El propietario de un solar de San Juan denuncia que el Ayuntamiento de Telde le impide abrir una puerta de acceso

El propietario de un solar ubicado en el casco antiguo de San Juan, en la calle Licenciado Calderín, denuncia que el Ayuntamiento de Telde, desde hace años, le impide abrir una puerta de acceso a su terreno.

Rafael Martín es uno de los herederos de una parcela dividida en tres partes y que ocupa los números 7, 9 y 11 de la calle Licenciado Calderín, junto al Parque de Santa Rosalía (antes Lulú).

Su familia, asegura, lleva décadas, desde los años 80, intentando que la Institución municipal autorice la apertura de una acceso que permita llegar a esta propiedad, ya que solo se puede acceder a través de otra que pertenece a otra familia. Sin embargo, el Ayuntamiento ha desestimado sus solicitudes “aplicando unas ordenanzas incoherentes, injustas y carentes de sentido”, opina Martín.

“No podemos entrar en la propiedad, ya que el Ayuntamiento deniega el permiso para poner una puerta en el muro”, detalla este propietario que culpa al Consistorio de no responsabilizarse sobre estas propiedades hacer caso omiso de responsabilidad “siempre que ha podido”.

“Se trata de solares urbanos no edificados, y edificables que en su día el Ayuntamiento introdujo en el plan general recalificándolos como espacios libres. Además, introdujo el casco histórico, poniéndole una protección medioambiental, la cual no se aplica a solares urbanos, sino a otros entornos. El Ayuntamiento, arbitrariamente, le da valor patrimonial a un muro. Confundiéndolo con una fachada o con una edificación o crujida de fachada”, detalla.

Esta situación ha venido “perjudicando a conciencia” a los propietarios de los solares, “impidiéndoles el uso de los mismos, el uso, ejercer la propiedad adquirida legalmente por los propietarios y honestamente ganada con fruto de trabajo, sudor y esfuerzo durante décadas”, sostiene Rafael Martín.

“En los años 90 se comenzó a pagar el impuesto de la contribución de bienes inmuebles. Y hasta el día de hoy se ha pagado eso si sin poder rentar la propiedad y sin poder disfrutarla buscando la forma de evitar problemas que ha ido creando el Ayuntamiento a base de estrangular a la familia y provocar la quiebra técnica de la economía familiar y vecinal planteando un proyecto de ordenación no ejecutado, aburriendo a los propietarios y creando una estafa inmobiliaria”, considera este afectado.

“Solamente pedimos lo que es justo. Usar la propiedad para cuidarla, respetando las normas de convivencia de una forma civilizada, pero sin poder lograrlo. Esta situación solo es comparable a situaciones como las de los nazis, cuando expoliaban y expropiaban las propiedades de los judíos. O como cuando en Venezuela, los dictadores expropiaban las propiedades de las familias trabajadoras”, comenta indignado. Pero es más, en palabras de Rafael Martín, “esta situación es aún peor, porque aquí nadie gestiona nada, nadie resuelve problemas y a nadie le preocupa la calidad de vida de los ciudadanos propietarios del municipio de Telde en el barrio de San Juan”.

Martín no alcanza a entender “cuál es el destrozo que puede ocasionar la apertura de una puerta que de acceso a una propiedad privada, siempre y cuando se mantenga el mismo color del muro y su entorno, sin detrimento de la vía ni del aspecto de la zona tanto en cuanto no destruya el aspecto de la calle ni del valor patrimonial que gracias a nuestra familia se ha ganado la calle y todo el entorno donde tanto trabajo costó a nuestra familia mantener del sudor de su trabajo”. Y señala que la apertura de una puerta que respete el color y el aspecto típico de la calle Licenciado Calderín. “No es justo que paguemos al Ayuntamiento por una propiedad a la que no nos dejan acceder, pero sí nos cobran todos los impuestos habidos y por haber. Ni siquiera han permitido que se presente un proyecto para abrir una puerta que no afecte al aspecto típico de la calle”, manifiesta.

Para Martín, se trata de un “abuso” por parte del Ayuntamiento hacia su familia. “Sólo por respeto a nuestra familia y al duro trabajo de aquellos años en los que con tanto sudor y cariño trabajó toda una generación, es deber del Ayuntamiento facilitar la posibilidad de poder presentar la obra de apertura de una puerta sin detrimento del entorno. Y poder usar nuestra tierra y propiedad privada sin romper con el entorno tan prestigioso de dicha zona”, concluye.