El calvario de Ángel Víctor

No sé si ustedes coincidirán conmigo, pero a mi el período de Gobierno de Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias, me parece que ha sido un Calvario desde el minuto uno.

Al poco de tomar posesión de su cargo se produjo un pavoroso incendio en Gran Canaria, un suceso terrible que estuvo a punto de ser incontrolable por las circunstancias meteorológicas y arrasar media isla. Ángel Víctor estuvo a punto del infarto por las dimensiones de la catástrofe en sí, pero también por el origen del mismo, localizado en las negligencias de una importante institución de su querida ciudad de Arucas.

Después vino la pandemia y la fuga del turismo de las Islas Canarias. Al ver cómo las islas se vaciaban de turistas y sin saber cuando se recuperaría, Ángel Víctor pensó que esto iba a ser un desastre que nos llevaría a la desesperación y la miseria algo que, lógicamente, le aterrorizó.

La gestión de la pandemia en sí también fue un dolor de cabeza pues al principio no se sabía muy bien por donde tirar. Había que luchar con los antivacunas y antipandemia que han sido muy activos en redes sociales. También hubo que reconducir a los irresponsables que no dejaban de hacer fiestas y botellones, propagando el virus de forma exponencial. Hubo un momento que parecía que el tema se le iba de las manos. Para colmo de males, una abogada palmera, antivacuna, le ha denunciado por “dictador”, cabreada porque Torres llamó irresponsables a los antivacunas y negacionistas.

Y cuando ya vimos la luz al final de túnel de la pandemia, y la recuperación del turismo es clara de cara a la temporada de invierno, llega la crisis del Cumbre Vieja.

Al principio se creía que esta iba a ser una erupción sin mayores problemas, la realidad es que se ha convertido en un Infierno que va para largo. La erupción del Teneguía me pilló estudiando en la Universidad de La Laguna donde se organizaron viajes para verlo. Y, la verdad, el Teneguía fue un espectáculo amable que no hizo daño a nadie. En cambio, el Cumbre Vieja es un monstruo que ha convertido un hermoso valle en una zona catastrófica, un verdadero Infierno que nadie sabe aún qué otras sorpresas nos depara.

Esta crisis, como las anteriores, le han quitado el sueño a Torres mas de una noche, y seguro que habrá pensado si es gafe viendo que su presidencia ha sido un sobresalto continuo, una lucha sin tregua, contra estos monstruos que se han despetado en su mandato uno detrás del otro. Hay que ser muy fuerte para gestionar este Calvario sin derrumbarse.

Jaime Rubio Rosales es profesor y escritor.