado. Ahora mismo ni se atisba del todo quiénes serán los candidatos a las principales instituciones. Y la ola de las encuestas sirve hasta cierto punto. Cuanto antes vayan visualizando los rostros pertinentes, el electorado sabrá mejor a qué atenerse. Sin embargo, Madrid sigue siendo el epicentro de la política estatal y Canarias queda en segundo lugar para los lugartenientes de Casado. Demasiado tienen con asegurarse que seguirán con mando en plaza. Y eso implica primero taponar a Ayuso.
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