TELDEACTUALIDAD
Telde.- En lugares estratégicos del municipio, especialmente en el acceso a la zona de La Mareta desde la GC-1, se estaciona con frecuencia una furgoneta a modo de valla publicitaria ambulante en la que se anuncia la imagen de una mujer semidesnuda como reclamo de webs de servicios eróticos.
Este hecho ha soliviantado a colectivos feministas de Tede y de la Isla, así como a particulares, que no entienden cómo las autoridades públicas hacen la vista gorda y en todo este tiempo no intervienen para impedir este reclamo publicitario que degrada la imagen de la mujer.
El lugar de la mujer
Por Nieves Rodríguez Rivera
Hace unos días apareció una mujer muerta dentro de una maleta. El hombre había confesado que no soportaba la idea de la separación, por eso la asesinó y escondió el cadáver. El continuo goteo de mujeres asesinadas por el terrorismo machista no cesa.
Se puede ya afirmar que esta lacra no va a cesar hasta que pongamos los medios necesarios para situar a la mujer en el lugar que le corresponde.
Continuamente vemos en la publicidad anuncios que degradan y denigran a la mujer, pese a que la Ley General de Publicidad considera ilícita aquella que presenta a las mujeres de forma vejatoria, utilizando particular y directamente su cuerpo como mero objeto desvinculado del producto que se pretender promocionar. A pesar de esto, a diario comprobamos que esto no sólo no se incumple sino que, por el contrario, a fuerza de acostumbrarnos a estas imágenes estereotipadas de la mujer para anunciar desde un coche un perfume, no sabemos reaccionar a tiempo, o lo consideramos algo normal. Sin embargo, no es normal ni saludable, y en cambio habla de una sociedad donde el sexismo sigue incrustado en todas las capas sociales y en todos los sectores.
La imagen estereotipada de la mujer como objeto sexual para cualquier fin, pese a su ilegalidad, acampa entre nosotras. Hace unos días, el Ayuntamiento de Jerez denunció al Gran Premio de España de motociclismo por utilizar la imagen de la mujer como reclamo.
Tampoco ayudan los medios informativos con la utilización de un lenguaje machista y de consideraciones propias de otras épocas, cuando hablan del peinado de Cristina Cifuentes o de los vestidos de Letizia, en lugar de fijar la atención en lo que dicen y no en cómo van. Nadie habla de cómo viste un diputado ni del peinado que lleva.
La cosificación de la mujer o la utilización de esta como objeto es el producto de una sociedad desigual con dos varas de medir, una para los hombres y otra para la mujeres. La subordinación de esta, y su constante degradación considerándola como un ser cuantificable o un objeto del que el hombre puede hacer uso cuando quiere, es uno de los factores que inciden en tanto terrorismo machista.
El neoliberalismo, con su defensa a ultranza de la libertad por encima del derecho o la dignidad de la persona, se ensaña nuevamente en la mujer para hacer de ella un vientre de alquiler al que cualquier hombre o pareja adinerada puede acceder si quiere. Sucede igualmente con la prostitución, donde cualquiera puede comprar o vender el cuerpo de una mujer (aun alegando la libertad dudosa de la mujer prostituida a hacerlo), ya que la prostitución es uno de los pilares que alimenta la denigración de la mujer y sus ulteriores consecuencias.
¡Basta ya de tanta hipocresía y de golpes de pecho! Todos somos culpables si no tomamos cartas en este asunto. Desde hace unos meses que en nuestras calles, en el municipio de Telde y en lugares estratégicos como Makro o Alcampo, se pasea y estaciona una furgoneta anunciando, como si de mercancía o ganado se tratase, la imagen de una mujer semidesnuda como reclamo para publicitar un negocio de prostitución. Ni la policía, ni el Ayuntamiento, ni el Cabildo parecen saber nada. Nadie sabe nada, ni oye, ni ve nada. Sólo constricción y la foto en la prensa con la próxima mujer muerta.
Nieves Rodríguez Rivera es profesora de Lengua y Literatura y columnista de TELDEACTUALIDAD.




















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