Sordidez a escala planetaria

GAUMET FLORIDO

Yo que pensaba que con lo que había visto en la política de Telde lo había vivido todo. Créanme si les digo que durante años en la actualidad municipal de esta ciudad hubo mucho de malas artes, de mezquindad, odio, prácticas antidemocráticas, traiciones, demagogia, manipulaciones y ,si me apuran, violencia, verbal a raudales, y física, casi.

Afortunadamente esa mala etapa pasó y ahora los legítimos conflictos de intereses, o las distintas formas de ver y entender la gestión se dirimen, salvo excepciones, en terrenos menos tormentosos. El caso es que siempre atribuí aquel desatino a una clase política que, pese a los años, aún necesitaba madurar, por lo que a menudo incurría en excesos tabernarios y un tanto tribales para marcarse mutuamente el territorio. Que todo se debía a aquella máxima que reza: pueblo chico, infierno grande. Porque Telde, para muchas cosas, sigue siendo un pueblo, con sus pros, pero también con sus contras.

Por eso, por este mismo análisis, se me hace difícil aceptar que la política mundial esté rayando incluso a peor nivel que aquel que me tocó vivir en mi ciudad natal. Me cuesta creer que el presidente de Estados Unidos se cruce en las redes sociales insultos propios de una pelea callejera de mala monta con el que fuera su director del FBI, quien, por cierto, lo tilda directamente de capo mafioso.

O que, como se oye, parte de la estabilidad internacional dependa de un supuesto vídeo con las correrías sexuales de Trump en Rusia, grabado a instancias de un Putin menos dado a los escándalos, pero, por lo visto, tan poco respetuoso con el derecho internacional como también lo ha demostrado ser su rival norteamericano. Nunca imaginé tanta sordidez y a una escala tan alta, a escala planetaria. Temo que acabemos pagando un precio muy alto, más alto del que ya pagamos, por tanto desafuero.

Gaumet Florido es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.