TELDEACTUALIDAD
Telde.- La joven estudiante del IES Profesor Juan Pulido Castro (Arnao) que el pasado lunes se vio involucrada en un incidente con otro menor, hechos que se encuentran bajo investigación, desmiente la versión que ayer miércoles ofrecía la Consejería de Educación del Gobierno canario negando que hubiera sido agredida.
La presunta víctima, de 17 años de edad, se ha puesto en contacto con TELDEACTUALIDAD para salir al paso del comunicado de prensa difundido por el departamento regional.
Carga contra el proceder del equipo directivo del instituto, especialmente centra sus críticas en la directora, y asegura que se siente “horrorizada” por su actitud “cínica” e “hipócrita”. “Lo único que desea es limpiar su nombre, culpabilizándome de todo el suceso”, manifesta a este diario digital.
Sostiene que la información facilitada desde la dirección del centro educativo es “dudosa” y que “criminaliza a la víctima”, además de tacharla de “mentirosa” e intentar hacerla sentir “culpable” de lo sucedido. Por todo esto sopesa la posibilidad de interponer una demanda por los daños morales ocasionados.
Insultos, empujones y un puñetazo
En la denuncia que formuló ante el Grupo de Menores (GRUME) de la Comisaría de la Policía Nacional de Telde, documento al que ha tenido acceso TELDEACTUALIDAD, la joven relata que la presunta agresión ocurrió en la cafetería del centro.
Y que tras recibir una serie de empujones e insultos –afirma que el supuesto agresor se dirigió a ella diciendo “qué pasa zorra de mierda”; “mira lo que está haciendo la zorra esta”; “no te parto la cara porque eres una chica” – fue repelida contra la barra de la cafetería y recibió un puñetazo en la nariz.
Al día siguiente acudió por segunda vez a un centro sanitario, esta vez para solicitar un parte de agresión, ya que el golpe le habría provocado un sangrado en la nariz, que ha adjuntado a la denuncia.
Comunicado de la joven
El pasado lunes 14 de mayo, aproximadamente a las 11:30 hrs, inicio del recreo, me dirigí a la cafetería del centro para comprar mi desayuno. Había una aglomeración de gente muy grande, como todos los días. Detrás de mí noté que había unos niños empujando y riéndose. Me llegaron a empujar y a molestar, a mí y a otra chica más. Me giré para ver qué era lo que estaba ocurriendo y me di de cara con un chico desconocido que, al ver mi reacción, empezó a reírse y a burlarse con sus compañeros. Además, me dijo: "¿qué pasa con esta zorra de mierda?" O "mira lo que está haciendo la zorra de mierda esta".
Volví a girarme porque no tenía intención ninguna de encontrarme con problemas y este chico se acercó por detrás de mí y me eructó en la cara. Me giré nuevamente y el chaval empezó a reírse con sus compañeros, burlándose de lo que le decía. Estalló una leve discusión y este chaval me agarró de los hombros y me tiró para atrás. Le empujé en respuesta y el regresó para darme un puñetazo en la nariz. Continuó pegándome y riéndose. Me defendí de sus agresiones, intentando reducirlo. Él solo se reía, diciéndome que "no me partía la cara porque yo era una niña".
Ningún docente intervino ya que no había ninguno allí en ese momento, y el conflicto acabó con la intervención de uno de los coordinadores de la cafetería, que me sacó de allí. Yo estaba en ese momento con tanto miedo, que mi reacción inmediata fue salir de la cafetería, llamar a mi madre y a un profesor de guardia. Al coger mi teléfono, me di cuenta de que mi bolso estaba abierto y el móvil sacado, mi billete de cinco euros asomando por el bolsillo de mi pantalón trasero y mi nariz sangrando. Por la adrenalina de la situación, no sentí dolor en su momento, pero más tarde el dolor llegó: un intenso dolor de cabeza y mareos. El médico que me realizó el parte de lesiones me recetó medicación (Ibuprofeno).
Constato, que una chica testigo y alumna, me acompañó en más de una ocasión diciendo y comunicando al jefe de estudios que había visto todo lo que había pasado, brindándome apoyo.
Mi madre llamó a un policía local mientras venía de camino, que la acompañó hasta el instituto. Este policía estaba presente cuando mi madre me encontró allí y la sangre de mi nariz era visible. Después, la policía nacional llegó y también fueron testigos de mi estado físico. Me recomendaron denunciar y adjuntar la denuncia con un parte médico de lesiones, además de que me dijeron de que con el agresor no podrían hacer nada. Salimos del instituto por recomendación de la policía y fuimos directo a la clínica "Arnao", que está próxima, donde nos informaron que el parte de agresiones debería de ser efectuado en un hospital público. Era demasiado tarde, así que fuimos a denunciar y sacamos el parte médico el día siguiente, hecho previamente comunicado en comisaría.
Mi madre tuvo que ponerse en contacto con el centro el miércoles 16 de mayo, ya que el instituto hasta la fecha no nos había contactado. La dirección del centro nos reunió el miércoles en la oficina de dirección y nos informó de que quería que yo relatara los hechos de lo ocurrido mientras ella escribía en el ordenador. En esta reunión, la directora criticó el hecho de que me defendiera de las agresiones, y me dijo que "no debería de defenderme de nadie, que lo que tenía que hacer era salir de allí" y que eso también "era agresión". Es decir, que mi defensa era una agresión.
Además, me preguntaron si "en algún momento me había parado a pensar en los sentimientos de mi agresor" y me reprochó de haber llamado a mi madre antes de que a ella. Por último, también criticó a mi madre de "inducirme" a contar una versión falsa de los hechos y criticó que ella de llamara a la policía. Mi familia y yo estamos todos horrorizados por esta actitud cínica e hipócrita por parte de la directora que claramente lo único que desea es limpiar su nombre, culpabilizándome de todo el suceso.
La consejería de educación del gobierno de canarias publicó un comunicado basándose en informaciones dudosas por parte de la dirección del centro, a la vez que criminaliza la víctima, niega que saliera lesionada del centro y además la hace sentir culpable tachándola de mentirosa.
Tengo pruebas documentadas acerca de lo que ha ocurrido, un parte médico de lesiones, la denuncia efectuada y la presencia de policías y profesores que vieron mi nariz sangrando.
Me parece una vergüenza que la directora por sentirse subestimada y molesta por haber salido el hecho en la prensa, esté más empeñada en acusarme de mentir, sin buscar la verdad y sin darme la oportunidad de constatar mis testigos. Pensaba hasta el momento que todas estas personas presentes eran prueba suficiente, pero veo que no es así.
Pienso en consultar un abogado y demandar (si es posible) por daños morales a mí, que soy menor.
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