TELDEACTUALIDAD
Telde.- El sacerdote Juan María Mena Hernández abrió esta noche en la Basílica de San las fiestas religiosas del Santo Cristo de Telde. Y lo hizo con un pregón de gran carga teológica pero también muy crítico, en el que abordó la situación de la sociedad en general y de la Iglesia en particular.
El acto comenzó al término de la eucaristía que desde las 19.30 horas ofició el cura del templo matriz de Telde, José María Cabrera. Licenciado en Derecho, doctor en Teología y titular de la parroquia de Santa Isabel de Hungría, en Las Palmas de Gran Canaria, Juan María Mena Hernández brindó un pregón no al uso, algo atípico, como él mismo explicó. Una exposición oral salpicada de textos bíblicos y en la que lanzó un mensaje de renovación y transformación.
Reflexionó sobre cómo la imagen del Santo Cristo de Telde, una efigie de incalculable valor artístico y devocional que los indios tarascos de México modelaran allá por el año 1555 a base de una pasta de millo, sigue iluminando muchos siglos después a la sociedad grancanaria y proyectando fe y esperanza, y asimismo evocando “la historia, la tradición, el presente y el futuro de la Iglesia en Canarias”.
Mena Hernández animó a la feligresía a vivir estas fiestas en su significado más profundo, “bajo la humildad y el servicio, la entrega de la vida y la opción por los crucificados de nuestro tiempo”, refiriéndose a los “inmigrantes que mueren intentando llegar a sus sueño europeo, mujeres y niños asesinados por quienes más les debían querer y cuidar, a los cristianos perseguidos y masacrados especialmente en toda África por el fanatismo absurdo, pueblos enteros de la tierra torturados por la miseria y la violencia, niños cuya inocencia ha sido destrozada por la brutalidad de algunos adultos”.
En su intervención habló del empobrecimiento moral y de las desigualdades, de la injusticia, del perdón y de la compasión hacia quienes padecen cualquier tipo de sufrimiento, y lanzó un mensaje de “auténtico amor a Dios y al hermano”.
Transformación y renovación profunda de la Iglesia
También abordó el papel de una Iglesia, dijo, que se encuentra en una situación de “emergencia pastoral y misionera”, en Canarias y en buena parte de Europa. En este sentido, abogó por llevar a cabo una transformación y renovación profunda con vistas a “un mundo mejor, más solidario y fraterno”. E incluso por convocar un nuevo Concilio Vaticano para afrontar los nueves retos. “Nada hay que temer de revisar y reformar lo necesario desde la sencillez del Evangelio; solo tengamos miedo al miedo... Hay que abrir grandes procesos participativos con vistas a la renovación de la Iglesia de Canarias y de su respuesta evangelizadora. Crear comunidades vivas y fascinantes, tan plurales como fraternales. La Iglesia es y debe ser muy diversa pero hay espacio para todos los que creen y aman a Dios y a los hermanos. Bienvenido sea el pluralismo que nos enriquece...sospechemos de los que creen tener toda la verdad y no son capaces de relativizar sus puntos de vista…”, subrayó el pregonero.
Mayor protagonismo a los laicos
Del mismo modo, el sacerdote se mostró partidario de afrontar todos estos cambios con “flexibilidad, apertura de mentes y discernimiento”, y se mostró partidario de dar un mayor protagonismo a los laicos. “No podemos pensar que todo lo que vaya a venir sea malo aunque parezca amenazante, ni tampoco darlo por bueno sin más; se precisa discernimiento y formación continua. Más reflexión y más profunda”, espetó.
Cambio climático e incendios
Por último, Juan María Mena Hernández dedicó parte de su alocución al cambio climático, “un reto de supervivencia de la humanidad”, afirmó. “La Creación, pobre e indefensa, está siendo crucificada y violada por el desarrollismo voraz e irresponsable que no tiene en cuenta a las futuras generaciones. El cambio climático es otra agresión. Duele ver como arde el Amazonas”, señaló para también referirse a los recientes incendios que han asolado parte de la cumbre grancanaria. “Muchos pedían el milagro del fin de las llamas y hasta la lluvia, y llovió solidaridad y se hizo el milagro de que nadie murió”, se alegró el pregonero.
Tras el pregón, al que acudió un nutrido grupo de feligreses, una representación de las autoridades locales, encabezada por el alcalde Héctor Suárez, y el pregonero de las fiestas del pasado año, el médico Fernando Urtasun Brito, la Banda Municipal de Música de Telde que dirige José Martel ofreció un concierto de temas religiosos.
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