Peluquería Tomás: medio siglo cortando el pelo en Telde

CARMELO OJEDA

Telde.- Medio siglo. La Peluquería Tomas que regenta Tomás Sosa Rodríguez cumple estos días 50 años de presencia continuada el casco histórico de San Juan de Telde. Lo hará el próximo miércoles 14 de abril, fecha en la que abrió en la barbería que regentaba Nicolás Vera en el bajo de la casa de Rafael Guedes, en la calle de León y Castillo, en la entrada a San Francisco.

Tomás, con 70 años a su espalda y que por ahora no piensa jubilarse, aprendió el oficio de su familia. “Mi abuelo era barbero y agricultor y tenía una tienda, al igual que mis tíos”, por lo que no se volvió muy loco para seguir con la tradición de su estirpe.

Natural de Monte Quemado, un pequeño pago situado en lo alto de Jinámar, pero dentro de la demarcación municipal de Las Palmas de Gran Canaria, Sosa con 18 años se sacó el carnet profesional de barbero que concedía el Sindicato de Actividades Diversas. Trabajó unos meses en la histórica barbería La Única, que funcionaba desde 1928 en el Parque Santa Catalina, y después del servicio militar pone su mirada en Telde, concretamente en su barrio histórico, para abrirse negocio.

Al acto inaugural asistió el entonces cura párroco de San Juan, Teodoro Rodríguez, que bendijo las nuevas instalaciones

Así, el 14 de abril de 1971, se instaló solo en el local de la casa de familia Guedes Jiménez y tres años después cruza la calle para trasladar el negocio al emplazamiento donde ha estado abierto en las últimos decenios y donde aún permanece. Al acto inaugural asistió el entonces cura párroco de San Juan, Teodoro Rodríguez, que bendijo las nuevas instalaciones. Rememora que la acogida fue “muy buena”, a pesar de que en la misma calle y entorno funcionaban dos barberías más, la de Juan Noble y Perico.

En estos 50 años, Tomás Sosa ha asistido a los cambios sociales, económicos y políticos experimentados por Telde, pero también a los que han afectado de lleno a su profesión. “Nuestros primeros años fueron muy bonitos, pero no hay punto de comparación con la tecnología actual. Se ha ganado mucho en comodidad tanto para el cliente como para los peluqueros”, señala mientras atiende a un cliente que lleva años acudiendo a su negocio.

Y es que Peluquería Tomás se ha ganado a pulso la fidelidad de una clientela, mayoritariamente masculina, compuesta por personas de todas las edades, profesiones y condiciones sociales, de las que guarda en su memoria un caudal de anécdotas.

“El mejor pago es la persona que entra por primera vez y no deja de venir después”, sostiene este profesional que ha contado en estos 50 años con varias personas que han trabajado a su lado

“El mejor pago es la persona que entra por primera vez y no deja de venir después”, sostiene este profesional que ha contado en estos 50 años con varias personas que han trabajado a su lado. Es el caso de Miguel Santana Artiles y Luis Santana Melián (+), dos de ellos a los que recuerda especialmente con mucho cariño.

Sosa ha intentado siempre estar al día de las innovaciones en el mundo de la estética personal, muy cambiante y sometida a las modas. Una preocupación que le llevó a participar a principios de los 80 del pasado siglo en el Campeonato de España de Peluqueros Artesanos que se celebró en Alicante.

El local cerró mes y medio durante el confinamiento por la pandemia. "Los pasamos fatal"

Aun así, el corte tradicional de pelo, las mechas, el afeitado y el desrizado del cabello son los trabajos más solicitados por los clientes adultos y jóvenes de este establecimiento que, como otros muchos, ha aguantado estoicamente la embestida de la actual pandemia. El local estuvo mes y medio cerrado al público por la contingencia sanitaria que sacude al mundo, aunque prestaba servicio a domicilio. “Lo pasamos fatal. La salida para atender a los clientes en sus casas era la excusa para no caer en la desesperación”, indica Sosa, que no se plantea a corto plazo acogerse a la jubilación. “Mientras tenga salud y pulso estaremos aquí porque este trabajo requiere estar muchas horas de pie”, manifiesta este querido vecino de Telde que, con dos hijos y tres nietos, se muestra eternamente agradecido a esta ciudad por la “extraordinaria acogida” que me ha dispensado durante tantos años.

En cualquier caso, el futuro de Peluquería Tomás, entre las más antiguas de Telde, parece garantizado porque uno de sus hijos, Oliver, está más que instruido en la profesión

En cualquier caso, el futuro de Peluquería Tomás, entre las más antiguas de Telde, parece garantizado porque uno de sus hijos, Oliver, está más que instruido en la profesión. Lleva 24 años trabajando con su padre y Sosa no puede estar más orgulloso de su descendiente. “En su día me dolió que se dedicara a esto porque dejó la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones”, comenta.