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Telde.- Paz y tranquilidad para las dos familias, la de víctima y la del asesino. Lidia Henríquez, madre de Yurena López, la joven de 23 años que el pasado viernes perdía la vida en Lomo Magullo a manos presuntamente de su novio Ayoze R. Gil, dirigió esta noche unas sentidas palabras a los asistentes a la misa funeral por el alma de su hija que tuvo lugar en la Basílica de Telde. TA avanza video.
Con la voz entrecortada y la emoción contenida, López pidió desde los pies del altar a “Padre Dios” fuerza y consuelo para “sobrellevar” la trágica y violenta muerte de una de sus dos hijas, de tan solo 23 años, en una intervención que tuvo lugar al término de la ceremonia religiosa que comenzó a las 19.30 horas y que fue oficiada por el párroco José María Cabrera.
Palabras muy sentidas a modo de una “humilde oración” en la que rogó por encontrar “el más puro amor, paz, esperanza y compasión”. Y mediante la que también agradeció a “Padre Dios” por “el cuidado que vas a tener con nuestra niña, con los mismos mimos llenos de tranquilidad, protección y paz que tu mismo le regalarás para que ella nunca más sienta ningún tipo de dolor o miedo”, dijo, y por “seguir apartando” de sus corazones “todo odio, rencor, rabia o malos pensamientos”.
Del mismo modo tuvo palabras de gratitud para la familia del agresor, un padre, una madre y unos hermanos políticos “maravillosos”, que cuidaron a Yurena como si fuera una hija más de ellos, señaló.
Compasión y oraciones para Ayoze
Dando muestras de una enorme bondad, Lidia Henríquez también suplicó compasión para el asesino de su hija. “Te suplico, como madre, con el corazón del amor de una madre que tu me has regalado, que tengas esa compasión tan inmensa con el ejecutor de mi hija. En esa tan tormentosa prisión de conciencia que lo va a acompañar el resto de su vida terrenal. Y a pesar de que a mi chiquitita me la arrebató, yo, como buena cristiana, oraré también por su espíritu y su alma”, exclamó ante una Basílica llena, en la que se encontraban familiares de Ayoze R. Gil y en la que incluso hubo quien tuvo que seguir la eucaristía de pie.
“No permitas que nadie se tome la justicia por su mano”
La compungida madre también pidió a “Padre Dios” que no permita “nunca más que nadie se tome la Justicia por su mano. Nunca más…”. Por último, se alegró de disfrutar de lo más hermoso de su vida, sus “tesoros”: su hija Yurena, su hija Vanessa, y su nieto Yeremi. Acto seguido, se fundió con sus familiares en un abrazo que estuvo envuelto por un gran aplauso y que terminó por hacer brotar las lágrimas en algunas de las cientos de personas que siguieron la misa.
Seguir el camino de la reconciliación y la paz
Con el "corazón roto" el sacerdote José María Cabrera ofició una eucaristía muy pedagógica y reflexiva en la que invitó a los presentes a no caer en la depresión, el odio, la venganza o el mal como salida, y a construir “un nuevo mundo de justicia, paz, amor, oportunidades y en el que haya espacio para todos”.
El párroco de la Basílica de San Juan, que en varios momentos de la ceremonia se emocionó, habló del luto y el dolor, de la reconciliación y a la paz, de la misericordia y la acogida. “Lo más grande del cristianismo es que Jesús rezaba por los que le perseguían”, dijo, al tiempo que explicaba que Jesucristo fue un joven al que también, al igual que Yurena, “le arrancaron violenta y cruelmente la vida”.
Representación institucional
Entre los asistentes se encontraba una pequeña representación municipal con la alcaldesa Carmen Hernández y los concejales Celeste López, Mari Carmen Castellano, Guillermo Reyes y Soledad Hernández.






















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