Me acaban de comunicar sobre el fallecimiento del gran Manolo Vieira. Me lo acaba de decir mi gran amigo Juanfra Suárez. Y es una noticia que me choca fuerte porque hace solo unos días conversaba con él por teléfono.
Le había llamado porque había visto un vídeo donde un grupo de comediantes canarios le homenajeaban . Y eso me dió pie a llamarle, aunque hacía más de dos años que no hablaba con él.
Y se mostró muy feliz de que le llamara y que recordamos viejos tiempos . Aquellos tiempos en que intentábamos abrirnos camino en Madrid. Y recordábamos como ante la incredulidad de algunos (los de siempre, los que dicen este acento no o está manera no, los que no se imaginan que el público puede querer oír algo fresco y auténtico, aún siendo diferente) y cómo habíamos logrado tener un espacio en la capital española y sus medios.
Hablamos bastante del oficio de la comedia. De lo duro que es. Pero también de la enorme recompensa que tiene y del privilegio, que es ser apreciado por tu gente.
Por qué a los comediantes de larga trayectoria y de un fuerte arraigo en su cultura, y este es el caso de Manolo, el público les tomo un cariño entrañable y terminan siendo como el tío gracioso de la familia.
Y eso era de cierta manera, Vieira, el tío de todos los canarios. El tío divertido, loco, entrañable y filosófico que todos siempre hemos querido tener. Ese que dice las cosas que nadie de la familia se atreve. Y que además las hice con tal gracia y autoridad, que no sentimos, además de identificados, también protegidos por la grandeza y la ternura de sus palabras. El tío que más quieren los niños traviesos.
Y por eso hablábamos del enorme privilegio, que significa ser un comediante querido por tu pueblo. Y por supuesto, también hablamos de tomarnos un café muy pronto cuando yo visitara Canarias. "En abril estoy por allá le dije", y me dijo, "no dejes de llamarme y charlamos un buen rato".
Fue una conversación especial, hermosa y lleno de afecto y admiración mutua . Porque los cómicos viejos ya no competimos. Ya sabemos que cada uno tuvo lo que le tocaba tener y que con eso es suficiente, y quizás demasiado.
Ese café ya no nos lo tomaremos . Al menos en esta vida que conocemos. Pero siempre me quedarán, su gracia, su sonrisa, el sonido de su voz, esos ojos pícaros y chispeantes, y la complicidad de un colega de los buenos, de este maravilloso mundo de la comedia.
Ahí también estará por siempre en mi película Un rey en la Habana donde tuve la suerte de que me hiciera un hermoso cameo, haciéndonos reír con ese arte tan suyo, tan canario y tan universal.
Nada colega, que seguimos conectados, y seguimos intentando que nos acepten, que no se entiendan y que nos rían, más allá de cualquier moda o acento.
Aquel día te lo dije: "Te quiero máster". Y es verdad. ¿Cómo no querer a Manolo Vieira?
Alexis Valdés, un actor, cineasta, humorista, guionista, monologuista, productor, poeta, compositor e intérprete cubano.
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