MENSA SANTANA
Son muchas las personas que, desde su más tierna infancia ya barruntan un deseo innato de destacar, no solo en los juegos, los estudios o deportes sino que también lo hacen en el ámbito familiar y social; siempre quieren ser líderes y, todo hay que decirlo, son muchas veces las que llegan a conseguirlo.
Algunos de esos niños y niñas, con el paso de los años y según sus circunstancias personales, menguan esos deseos de liderazgo que tenían en esa infancia que dura tan poco y en la que suceden tantas cosas interesantes e importantes para las vidas de las personas, y ya no tienen las mismas aspiraciones e ilusiones que tenían en la niñez, siendo otras las cosas que les llaman la atención.
Muchos de ellos optaron por estudiar una carrera o realizar otros estudios que les permitieran tener una vida más cómoda; bueno, es un decir, ya que en los tiempos que corren, al menos económicamente, es una tarea harto difícil, más de las que tenían que hacer en esos estudios que cursaron con tanta ilusión y esperanza de conseguir un puesto de trabajo en cuanto los finalizaran.
Empero, a algunos no les ha ido mal en su elección y ocupan un puesto en la sociedad, bien con unas oposiciones que se han preparado y aprobado obviamente, o bien como profesionales liberales con y en sus correspondientes despachos y pagando religiosamente sus módulos, trabajen o no, claro; es un riesgo que sabían que correrían y el cual aceptaron, pues de algo hay que vivir, sin ningún género de dudas.
Otros, para ganar dinero de una manera más rápida y, equivocadamente más fácil, se han ido a trabajar de operarios, dependientes, conductores profesionales, etc.; en muchos casos heredados de sus progenitores u otros familiares y a propuesta de éstos, pues, es lo más seguro, al menos de momento…ya vendrán tiempos mejores. Otros, todo hay que decirlo, han tenido que irse al extranjero a buscarse un futuro mejor con el consiguiente desarraigo familiar.
De entre todos ellos, destacan los que se han arrimado a un partido político, sin tener la más remota idea de lo que significan sus siglas, pues saben bien que estando allí, conseguirán un trabajo mejor y en el mejor de los casos, puede que llegue a ser asesor, o asesora; en el menor de los casos, todo hay que decirlo.
Algunos y algunas ofrecen su cara y su tiempo para dedicárselo a ese partido que eligió por conveniencia o por tradición, tal vez familiar o tal vez por consejo amistoso, huyendo de esos principios y esos valores que le enseñaron en su entorno familiar, o no, pues en muchas familias, desgraciadamente, se carecen de ellos…
Llega el día que ese político o política al que tanto se ha arrimado ese líder, primero infantil y después en su juventud, se presenta a unas elecciones y gana. Lo primero que hace es llamar a ese o esa que estaba siempre diciéndole a todo “sí guana”, porque en el fondo sabía que iba a tener un sueldo asegurado, un mínimo de cuatro años; eso siempre que no se reengancharan y siguieran votando a esos amigos y amigas políticos, lo que suele pasar casi siempre, entre otras cosas porque algunos suelen cambiar de partido, según su conveniencia, sobre todo, en Telde.
Y hete aquí que ese niño o niña nombrado asesor o asesora, sin ningún tipo de experiencia y sin ninguna responsabilidad política, pues ya esa responsabilidad la tiene el político o política para el que trabaja, es un decir, ya empieza a comportarse como si lo fuera y comienza a su vez a perder visión, pues no es capaz de reconocer a nadie por la calle, aunque le conociera desde esa tierna infancia y juventud en la que fueron íntimos amigos o amigas.
Durante ese periodo de tiempo que dura el mandato le dice al político de turno lo que debe hacer y casi siempre le dice mal, pues nadie, o casi nadie está conforme con la gestión del interfecto para el que trabaja, eso sí… mensualmente, más las dos pagas extras, se lleva un sueldo que ya quisieran para sí los que sí que lo hacen y en unas condiciones, en muchas ocasiones, del todo infrahumanas.
Visto lo visto, escuchado lo escuchado y leído lo leído, creo que, con los tiempos que corren, hasta eligieron una buena opción esos que despuntaron en su infancia o se arrimaron a los políticos en su juventud y le nombraron asesor o asesora, si es municipal, mejor y si es de Telde, mucho mejor todavía, pues no tienen que esforzarse mucho, los pobrecitos y pobrecitas...
Ya no importan los valores, ni los principios; solo importa destacar en la sociedad y encima, haciéndolo pésimamente mal. Claro ejemplo de ello, los que asesoran a los políticos de mi querida ciudad de Telde…no aciertan una.
A todas éstas, nunca he entendido por qué alguien se mete en política si no entiende bien lo que significa gobernar y cuando ya tiene en mente nombrar a fulano, mengano o zutano para que le saque las castañas del fuego en el supuesto que gane unas elecciones y que llegue a corresponderle un cargo político, entiéndase concejal, consejero, ministro; da igual…el caso es que le asesore.
Cuánto se estarán lamentando esos que no se arrimaron a un partido político sin saber el significado de sus siglas y les decían: “Si guana” a todo, y se estarán diciendo siempre:¡ Vaya chollo ser asesor…o asesora! Pues sí que es un auténtico chollo asesorar, sin ningún tipo de experiencia ni responsabilidad y cobrando del erario, en el caso de Telde, municipal.
Mensa Santana es ciudadana de Telde.




 


















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