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Poetas locales intervinieron en el homenaje (Foto Jesús Ruiz Mesa) Poetas locales intervinieron en el homenaje (Foto Jesús Ruiz Mesa)

La poesía modernista de Rubén Darío retumba en Telde

El Círculo Cultural rinde homenaje al poeta nicaragüense en el centenario de su fallecimiento

Cojeda1 Martes, 01 de Noviembre de 2016 Tiempo de lectura:

TELDEACTUALIDAD

Telde.- El Círculo Cultural de Telde rindió homenaje días atrás a Rubén Darío con motivo del centenario de su fallecimiento. El inmueble de la calle El Roque fue sede de un acto emotivo en el que participarán diversos poetas locales. TA ofrece crónica y reportaje gráfico.

 

Centenario del fallecimiento del poeta nicaragüense Rubén Darío

por Jesús Ruiz Mesa

Dentro de la serie de centenarios y conmemoraciones de personajes ilustres, que han cumplido este año 2016 aniversarios de su fallecimiento, y que nos han dejado un legado cultural, intelectual, artístico, literario o de otra índole, patrimonios universales culturales de la humanidad, de los muchos que se viene conmemorando, el Círculo Cultural de Telde ha dedicado un espacio cultural a la memoria del poeta de Nicaragua, Rubén Darío, en un acto de lecturas de su biografía, poemas, interpretación musical y representación escénica de una de sus obras poéticas.

 

El programa y dirección del acto cultural que conmemora el memorial Rubén Darío elaborado totalmente por la escritora, poeta, investigadora del folclore, y directora teldense de la Agrupación Arnao y del grupo de música folk Gaura, Pino Monzón Padrón, con la participación de colaboradores como Lucana Falcón, Julio Pérez Tejera, Mari Carmen Ramos Henríquez, Irma Ariola Medina, Teresa Delgado Duque, Alexia Cabral, Valeria Cabral, Aitor Marwani, Nadine Marwani, y el concertista de guitarra Alberto Chaín, y la misma directora del recital Pino Monzón.

 

El presidente del Círculo Cultural, Máximo Riol Cimas abre el acto dando la bienvenida a este programa de difusión cultural que la entidad social teldense ofrece en su agenda para estos meses y agradece la numerosa presencia del público en el salón de la sede del Molino del Conde. Como primera intervención para entrar en la vida y obra del gran poeta, el que les suscribe este reportaje da lectura a la biografía de uno de los escritores poetas más señeros de finales del siglo XIX y XX, introductor del Modernismo literario en España, Félix Rubén Darío. Lectura que se realiza en dos partes, un resumen de la biografía y sus influencias en la literatura la española, literatos, poetas y escritores de la generación y contemporáneos,  texto que lee Lucana Falcón León.

 

Felix Rubén García Sarmiento nace el 18 de enero de 12867 en San Pedro de Metapa, hoy Ciudad Darío, Metagalpa, Nicaragua. Primer hijo de Manuel García y Rosa Sarmiento.

 

Tras la separación de sus padres fue criado por su abuela. A los 14 años se trasladó a Managua donde trabajó como secretario en la Biblioteca Nacional. Por aquel entonces ya es reconocido como el “poeta-niño”. Cuando cuenta 15 años, se enamora de Rosario Emelina Murillo. La familia para evitar este matrimonio lo embarca para El Salvador. Con apenas 19 años de edad viaja a Santiago de Chile, donde publica su primer gran título: Azul (1888), libro que llamó la atención de la crítica. De regreso en Managua contrae matrimonio con Rafaela Contreras Cañas, quince meses después nace su primer hijo, quedando viudo tres años más tarde. Es casi obligado a casare de nuevo con Rosario Emelina, la pareja vive en Argentina. El poeta residiendo en Buenos Aires como Cónsul de Colombia, nace su hijo Darío Darío que fallece al mes.

 

El año 1892 viajó a España como representante del Gobierno nicaragüense para asistir a los actos de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América. Viaja por diferentes países. En Buenos Aires trabaja para el diario La Nación. En 1898 regresa a España como corresponsal y alterna su residencia entre París y Madrid, donde en 1900, conoce a Francisca Sánchez, mujer de origen campesino con la que se casó por lo civil y tuvo cuatro hijos, de los cuales sólo uno sobrevivirá, Rubén Darío Sánchez, “Guicho”. Con ella convivió hasta el final de sus días. Rubén la llevó a París donde le presentó a sus amigos. Francisca era analfabeta cuando conoció a Darío (Amado Nervo, Manuel Machado y su cónyuge la enseñaron a leer).

