La rehabilitación del Mercado Municipal cobra forma

DANIEL OJEDA
Telde.- Todavía quedan algunos meses para que los puesteros del Mercado de Telde puedan abandonar el área polivalente de Narea y regresar al edificio que ocupaban desde el año 1987. Un inmueble de titularidad municipal que se cerró en noviembre de 2018 por las deficientes condiciones de seguridad que presentaba y que hoy se encuentra en pleno proceso de reforma y rehabilitación. La previsión es que las obras culminen este verano o a lo sumo antes de que finalice el año.

El alcalde Héctor Suárez (Coalición Canaria), la vicealcaldesa Carmen Hernández (Nueva Canarias), los tenientes de alcalde Juan Martel (CCD) y Juan Francisco Artiles (Más por Telde), y los concejales de Vías y Obras y Mercado, Eloy Santana y Servando González (NC), visitaron este martes el edificio para comprobar la marcha de los trabajos.

Unas obras que el Ayuntamiento de Telde encargó a la empresa Construplan por un importe de 1.090.533,84 euros y que van con algo de retraso sobre el calendario previsto (inicialmente el plazo de ejecución se fijó en seis meses); si bien ya se ha acometido la parte más compleja y engorrosa del proyecto.

El inmueble, que prácticamente no se tocaba desde que abrió sus puertas por primera vez en el año 1987, más allá de algún remiendo u obra menor, está hoy prácticamente desnudo; es un esqueleto de hierro, cemento y hormigón.

En el sótano se ha derribado toda la tabiquería para ahora volverla a levantar y colocar nuevas puertas y compuertas en los vestuarios, cámaras frigoríficas y demás espacios destinados a almacenar la mercancía. Y también se han dispuesto 30 pilares de hierro forjado para reforzar la estructura y ganar espacio en los niveles superiores. 

Y en la primera y segunda planta se ha retirado todo el pavimento y renovado los baños, ahora adaptados a personas con movilidad reducida, y las oficinas. Sustituyendo además las dos antiguas escaleras mecánicas por otras nuevas de casi cinco toneladas de peso cada una. También está pendiente la renovación de los dos ascensores, de la red de baja tensión y de toda la iluminación, así como la actualización de las medidas contraincendios. 

Se ha retirado el falso techo y reparado la cubierta exterior y sus pilares para eliminar los problemas de goteras y humedades y permitir que el interior sea más diáfano. Y sobre las fachadas del edificio se aplicará un tratamiento cromático con un cartel con letras en 3D.

Y por último se instalará un sistema de videovigilancia en todo el recinto, se modernizarán los puestos con un alicatado nuevo y mostradores, mamparas y demás mobiliario a estrenar y se dotará al inmueble de una segunda salida de emergencia con una escalera desde la planta superior que descenderá por la fachada principal hasta el espacio que hasta ahora ocupaba un cajero automático.

Locales de restauración y un espacio para el ocio
La idea, además de mejorar la accesibilidad y las medidas de seguridad, es convertir esta plaza de abastos "en un edificio propio del siglo XXI, acorde a la demanda ciudadana", explicaba el edil Eloy Santana, quien desde el pasado verano ha estado al frente de estas obras. Un edificio "potente, moderno y eficiente", que conjugue la actividad propia de la venta de alimentos con el concepto de mercado gastronómico.

Para ello, sobre los puestos de la primera planta se han construido tres plataformas individuales que en conjunto suman unos 360 metros cuadrados y sobre las que se montarán cuatro nuevos espacios destinados a la restauración y además se habilitará un espacio polivalente de unos 118 m2 para actuaciones, eventos y otras actividades culturales.

Se mantendrán los mismos puestos pero actualizando precios
Paralelamente a estas obras, la Concejalía de Mercados que comanda el edil Servando González ya trabaja en la redacción de un nuevo reglamento y ordenanza de uso. "Queremos impedir que se produzcan desajustes como los que se dieron en su día con las conexiones de luz o por el mal uso de las estancias", enfatizaba este martes el concejal.

Pero esta no es la única tarea que tiene por delante Servando González. La redacción de los pliegos para adjudicar la concesión de los cuatro nuevos locales de restauración y la actualización de los precios y las condiciones de arrendamiento para el resto de los puestos son otros de los encargos que tiene sobre la mesa.

La intención, tal y como se pactó en su día con los comerciantes, es que cada uno vuelva al puesto que ocupaba antes del cierre y traslado. Por regla general, abonan del orden de unos 60 euros de alquiler por los 20 metros cuadrados que de media tiene cada puesto (en total son 60). Dado que la concesión hace años que caducó, esa renta ahora se revisará al alza.