TELDEACTUALIDAD
Telde.- Prácticamente los hay de todos los tipos y dimensiones en Telde. Y es que la ciudad se ha convertido en los últimos años en una auténtica universidad callejera en cuanto a baches se refiere.
Pero por más que la experiencia sea un grado, la sociedad teldense no deja de sorprenderse ante un último descubrimiento que ha revelado que los socavones capaces de comunicarse con los conductores a través del código morse. Como los que se encuentra al final de la calle de La Rocha, en el barrio teldense de El Ejido. Una suerte de molécula gigantesca de agujeros en el asfalto que, encadenados unos tras otros, parece representar la letra F del alfabeto morse: bache, bache, cachito de asfalto y, de nuevo, bache (â— â— - â— en morse).
Los vecinos de El Ejido aseguran que llevan más de 6 meses conviviendo con este molesto paisano, sin que desde el Ayuntamiento de Telde nadie se haya molestado a lo largo de este tiempo si quiera en parchearlo. Por lo pronto, los conductores tendrán que seguir sorteando este elemento a su paso por la calle de La Rocha si no quieren maltratar las mecánicas de sus vehículos.
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