PELAYO SUÁREZ
Nuestra estancia en la República de Guinea Ecuatorial, allá a comienzos de los años 70, supuso un antes y un después que ha marcado el comienzo y final de una etapa vital, no en vano fueron muchas las felices circunstancias que experimentamos durante nuestra permanencia allí.
A raíz de aquellos años, posiblemente la fruta por excelencia de allí, la papaya, nos “intoxicó” de tal manera, por lo que se cumple una vez más la máxima tan popular entonces que mentábamos allí de “que quien prueba la papaya volverá alguna vez a Guinea”. No es el caso, pero con la mente si que hemos vuelto infinidad de veces.
En la mediateca de Casa África, soy un asiduo usuario en donde he conseguido muchos libros sobre diferentes temas de todas las épocas, referentes a aquel país.
Hace unos días leí en la página Web, la presentación de un libro, en casa Africa auditorio, de Nelson Mandela, que me atrajo sobremanera su título: “Ceiba II poesía inédita”.Y es que cuando se llegaba a la ciudad de Bata desde el aeropuerto, al comienzo de la extensa Avenida marítima, destacaba la primera visión de un árbol gigantesco que dominaba todo el entorno y que era considerado como símbolo de la ciudad. Este árbol precisamente era una Ceiba. Hoy varias entidades y una de las líneas aéreas de Guinea Ecuatorial, llevan el nombre de Ceiba.
La autora de este mencionado libro, llamada Raquel Ilombe del Pozo Epita, fue poetisa guineana, más concretamente natural de la pequeña y hermosa isla llamada Corisco, denominada por los portugueses isla Relámpago, famosa por sus playas de arenas blancas radiantes, y situada en el estuario del Muni, cerca del vecino país del Gabón.
Había nacido en el año 1931, de madre corisqueña, natural de Corisco, y padre colono español, finquero de Rio Muni, llegado a la entonces Guinea española en el año 1918. Desde muy pequeña, se le otorgó a su padre la patria potestad, a pesar de la resistencia de su madre, y fue enviada con su familia a España, donde fue educada según las costumbres de la entonces metrópolis, en un ambiente de clase media.
Obviamente no voy a juzgar académicamente esta obra literaria a pesar de haberla leído y releído, pero si que he disfrutado sobre todo, de la veintena de poesías, de su extensa obra figurada en este libro, que hace referencia a su tierra Guineana, a la que conoció por primera vez, cuando ya contaba con veinte y seis años de edad, en el año 1957, y ya estaba casada con un español, que la acompaño en aquel primer viaje a su tierra natal y que desde siempre añoraba conocer a su madre. A partir de ahí sería ruta constante de ida y vuelta, con largas temporadas en Malabo y Bata, hasta poco antes de su fallecimiento en el año 1992.
En ese primer encuentro con sus ancestros, se encontró con su madre, y que lo describe como la impresión más fuerte que había sentido en aquel primer viaje, olvidándose de todo lo demás visto entonces. Este añorado encuentro lo relata así con el título de “Mi Isla”:
Se rasgó mi alma
al sentirme cerca
al pisar la tierra
de la blanca isla
donde yo naciera
sentí el beso
de una brisa fresca.
¡Qué fuerte fue aquello!
qué largo fue el trecho
que prisa tenía por aquel encuentro.
Unos brazos negros
ante mi se abrieron
me sentí una barca
en un gran océano.
Una voz profunda
pronunció mi nombre:
Monday (1) me llamaba
como si en sus brazos
aún me meciera.
Y sigue describiendo sus impresiones al llegar por primera vez a su isla “Corisco”:
Estoy aquí
he venido a buscarte
se ha roto el hechizo.
Vengo a purificarme
en las arenas blancas
de tus playas tranquilas
a la luz de la luna
con ritmo de tambores.
La Ibanga (2) comienza
con ritmo trepidante
yo soy benga (3) como ellos
de la isla de Mandyí (4).
Raquel Ilombe, es considerada como la primera escritora nacida en Guinea Ecuatorial en publicar su obra. Y que además escribió otros libros de cuentos y leyendas guineanas, habiendo estudiado música y declamación en el Conservatorio de Madrid y participó en numerosos actos culturales de recitales tanto en Madrid como en otros lugares, así como cantautora, con un disco grabado.
El centro cultural de España en Malabo en el año 2011, creó el premio especial dedicado a “Raquel Ilonbe” dirigido a las escritoras ecuatoguineanas en el certamen anual “Dia de la Hispanidad/los mares de Guinea Ecuatorial”.
Pero su devoción era la poesía, cuya antología se publica en esta obra,
“Ceiba II”, en trescientas sesenta y cinco páginas. Aunque su primer poemario ya lo había publicado con el título de “Ceiba” en el año 1978.
Otro ejemplo del amor que sentía por su tierra, tanto tiempo añorada, lo manifiesta en el poema titulado “No se si volveré”:
Tal vez ya no suba nunca
la empinada escalera
ni de la ventana observe
como baja la marea.
Tal vez ya no oiga las voces
de los niños que venían
a la puerta de mi casa
vendiendo bananas, mangos
aguacates y papayas.
Tal vez mis ojos no vean
el sol cuando se adormece
ni vea la luna romperse
entre las aguas del Sendye (5).
Describe con un verbo sutil, a la Ciudad de Bata, que para los que hemos estado allí nos reflejamos en sus impresiones, como si estuviéramos transitando por sus calles, en el poema que lleva su nombre, Bata:
¡Bata es niña
mañana será mujer
mar azul, tierra roja
verdes bosques
negros ojos piel oscura.
Ríos que cantan de día
el embrujo de la noche
cuando los últimos pasos
se oyen dar a la tarde
en procesión van pasando
todas las voces del bosque.
Canta la Ceiba
la palmera responde
con su aroma los cafetos
anuncian que su flor se abre.
Cada animal va contando
historias de día y tarde
así se pasa la noche
así empieza a meterse
entre la piel y la carne
este trocito pequeño
esta África tan grande.
Como manifiesta el glosador y presentador de esta obra, el filólogo escritor Baltasar Fra Molinero:
“Guinea surge en su poesía como un espacio exterior que se va interiorizando, constituido por la preponderancia del color verde, el cielo, el agua (mar, río, lluvia) el pueblo guineano y los sonidos”.
Glosario:
(1) “Monday”, nombre nativo con el que la llamaba su madre de niña.
(2) “Ibanga”, danza femenina típica de Corisco de la cultura Ndowe, que se baila para invocar a los espíritus.
(3) “Benga”, etnia de los nativos de la isla de Corisco.
(4) “Mandyi” es el nombre con el que nombran a la isla de Corisco sus naturales.
(5) “Sendye”, uno de los lugares mas bellos de Rio Muni, con las impresionantes cascadas del río Wolo, llamado Río Benito en la época colonial.
Ndowe, tribu principal que abarca varias etnías como los mencionados Benga.y los Ndowe.
Pelayo Suárez Alejandro es profesor jubilado de FP y autor de varios libros sobre aspectos históricos de Telde.
























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