TELDEACTUALIDAD
Telde.- La jornada de ayer del III Campus de Etnografía y Folklore, que se enmarca en el XXI Festival Internacional de Folklore de Ingenio, estuvo marcada por dos componentes: el ingenio azucarero en Canarias y la importancia de la lucha canaria como una de nuestras señas de identidad. En el primer caso, el historiador Manuel Lobo destacó la importancia de un cultivo que marcó toda una época en el desarrollo de Telde en los siglos XVI y XVII.
Lobo, académico de número de las Academias Canarias de la Lengua y de la Historia, es una de las voces autorizadas de la investigación histórica del azúcar como instrumento de desarrollo en el despegue económico de las Islas durante varios decenios. Subrayó que hay que poner el valor la dimensión del azúcar en Canarias, cuyo fenómeno no se circunscribió a una realidad local sino también a la interconexión del Archipiélago con Europa (hacia donde se produjo un viaje de ida y vuelta, con exportación de azúcar e importación de productos manufacturados y obras de arte), hacia África (con la exportación de remieles y la importación de esclavos) y América (territorio que sería el beneficiario de las técnicas, el personal cualificado y de toda una terminología que se castellanizó en las islas).
Como refirió, “la vida en los ingenios azucareros oscilaba entre dos períodos que tenían que ver con la jornada laboral que era el elemento que permitía cohesionar la vida en el establecimiento. El año se dividía en dos períodos: uno más relajado, en donde se atendía principalmente al cañaveral a la vez que se hacían las reparaciones del ingenio, especialmente los hornos o fornallas y las partes deterioradas de las casas. Frente a esta relativa calma existía un período de carácter intensivo, conocido como la zafra, en donde todo el personal se ponía en movimiento, tanto en la plantación como en el trasporte y en las diferentes casas que componían el establecimiento”.
Lobo aludió asimismo al ingenio que se desarrolló, dependiente del Señorío Episcopal de Agüimes, en la llamada “Banda del Ingenio”, en donde surgió un importante ingenio azucarero movido por las caudalosas aguas de la cumbre, allá por el año 1503. Este hecho quedó como ente identificativo de Ingenio, perpetuándose en varias singularidades como su actual nombre. Lobo recordó que los distintos componentes del llamado “ingenio azucarero” (Casas de Purgar y Refinar, Casa de Calderas, Torre,...) conforman uno de los dos cascos históricos protegidos, desarrollándose el entramado urbanístico a partir de este complejo industrial localizado entre las zonas de “Cruz de la Torre” y “La Rueda”.
Manuel Lobo ha publicado más de treinta títulos, propios y en colaboración, así como numerosos artículos y ponencias de variada temática relacionada con Canarias y el Atlántico en sus aspectos económicos, sociales y culturales, entre los cuales destacan ‘La esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI’, ‘El comercio canario europeo en la época de Felipe II’ y ‘La conquista de Gran Canaria (1478-1483)’.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.48