Bella y natural escenografía

Bella y natural escenografía

Si en estos primeros días de junio nos ha sorprendido el buen tiempo, el mar en calma, la luna llena que ha rodeado de cierta magia la nocturnidad y su primer trayecto sobre nuestro litoral teldense, ayer viernes 5 se celebraba el Día Mundial del Medio Ambiente, hoy sábado 6, una soleada mañana casi veraniega, como si quisiera despedirse sin culpa esta memorable primavera, daba paso a lo largo de esta jornada sabatina, a un sosegado motivo para entrar ya en esta deseada tercera fase de libertad condicional sanitariamente regulada, para disfrutar del espléndido paisaje que en nuestro municipio tenemos al alcance de la mano, de la vista y de sentir, lo que durante los largos encierros de confinamiento, tantas veces añoramos tener ante nuestros ojos, y hoy por primera vez, como si de un retorno al pasado fuera, hasta el horizonte marino posible nuestra mirada acarició las dos cromáticas líneas que de azul celeste y de atlántico piélago insular canario enmarca esta bella y natural escenografía para mejor considerar en el futuro su cuidado, preservación y conocimiento de lo que ayer celebramos, nuestra biodiversidad, nuestro medio ambiente, la vida que nos rodea en la que nos integramos igualmente con la nuestra.

El mar, siempre el mar que nos ofrece en su diversidad de manifestaciones, infinidad de sensaciones, sentimientos, impulsos y latidos fruto de sus mareas, recuerdos, viajes, esperanzas, historias, bienvenidas, despedidas, hoy en torno a nuestro litoral, hasta el lugar del Bufadero, respiraba en calma, dando una cierta confianza de observación de sus características geológicas volcánicas sumergidas, zona de depósitos magmáticos, fijados a esta línea de costa, Corral de las Yeguas y calas próximas.

Regresamos por los senderos de nuestra naturaleza en la memoria y servicios prestados por la seguridad de la población, por los que se han quedado en el camino y en la alerta y respeto que aún nos debemos, guardarnos del contagio, y seguiremos disfrutando de nuestra biodiversidad.

Un recuerdo especial al gran conocedor de nuestro mundo isleño, y especialmente de este rincón de La Garita, el naturalista, escritor, viajero, editor, José Luis González Ruano, que tanto bien hizo en la observación, conservación, estudios de nuestra biodiversidad y su difusión. Honor y gloria a su memoria.

Hoy, el azul marino y celeste de nuestros cielos, como paleta de colores se dispersaban entre los oscuros, grises del tiempo, entre las rugosas y sufridas esculturas de lava fijadas por las orillas de este litoral teldense.

Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.