 

Viajó de un lugar a otro sin poder presentarla en actos oficiales como su esposa, pues está por resolverse el divorcio con Rosario. En 1907 ésta se presentó en París reclamándole sus derechos de esposa; Darío trató de eludirla sin éxito. El poeta viajó a su país para obtener el divorcio cosa que no logró. Convertido en poeta de éxito en Europa y América, es nombrado representante diplomático de Nicaragua en Madrid en 1907. Sus primeros poemas son una mezcla de tradicionalismo y romanticismo; Abrojos (1887) y Canto épico a las glorias de Chile (1888). Este mismo año publica Azul (1888, revisado en 1890), dividido en cuatro partes: Primaveral, Estival, Autumnal e Invernal. A este libro debe que sea considerado como el creador del Modernismo; escritores como Ramón María del Valle-Inclán, Antonio Machado, Leopoldo Lugones o Julio Herrera y Reissig, le reconocieron como el creador  e instaurador de una nueva época en la poesía en lengua española.

 

En París entra en contacto con los poetas parnasianos y simbolistas abandonando el provincialismo por una poesía de la universalidad y cuenta su vida cotidiana pero a través de símbolos herméticos. En Prosas profanas (1896 y 1901), obra simbolista, desarrolla de nuevo el tema del amor. Formalmente creó una poesía elevada y refinada con muchos elementos decorativos y resonancias musicales; Cantos de vida y esperanza (1905) es el mejor ejemplo de ello. El canto errante (1907), es su libro, conceptualmente, más universal. En 1913 cae en un profundo misticismo y se retira a la isla de Mallorca.

 

Allí empieza a escribir una novela La isla de oro –que nunca llegó a concluir- en la ue analiza el desastre hacia el que está caminando Europa. También compone, Canto a Argentina y otros poemas (1914), un libro dedicado a este país en el año de la celebración de su centenario en que  quiso seguir el modelo del Canto a mí mismo de Walt Whitman. En 1915 publica La vida de Rubén Darío, año en que regresó a América. Enfermo en la capital de Guatemala, llegó Rosario Emelina para acompañarlo de regreso a su país, donde se dice que le atendió desde el 4 de julio de 1915, al 6 de febrero de 1916, fecha en la que Rubén Darío falleció en León, Nicaragua.

 

La influencia de Rubén Darío  fue inmensa en los poetas de principios del siglo XX, tanto en España como en América. Muchos de sus seguidores, sin embargo, cambiaron pronto de rumbo: es el caso, por ejemplo, de Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Juan Ramón Jiménez o Antonio Machado. Darío llego a ser un poeta extremadamente popular, cuyas obras se memorizaban en las escuelas de todos los países hispanohablantes y eran imitadas por cientos de jóvenes poetas.

 

Esto, paradójicamente, resultó perjudicial para la recepción de su obra. La influencia de Darío y del Modernismo en general será fundamental en la producción literaria de poetas canarios. El Modernismo fue adoptado en primer lugar por los poetas considerados como la tríada clásica de la poesía modernista canaria en sus obras más características: el conjunto poético unitario Las Rosas de Hércules (1919 y 1922) de Tomás Morales; el poemario de especial simbolismo que titula Alonso Quesada, El lino de los sueños (1915) y la lírica entrañablemente marítima que se despliega en, El caracol encantado (1926) de Saulo Torón.

 

En virtud de ello, el movimiento modernista se convirtió en el signo de la identidad de la cosmovisión canaria, al poner de relevancia Morales el atlantismo, el cosmopolitismo y la universalidad, Alonso Quesada el síndrome de aislamiento e intimidad y Saulo Torón el sentimiento del mar. Ambos son los superadores de la obra de sus predecesores, como Julián Torón y Domingo Rivero. Otros poetas coetáneos de los anteriores que también recibieron estas influencias fueron Fernando González, Luis Benítez Inglott, Ignacia de Lara, Montiano Placeres.

