Normalidad con pinzas

RONALD RAMÍREZ

Arranca el fútbol y vuelven las clases. Ahora sí, con el fin del verano, podemos decir que entramos en la tantas veces mentada nueva normalidad.

Pero son muchas las dudas que deja este regreso a las rutina agarrada por alfileres, que se presenta como un castillo de naipes en el que solo una pequeña brisa bastaría para derrumbarlo. Los futbolistas están sujetos a continuos PCRs, ¿qué va a pasar cuando salten -que saltarán- los primeros positivos? Toda la plantilla en cuarentena y, si somos meticulosos, también el último rival. Aplazamientos de jornadas, reajustes de un sobrecargado calendario y, a la larga, situaciones sin soluciones justas como el Dépor-Fuenla.

Pero lo peor está en las aulas. Es lógico querer evitar las clases online. Nuestro sistema educativo, a diferencia de otros países europeos, no está, ni mucho menos, preparado. Con los recursos disponibles, material de refuerzo y poco más. Impartir nuevos contenidos es una quimera.

Pero los protocolos anticovid que se pretenden establecer sí que son ciencia ficción. Recreos divididos en grupos, recomendación de lavarse las manos cinco veces al día en centros saturados y con baños escasos, prohibir el contacto entre alumnos de diferentes clases... Y otras decisiones dantescas. Si no que se lo pregunten al Saulo Torón, que verá duplicado su aforo al recibir a más de 200 alumnos de La Rocha cuando la distancia de seguridad es el principal mantra a seguir.

¿Durante cuánto tiempo se puede hacer cumplir esta ley marcial? Ni aún con la triste conversión de profesores en policías bastará para que no aparezcan brotes que comprometan esta normalidad cogida por pinzas. Y entonces tocará empezar de nuevo.

Ronald Ramírez Alemán es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.