Bajo un silencio únicamente roto por los sones de la Banda Municipal de Telde y una asistencia de fieles algo menor que en las ediciones anteriores a la pandemia de coronavirus, la solemne procesión religiosa de Viernes Santo recorrió esta noche las calles del conjunto monumental de San Juan.
El desfile religioso de sólo cuatro de los ochos pasos, al igual que en la edición anterior, salía por puerta principal de la Basílica de San Juan al filo de 19.45 horas, tras los santos oficios celebrados en su interior y presididos por el párroco José María Cabrera.
Los tronos bellamente engañados por el equipo de colaboradores de la Parroquia de San Juan que dirige Segundo Amador realizaron este año el periplo habitual por las calles del casco viejo más próximas a la Basílica de Telde.
Los tronos de Cristo Crucificado, San Juan Evangelista, el Santo Sepulcro, y la Virgen de los Dolores conformaban el cortejo religioso.
Una amplia representación institucional encabezada por la alcaldesa Carmen Hernández acompañaba a este último paso de Nuestra Señora de la Soledad, una bella escultura del imaginero grancanario Luján Pérez, que cerraba el desfile procesional con un grupo de mujeres ataviadas con la mantilla canaria y española.
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