 

En este espacio interviene el guitarrista argentino Alberto Chaín, que nace en Mar del Plata, obteniendo su título de profesor de guitarra a muy temprana edad. Se dedica a la docencia y continúa su formación en Buenos Aires con los profesores de Armonía, Juan Mario Martínez, Remo Ricco y Néstor Romano. En 1974 continua su formación en Europa donde estudió con José Tomás en Alicante y armonía con Leo Verdugo en París. De regreso en Argentina y siguiendo con la docencia desarrolla un sistema de enseñanza-aprendizaje de música dirigido a niños y adultos. Desde el año 2003 dirige el Ensemble Fleury dedicado al aprendizaje de música de conjunto y la divulgación del repertorio para guitarra. Realiza presentaciones como solista e integrante de diferentes conjuntos tanto en Argentina como en Europa.

 

En el 2007-08, realiza una gira por Europa obteniendo un gran éxito integrando el trío “Mar del Plata Tango Trío”. En 2013 se presenta en Alicante, Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife y Arrecife de Lanzarote junto al violinista Gabriel Giménez Olariaga, con un espectáculo dedicado a la música argentina de raíz folclórica y urbana. En 2015 vuelve a las Islas Canarias con su último trabajo discográfico dedicado a la memoria del periodista e investigador del folclore canario Fernando Díaz Cutillas. En esta ocasión es invitado a participar del programa de TVE, “Tenderete” donde actúa junto a los bailarines José Lantigua y María Hernández. En la actualidad última detalles de un espectáculo con artistas canarios que se realizará en el próximo agosto en las ciudades del Mar del Plata y Buenos Aires. En los meses de octubre y noviembre proyecta una gira por Europa donde se presentará con artistas canarios.

 

Se inicia la rueda de recitales con la intervención de Mari Carmen Ramos, que recita los versos del poema de Rubén Darío, Sonatina. Irma Ariola Medina, recita el poema Venus y Caupolicán, Teresa Delgado lee los siempre recordados versos de Canción de Otoño en Primavera, perteneciente a Cantos de Vida y Esperanza creados e inspirados por modernistas Darío, y Julio Pérez recita Lo fatal, versos que dan testimonio de la inmensa creatividad de un poeta que como bien expresara Lucana Falcón en su intervención influyera tanto en otros poetas de principios de siglo, tanto en  España como en América.

 

Posteriormente continúa un recital conjunto con la lectura del poema de Rubén Darío: Yo soy aquel que ayer no más decía,  a cargo de Julio Pérez, Jesús Ruiz y Mari Carmen Ramos. Después de esta rueda de recitadores se escenifica una lograda dramatización del poema Margarita que ponen en escena Pino Monzón y los niños Nadine y Aitor Marwani, Valeria y Alexia Cabral. Una última presencia de los escritores poetas Mari Carmen Ramos, Irma Ariola, Teresa Delgado, y Julio Pérez que dedican sus intervenciones a la lectura de poemas de propia autoría y de los que la directora de este recital glosa la personalidad y curriculum cultural de cada uno. Mari Carmen Ramos recita de su autoría La que avisa no es traidora. Irma Ariola recita el poema, Sentir a pleno pulmón. Teresa Delgado lee los versos del poema Cata. Julio Pérez recita un poema dedicado al reconocimiento y acogida de los que llegan de otras tierras, de otras culturas, Cuatro Puertas.  

 

Pino Monzón dirige unas palabras de agradecimiento y asistencia del público y colaboración de los que hemos hecho realidad este acto poético, al Círculo Cultural de Telde, la acogida y el estar siempre disponibles para realizar estos actos  y por la dinamización de la cultura.

 

Gracias a los niños que han colaborado y a la preparación por parte de su abuela doña Laura Medina, amante del teatro, y realizadora del Belén Viviente, a los medios de comunicación social, a Teldeactualidad, fotógrafos, a Alberto Chaín, que gustosamente ha querido colaborar en este acto, el próximo 11 de noviembre ofrecerá un recital en la Casa Museo León y Castillo en un mano a mano con el timplista teldense Nino Jiménez, el espectáculo musical De Costa a Costa, al que están invitados. El agradecimiento a Juan Santos miembro de la junta directiva del Círculo que ha corrido con el apoyo técnico del control de sonido, música, proyección imagen y luminotecnia.

