El conflicto del Sáhara, tienen que resolverlo los saharauis y los marroquíes con el concurso de las Naciones Unidas. No cabe otra solución que no sea votada por los ciudadanos del Sáhara Occidental.
La carta de Pedro Sánchez a favor de la autonomía puede influir, pero no resolver el problema, aunque es una copia de la posición alemana, francesa y de los Estados Unidos, con la gran diferencia que España fue potencia administradora, que les dejó tirados hace 47 años.
Aquí lo importantes es conocer la posición sincera de los ciudadanos que viven en los campos de refugiados de Tinduf tirados en el desierto y de los presos saharauis sometidos por Marruecos en el Sáhara ocupado. Ellos deben decidir si seguir 47 años más o los que sean en esta situación, o si quieren otra alternativa negociada con Marruecos y con el amparo de la comunidad internacional. Lo que decidan será lo que se deba hacer. Sabemos que cualquier cosa que elijan será complicada de realizar y el tiempo así lo ha confirmado.
Aún no se ha votado y se tendrá que votar algún día en referéndum, es lo justo, pero eso no significa que mientras, no se siga hablando.
Los saharauis son los protagonistas. Ellos son los que tienen que ver las posibilidades de conseguir los máximos pretendidos o la autonomía o lo que libremente decidan y nadie puede decidir por ellos.
























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