Caricatura de partido

El Partido Popular de España se ha convertido en una caricatura de partido en tan solo un par de días muy a pesar de sus afiliados y simpatizantes. El enfrentamiento interno, como si de canibalismo se tratara entre los suyos, Ayuso-Casado, los ha llevado a perder un enorme porcentaje en intención de voto, porque una parte de la sociedad rechaza más la división interna que la corrupción.

El nivel al que se ha llegado en el PP ha sido inaudito. Acusaciones de corrupción por ambas partes. Una, Ayuso, por darle un contrato sanitario de venta de productos en plena pandemia a su hermano al parecer, desde la comunidad de Madrid que preside, el otro supuestamente colocando una vigilancia no sabemos si pagada con fondos públicos del ayuntamiento de la capital del Reino contra la familia de la presidenta de la comunidad de Madrid. Eso sí que es fuego amigo.

El espectáculo público que ambos han protagonizado es vergonzoso, pero útil, para saber con quién estamos dando. Ahora resulta que el presidente del PP, Pablo Casado, tras hablar tres horas con Isabel Díaz Ayuso el pasado viernes, ya se ha quedado complacido con sus explicaciones y cierra en tres días el expediente abierto, cuando ya había tenido reuniones anteriormente por el mismo asunto. Es tremendo. Después de todo lo dicho, ahora quiere decir que no pasa nada, pues sí que pasa. No se puede creer que los ciudadanos son tontos.

Además del problema de poder interno que da alas a los de Vox, el partido de la ultraderecha anda privado, y a la izquierda le da motivos para pensar que podrán seguir gobernando. Miren la que están liando estas lumbreras de la política. Además de eso, aquí lo importante para el común de los ciudadanos será conocer si ha habido tráfico de influencias para darle contratos a dedo a la empresa del hermano de Ayuso y si es razonable que este por la intermediación tuviera un 20% de comisión y que de un solo contrato se llevara por venta de mascarillas en tiempos de confinamiento unos 55000 euros. Eso es lo que a mí me preocupa. Qué lo digan los tribunales. Lo del problema interno del PP lo deben resolver sus afiliados y parece que están en ello con el impulso de presidente gallego Núñez Feijó, veremos como termina esa guerra abierta.