El párroco Fernando Báez compareció ayer ante la autoridad judicial en el marco del procedimiento que lo investiga por un presunto delito de odio e insistió que nunca justificó en sus declaraciones el crimen cometido por Tomás Gimeno, que acabó con la vida de sus hijas Anna y Olivia en Tenerife y que, ni siquiera, se refirió directamente a ellos sino que hizo un comentario de forma genérica.
El padre Báez –relata el periodista Francisco José Fajardo en una información del diario Canarias7– compareció ayer a primera hora ante el magistrado Alberto Puebla Contreras, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, y se limitó a ratificarse en la declaración que prestó en junio de este año ante la fiscal jefe de Las Palmas, Beatriz Sánchez. En esa primera comparecencia, manifestó que las polémicas declaraciones que realizó en las que -presuntamente- justificaba el asesinato de Anna y Olivia por parte de su padre por las infidelidades de la madre, «de ninguna manera», las realizó en ese sentido. Todo lo contrario, según su abogado Juan José Sánchez Limiñana, «el sacerdote se refirió al padre como un asesino trastornado que cometió esa aberración», aclaró.
Báez, según esta parte, mostró en su primera declaración «un extraordinario dolor y sentimiento por esta tragedia y por las víctimas» y añadió que «en el plano de la Justicia el causante de todo tiene que cumplir la pena máxima, pero en lo que a la religión se refiere, todo el mundo merece el perdón y la misericordia», detalló el letrado.
La instrucción sigue su curso y tendrá el juez que decidir si lo lleva a juicio o las archiva.

























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