El Centro de Salud de San Juan, dos meses con el ascensor fuera de servicio

Ambulatorio de San Juan: De CAE a estar que se cae

Por Olga Rivero Santana

Durante bastante tiempo, se estuvo hablando de que éste edificio ya no reunía las condiciones para mantenerlo como CAE y que todo lo relacionado con las especialidades, así como las pruebas que en él se hacían: Radiografías, mamografía, analíticas de todo tipo (también de los especialistas) se trasladaban, como así ha sido, desde hace ya unos años, al Calero.

Era lamentable y de vergüenza ver que hasta poder ver unas radiografías o poder mirar a un paciente los oídos o la garganta, con el aparato de luz que se usa para ello, no lo podían usar, porque daban “calambres” a los facultativos.

No digamos nada del aspecto de deterioro que presentaban, en general, las distintas dependencias que se siguen utilizando, entre ellos, los despachos de los médicos de Atención Primaria, que es lo que se ha mantenido, los análisis sencillos (que no sean de especialidades) las urgencias y enfermería.

Algo se ha “mejorado” en cuanto al aspecto, pero sigue siendo lamentable que el único ascensor del que dispone este Centro, esté más tiempo roto, que funcionando.

No es que se rompa un día y esté varios sin estar arreglado, no; son semanas los que puede estar inutilizado, con lo que supone para los pacientes y todo el personal de este Ambulatorio, que sólo puede utilizar las escaleras, pues no hay otras alternativas (rampas, etc) que se puedan usar en estos casos.

A éste disparate y abandono, (salvo pequeñas reformas), se suma la falta de iniciativa y de lógica de quién o quiénes llevan la Administración de los ambulatorios, pues éste edificio que, por lo expuesto arriba, con el traslado de especialidades y pruebas que se hacían aquí, ha ganado muchísimo espacio, el cual podría y debería ser utilizado para algo tan fundamental como son las urgencias y enfermería, las cuales deberían estar a la entrada misma del edificio. Aquí se podría poner no una, sino varias salas de urgencias y por supuesto, enfermería.

Yo, como todos los pacientes que por necesidad hemos tenido que acudir a enfermería y a nuestro médico de cabecera, me he visto, con bastantes trabajos, con miedo a caerme y con dolores, (operada de prótesis de rodilla), que subir escaleras no una, sino en varias ocasiones, pues como relato al principio de este escrito, el único ascensor que tiene este edificio, está más tiempo roto que de servicio.

Por los pacientes y por todo el personal que trabaja en él: sanitario, administrativo, de limpieza, de mantenimiento (bueno, lo que “pueden mantener”) pues éste requiere unos arreglos y reformas más profundas; presento este escrito/ denuncia para que llegue a quiénes tienen la responsabilidad y la potestad que cambiar esta situación que ya roza lo irresponsable y la falta de respeto y empatía con la ciudadanía (pacientes y trabajadores del mismo).