Lulú, un símbolo

GAUMET FLORIDO

Durante años hizo las delicias de los más pequeños de Telde y de media isla. Todos conocían a Lulú, una chimpancé que pasaba sus días y sus noches en una jaula para pájaros de un pintoresco parque de la ciudad. Nadie (yo tampoco), o muy pocos, reparaban en la mirada triste del animal. No por insensibles, sino porque posiblemente no habían educado su forma de verla. Es probable que les obnubilaran los movimientos más o menos acrobáticos de la mona.

Llegó al parque rescatada por el Seprona. Su dueño la usaba para sacarle fotos a los turistas que querían poner una nota exótica a su viaje posando con una chimpancé. Eso fue en 1992 y en Telde estuvo hasta 2005, cuando el colectivo Turcón dio un paso al frente y denunció su situación.

Aquel primer grito abrió los ojos de muchos de los que hasta ahora observaban a Lulú sin percatarse de los barrotes que la separaban de una vida digna. Entonces se desencadenó un ilusionante movimiento por liberarla. Proyecto Gran Simio, organización nacional en defensa de los primates, abanderó su lucha de manos de su delegado en Canarias, Francisco González, y llegó tan lejos que logró implicar al propio Ayuntamiento de Telde, que apostó por colaborar en su salida hacia una reserva natural donde recibiría un trato más digno.

Allí sigue, en Rainfer, en Madrid, feliz junto a otros de su especie. Mientras, en el parque de Santa Rosalía, al que ella, sin querer, llegó a cambiarle el nombre, su jaula acaba de ser retirada y su recuerdo ha cobrado forma en una placa en la que el Ayuntamiento quiere que ese espacio sea visto como un lugar que nunca debió existir. Pronto será una zona de juegos infantiles donde se respetan los derechos de los animales.

Gaumet Florido Medina es periodista y redactor de Canarias7.