Los vecinos de Los Tulipanes, hartos de la inseguridad y el abandono

TELDEACTUALIDAD
Telde.- Robos, prostitución, trapicheo de drogas, suciedad y unos servicios básicos que dejan mucho que desear y que para nada se corresponden a los de un municipio como Telde. Esta es la desoladora realidad a la que llevan tiempo enfrentándose los vecinos de Los Tulipanes. Un complejo residencial de cuarenta adosados radicado en la parte baja de La Pardilla y en el que habitan alrededor de 120 personas.

Apenas dos kilómetros los separan del casco de la ciudad. Y pese a que pagan religiosamente sus tasas e impuestos, los vecinos de Los Tulipanes tienen la sensación de vivir en un barrio “tercermundista”, como asegura José Luis Tavío.

Y es que una simple vuelta por las cuatro calles que conforman este pequeño residencial –Electra, Doña Perfecta, Petrarca y Enrico Fermi– basta para constatar que los problemas que soportan no son pocos y que las quejas que sus habitantes dirigen contra el Ayuntamiento de Telde están más que justificadas.

Quizás el más acuciante sea el de la inseguridad y un vandalismo que campa a sus anchas y al que los vecinos ponen nombre y apellido. Un edificio abandonado, ahora propiedad de Bankia, que se levantan a escasos veinte metros del residencial y en el que conviven varios okupas. El inmueble, sin puertas, ventanas y completamente desvalijado, sufre cada poco incendios que, sospechan, en la mayoría de las ocasiones son intencionados. Ya cuentan más de diez fuegos en los últimos meses. Por si fuera poco, su sótano, proyectado en su día como garaje y ahora calcinado por el fuego, se ha convertido en todo un foco de insalubridad, en el que “las ratas son como leones”, comenta Tavío.

Alrededor de este bloque y de otras construcciones abandonados se suceden los hechos delictivos. Prostitución, menudeo de drogas y robos. El pasado jueves fueron seis los vehículos sustraídos en una sola noche. Rompieron los cristales de los coches, revolvieron su interior y de algunos se llevaron objetos.

Pero esta no es la única deficiencia que presenta el complejo de adosados de Los Tulipanes. Hay más. Cuestiones tan simples y de tan fácil solución como una farola en medio de una acera que impide pasar a los peatones. O que para depositar la basura tengan que a atravesar un solar privado o recorrer más de 100 metros rodeando una manzana por una acera de apenas 50 o 60 centímetros junto a la que los coches pasan a gran velocidad.

El peligro también acecha a los vecinos de Los Tulipanes en forma de barandillas a punto de caer, de oquedades en la calzada y de arquetas que son todo un riesgo para los viandantes, en especial para los menores.

Las canchas deportivas están completamente abandonadas. Por desaparecer ha desaparecido hasta parte de su vallado y el portón de acceso. 

Asimismo, junto a este recinto al que cada tarde acuden muchos niños a jugar se encuentra la nave de la antigua fábrica de muebles Fabrisa. Un almacén también abandonado y en el que hay restos de amianto, cuyo cerramiento de planchas metálicas se ha levantado conllevando, además de una incomodidad cada vez que sopla algo de viento, otra amenaza potencial.

Todas estas situaciones, y más, las han puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Telde y de otras administraciones u organismos como el Cabildo, Gobierno de Canarias, Delegación del Gobierno y hasta el Seprona. Pero hasta la fecha nadie les ha dado respuesta a sus demandas.

Lo único que piden son unos servicios básicos decentes para poder vivir como ciudadanos normales de cualquier otro barrio.