TELDEACTUALIDAD
Telde.- Los vecinos del barrio de La Pardilla exigieron hoy a la alcaldesa Carmen Hernández que trate de poner de una vez en orden el problema que padecen históricamente en su núcleo: el peligro que constituye su vía general. Concebida inicialmente como una travesía por donde los vehículos no pueden transitar a más de 40 kilómetros por hora, la arteria que les conecta con La Mareta, San Antonio y San Juan se convierte a diario en una suerte de lanzadera para bólidos. La regidora, que giró este viernes una visita institucional con varios ediles, prometió que estudiará varias medidas. TA ofrece galería de imágenes.
No es el único problema que padecen en el núcleo ni tampoco se ha generado en los últimos ocho meses, pero es sin duda el que más preocupado mantiene a los vecinos, representados en el encuentro de hoy por Elías Navarro, presidente de la asociación vecinal Las Mansas y varios miembros del colectivo. Por parte institucional, se sentaron en torno a una mesa redonda ficticia no sólo Hernández, sino los ediles Alejandro Ramos, Agustín Arencibia y Eloy Santana, acompañados por al menos tres asesores y los medios de comunicación en esta expedición.
En su momento, el anterior responsable insular de Obras Públicas, Carlos Sánchez, protagonizó con la exalcaldesa María del Carmen Castellano una visita similar. Se habló de un informe sobre la idoneidad de ensanchar la carretera por la vía de las expropiaciones y de dotarla de más medidas de seguridad, pero de aquello nunca más se supo. De lo que se ha hablado este viernes ha sido más bien, siendo conscientes de la dificultad que entraña expropiar suelo para agrandar la vía en ambos márgenes de la calzada, es de colocar bandas reductoras de velocidad, semáforos, pasos de peatones y otra serie de elementos que disuadan a los conductores que creen que la calle Raimundo Lullio, por donde discurre la carretera, es una de las dos pistas del Aeropuerto de Gran Canaria.
En esta misma línea, los vecinos pidieron a la actual mandataria que mejore la seguridad de los muros que dan al lado norte de la vía, e igualmente le instaron a dotar de aceras determinados pasajes de la misma, ya que para desplazarse a pie a puntos como los de La Mareta se ven obligados, literalmente, a “jugarse la vida”.
La alcaldesa se comprometió a estudiar sus demandas y a trasladárselas al Cabildo de Gran Canaria, que es la institución titular de la infraestructura. Con su responsable de Obras Públicas, Ángel Víctor Torres, ya se vio las caras la presidenta de la corporación en un encuentro en el que le fue indicando las necesidades que tenía el municipio en este campo. Por lo pronto, un informe de la Policía Local da la razón a los afectados: la carretera de La Pardilla es una de las más peligrosas de las que cruzan Telde. Los residentes, por su parte, tampoco han perdido la esperanza de ser recibidos algún día por Torres, a quien han pedido una reunión para exponerle este y otra serie de problemas.
Más soluciones
Pero no sólo se habló de la GC-110 en el encuentro de esta mañana. Más limpieza y más podas, una atención integral al local social del barrio -con su fachada y sus columnas interiores pidiendo una intervención urgente- y una nueva zona de aparcamiento formaron parte de la ristra de demandas que enumeraron Navarro y los suyos ante políticos y periodistas.
Lo de facilitar espacios inéditos para el estacionamiento es algo que viene de lejos. Es más, en la reunón matutina los vecinos no se cortaron un pelo en reconocer que ya son varios los concejales que han pasado por el barrio prometiendo soluciones... sin que estas lleguen antes de que concluya el mandato de turno.
En un intento de echar un cabo, los vecinos sugirieron incluso la utilización de una especie de cuña ubicada entre el pabellón Antonio Moreno y la Avenida de la Paz, ya en Las Remudas. Al localizarse en un entorno próximo a los centros educativos, creen que podría ser ocupada por ambos núcleos sin mayores problemas. El terreno en cuestión, donde pueden tener cabida un centenar de vehículos, es de propiedad privada, pero el concejal de Deportes, Diego Ojeda, es vecino de la zona y ya ha iniciado gestiones para tratar de alcanzar algún acuerdo con su dueño que viabilice la sugerencia lanzada al efecto.
El caos que se forma durante la hora de salida de los colegios por la ausencia de policías y la necesidad de ubicar nuevos semáforos en Mesonero Romanos tampoco faltaron en el extenso intercambio de pareceres. De la misma forma, desde Las Mansas se pidió el acondicionamiento de un parque infantil emplazado cerca de la sede de la asociación cultural Tyldet y el arreglo de una cancha que en el vecindario es utilizada para muchas cosas menos para lo que se concibió. Hoy día ha mutado a espacio para acoger deposiciones perrunas y lugar de entrenamiento de podencos por parte de sus cazadores, además de extraño aparcamiento.
Finalmente, los vecinos sugirieron a Carmen Hernández que sacase del abandono a Lomo Caraballo. La libreta de la alcaldesa y de sus ediles y asesores volvió para San Juan con varias páginas escritas.





















































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