 

Para despedir esta conmemoración homenaje al poeta, escritor nicaragüense, Rubén Darío en el centenario de su fallecimiento, cierra el acto el concertista Alberto Chaín que con su guitarra, instrumento con mucha solera y al que le tiene un especial afecto, como él indica, ya que cuenta con la historia de un amigo, músico de esta tierra, Ramón Ramos, timplista y director musical de Satautey, que tenía una guitarra española valenciana de fábrica de los hermanos Saint Jordi, instrumento del año 1904, aún con su clavijero original, no metálico, con un maravilloso sonido a pesar de los años que tiene, una experiencia insuperable compartida por el concertista Chaín. Interpreta del músico argentino, compositor e investigador del folclore, Andrés Chazarreta, Zamba de Vargas. Finaliza con una introducción compositiva de Néstor Álamo para dar entrada, memoria y saludo, en conjunción, a un tema pampeano del compositor guitarrista argentino Abel Fleury.

 

Para información y lectura interesante sobre la biografía de Rubén Darío hay una edición reciente de la novela La Princesa Paca, la gran pasión de Rubén Darío, sobre el poeta y su gran amor, su pasión por doña Francisca Sánchez del Pozo, española, natural de Navalsauz, un pueblo de Ávila. Obra de la periodista Rosa Villacastín, y del novelista, poeta, Manuel Francisco Reina; Villacastín, nieta de la protagonista de la novela, prologa el libro, relata la llegada del poeta nicaragüense y el contexto intelectual en que se encontraba España y cómo el destino tenía reservado a la señora doña Francisca Sánchez las circunstancias, conocimiento y relaciones con el gran poeta Rubén Darío.

 

El Círculo Cultural de Telde cumple con la difusión de este centenario en el memorial dedicado al poeta de los numerosos poemas, versos y pensamientos Modernistas, que nos dejó una de las páginas literarias más bellas de la poética española y universal, alguien conocido como Príncipe de las letras castellanas o el Padre del Modernismo, que con sensibilidad, inspiración y pasión por esculpir sobre la página en blanco palabras, sensaciones y latidos humanos como los versos del poema Cantos de Vida y Esperanza (1905), en los versos de la Canción de Otoño en Primavera:

 

Juventud divino tesoro, / ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar no lloro …/ y a veces lloro sin querer …/ Plural ha sido la celeste/ historia de mi corazón./ Era una dulce niña, en este/ mundo de duelo y aflicción./ Miraba como el alba pura;/ sonreía como una flor./ Era su cabellera obscura/ hecha de noche y de dolor./ Yo era tímido como un niño./ Ella, naturalmente, fue,/ para mi amor hecho de armiño,/ Herodías y Salomé …/ Juventud divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro …/ y a veces lloro sin querer …/ Y más consoladora y más/ halagadora y expresiva,/ la otra fue más sensitiva/ cual no pensé encontrar jamás./ Pues a su continua ternura/ una pasión violenta unía./ En un peplo de gasa pura/ una bacante se envolvía …/ En sus brazos tomó mi ensueño/ y lo arrulló como a un bebé …/ Y te mató, triste y pequeño,/ falto de luz, falto de fe …/ Juventud, divino tesoro,/ ¡te fuiste para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro …/ y a veces lloro sin querer …/ Otra juzgó que era mi boca/ el estuche de su pasión;/ y que me roería, loca,/ con sus dientes el corazón./

 

 Poniendo en un amor de exceso/ la mira de su voluntad,/ mientras eran abrazo y beso/ síntesis de la eternidad;/ y de nuestra carne ligera/ imaginar siempre un Edén,/ sin pensar que la Primavera/ y la carne acaban también …/ Juventud divino tesoro, / ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro …/ y a veces lloro sin querer./ ¡Y las demás! En tantos climas,/ en tantas tierras siempre son,/ si no pretextos de mis rimas/ fantasmas de mi corazón./ En vano busqué a la princesa/ que estaba triste de esperar./ La vida es dura. Amarga y pesa./ ¡Ya no hay princesa que cantar!/ Mas a pesar del tiempo terco,/ mi sed de amor no tiene fin;/ con el cabello gris, me acerco/ a los rosales del jardín …/ Juventud divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro …/ y a veces lloro sin querer …/ ¡Mas es mía el Alba de oro!

 

Muchas gracias.

Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.

 

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