JULIÁN GONZÁLEZ
A raíz de la polémica suscitada por el euro del aparcamiento de Melenara, debo confesar que a priori no tenía elementos de juicio que me ayudaran a posicionarme al respecto.
Después de una sosegada reflexión, he llegado a la conclusión que las fiestas de los barrios que tengan que ser financiadas con sólo la voluntad de los vecinos y vecinas, la aportación de algún feriante y de alguna que otra publicidad comercial, cada vez menos, están llamadas a la mínima expresión, o en el peor de los casos, a la desaparición, dado los altos costes que conlleva cualquier evento festero.
Las Comisiones de Fiestas, cuando han contraído la responsabilidad de organizar los fastos, tienen enormes dificultades a la hora de elaborar un programa de fiestas, que vaya en consonancia con las aspiraciones de los vecinos y vecinas que representan, debido especialmente al tema económico.
Una vez elaborado el borrador del programa, llega la hora de la verdad, ponerle números ha dicho borrador, es ahora cuando hay que buscar los recursos económicos que permitan llevar a buen puerto las fiestas. No es tarea fácil, hay que tocar en muchas puertas y no todas se abren. Hay que reinventarse, esforzándose en la busca de una luz que alumbre la solución económica.
En referencia a las fiestas de Melenara, han alcanzado una altura que ha hecho posible que sean reconocidas fuera del ámbito municipal, debido al buen trabajo llevado a cabo durante años por las distintas comisiones de fiestas o patronatos, que con mucha dedicación y esfuerzo, han hecho y están haciendo un encomiable trabajo digno de mención.
Volviendo a la polémica del euro y con relación a la financiación de las fiestas, no queda más remedio que buscarla sí o sí, incluso debajo de las piedras si se supone que se pueda encontrar un céntimo. En este caso, ha sido el euro salvador proveniente del amplio solar aledaño a la playa, que sirve de aparcamiento especialmente en verano, y que a la postre pueda ser decisorio a la hora de afrontar el presupuesto de las fiestas.
De otra parte, no se puede entender que cuando hay un grupo de hombres y mujeres que de manera altruista, se proponen enfrentarse la tarea de la organización de las fiestas de un barrio, en este caso Melenara, robándole horas a la familia, privándose de su tiempo de ocio, echándole horas a la tarea organizativa de las fiestas después de la jornada laboral, etc., no tengan el reconocimiento público que en mi opinión se merecen, al contrario, en ocasiones son puestos en tela juicio, incluso con críticas furibundas, (ejemplo el euro del aparcamiento) que por lo general supongo que vienen de aquellos/as, que nunca se han significado por elevar el desarrollo de su barrio.
Finalmente, solo me resta desearles unas felices fiestas, animándoles a involucrarse en ellas, dejando a un lado algunas pequeñas desavenencias que como humanos hayan cometido en devenir cotidiano, aparcando por unos días el quehacer diario, saludando a los amigos y amigas, propiciando unas fiestas a la altura de la estatura humana, donde impere la tolerancia, la cultura y la solidaridad.
Saludos.
Julián González Santiago fue concejal del Ayuntamiento de Telde y es vecino de Marpequeña.
























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.22