El día de la marmota

Vivimos en un constante déjà vu. Muchos tenemos la sensación de que nos pilló aquel mismo encantamiento que estancó al mítico personaje de Bill Murray en el día de la marmota de Atrapado en el tiempo.

Suben los contagios, nos castigamos un poco, bajan los casos covid, nos relajamos otra vez, vuelven a subir los casos, declaramos una nueva ola, recrudecemos aforos, limitamos movimientos y reuniones y suspendemos actos, y a las tres o cuatro semanas, desciende otra vez la curva, y vuelta a empezar. Y así una y otra vez, en una cansina repetición que nos ha amargado nuestro último año y medio de vida (otros muchos, desgraciadamente, ni siquiera pueden contarlo).

Pero permítanme apuntar que lo que nos distingue de aquel a ratos divertido, a ratos irritante y odioso personaje de Murray es que, al menos, hacía algo por cambiar las cosas, aunque fuera por no aburrirse. Jugaba al efecto acción-reacción, a ver si tocando una tecla se movía otra. Sin embargo, los humanos del mundo real parecemos empeñados en dar pábulo a aquel dicho popular que reza que somos el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Otra vez estamos, y ya es la quinta vez, en fase covid desarretada. Es verdad que ahora mata menos. Menos mal. Gracias, hay que insistir en ello, a las vacunas. Pero nos sigue fastidiando la vida. Y lo que es peor, no se la fastidia solo a los que la pillan. Otra vez paga nuestra economía. Otra vez pagan miles de trabajadores. Y otra vez pagan cientos de enfermos que ven perjudicada su atención porque los hospitales se preparan para una hipotética avalancha. Me preguntó hasta cuándo. Y sobre todo, con qué coste. ¿Alguien lo está calibrando?

Gaumet Florido Medina es periodista y redactor de Canarias7.