Los sondeos arqueológicos en busca de evidencias y restos humanos de las personas que fueron arrojadas a la Sima de Jinámar durante la Guerra Civil comenzarán a finales de este mes o principios de enero en el exterior de la boca del tubo volcánico de Telde. La prospección exterior de la Sima cubrirá un radio de 100 metros alrededor de la boca, será realizada por personal de Patrimonio Histórico del Cabildo y buscará casquillos de balas y otros objetos personales.
Así lo adelanta Xavier Velasco, uno de los inspectores de Patrimonio Histórico encargados de llevar adelante la recuperación de los restos humanos de los republicanos asesinados por la represión franquista en este agujero natural, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Sitio Histórico en el año 1996.
Como ocurrió en los pozos de Llano de Las Brujas y Tenoya, ambos en Arucas, Velasco espera que en el sondeo en el exterior de la Sima de Jinámar aparezcan balas y proyectiles, probablemente de fusiles Mauser, así como objetos personales de los asesinados. Para ello, se utilizarán detectores de metales. El trabajo arqueológico se dividirá en calles y para su ejecución se ha contratado una asistencia técnica en materia de seguridad y riesgos laborales.
Sin fecha para el sondeo interior
El sondeo en el interior todavía no tiene fecha debido a su complicada ejecución. Velasco explica que el Cabildo baraja realizarlo mediante la figura de un consorcio público-privado como fórmula para solventar las dificultades técnicas del acceso al fondo, pero aclara que tal decisión no está cerrada, segun una información de Jesús Quesada que publica Canarias7.
Lo que sí está claro, apunta el inspector de Patrimonio Histórico, es que se realizarán dos sondeos transversales en las zonas en las que se estima que se encuentran los restos humanos con el objetivo de proceder a su recuperación y posterior identificación mediante el ADN.
Dada la necesidad de una formación previa en trabajos verticales de los arqueólogos que lleven a cabo el sondeo en el interior, y las dificultades técnicas de bajada y subida, « si colabora el Consorcio Insular de Emergencias todo será más fácil y más barato», destaca Velasco. Si no es así la ejecución de estos trabajos se retrasará y se complicará, comenta sobre el método para empezar a excavar dentro.
En el último derrubio
El pasado junio, tras bajar por primera vez al fondo de la Sima con la ayuda de bomberos del Consorcio, Velasco se mostró convencido de que los restos de los republicanos arrojados a este tubo volcánico tienen que estar en el último derrubio, antes de llegar al fondo, bajo los sedimentos caídos en las últimas décadas.
Tras varias horas recorriendo el interior junto a otro técnico de Patrimonio Histórico, José Guillén, no se encontraron restos humanos en superficie, pero sí basura y restos animales. Su impresión profesional fue que los cadáveres de los hombres asesinados en la Sima pueden estar a entre un metro y dos metros y medio debajo del nivel actual de sedimentos.
De aquel descenso al fondo del tubo volcánico ambos inspectores regresaron con un hueso encontrado en el último derrubio, que sigue pendiente de examen en el Laboratorio de Genética Forense de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para saber si es humano o no.
Los sondeos arqueológicos en el exterior y el interior tienen ya el visto bueno de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico y están pendientes del permiso preceptivo que debe conceder el Gobierno de Canarias y que Velasco entiende que se obtendrá sin mayor dificultad.
La tradición oral habla de 100 muertos
La tradición oral basada en los testimonios verbales de familiares de los asesinados en las purgas de la represión franquista cifra en unas cien personas las arrojadas a este tubo, sobre todo vecinos de Las Palmas de Gran Canaria y Telde en las sacas practicadas ente marzo y abril de 1937. Patrimonio Histórico del Cabildo está grabando algunos de esos testimonios para elaborar material divulgativo.
La Asociación de Memoria Histórica de Arucas incluye en la posible lista de los allí asesinados a algunos de los 19 hombres que los falangistas raptaron en la vecindad del Valle de Agaete conocida desde entonces como el barrio de Las Viudas. No han aparecido entre los cuerpos recuperados en los pozos de Las Brujas y de Tenoya aunque hay ADN de sus familiares para identificarlos.



















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