TELDEACTUALIDAD
Telde.- La procesión de la Virgen del Carmen recorrió un año más las calles del núcleo comercial de Los Llanos de Telde. Unas trescientas personas contemplaron el paso la comitiva religiosa que partió del templo neoclásico de San Gregorio para rendir pleitesía a la patrona de los marineros minutos después de las 20.00 horas, tras finalizar la misa previa.
Un bonito arreglo floral elaborado a base de crisantemos blancos, liliums color champagne y unos novedosos cardos morados, engalanaba el trono procesional que este año contaba con la novedad de lucir un ángel en su frontal y no el escudo de la ciudad de Telde como venía haciendo hasta ahora.
La talla de la Virgen del Carmen enfiló la puerta de la fachada principal de la Iglesia, siendo recibida por la multitud de personas que la aguardaban en la plaza pública con una salve cantada a la que acompañó musicalmente la Banda Municipal de Música de Telde.
Acto seguido la comitiva se puso en marcha por las calles del núcleo comercial más próximas a la plaza de San Gregorio y al templo, acompañada también por diversas autoridades públicas, entre las que se encontraban la alcaldesa Mari Carmen Castellano, los concejale Sonsoles Martín y Francisco López por parte del Gobierno, y Josefa Milán, Celeste López, Minerva Alonso y Francisco Medina de la oposición, así como el consejero insular Francisco Santana.
Durante el recorrido por las calles de Juan Diego de la Fuente, Francisco González Díaz, Oriente, María E.Navarro y Rivero Bethencourt, el paso del trono de la Virgen fue saludado con el lanzamiento de varias petaladas de flores.
La Virgen del Carmen sobre los pasos de Los Llanos de Telde
Jesús Ruiz
Salve, estrella de los mares, de los mares iris de eterna ventura, salve ¡oh fénix de hermosura! Madre del Divino Amor………, primeros versos de una preciosa pieza, himno musical dedicado a la Virgen del Carmen cantada en todos los rincones y procesiones donde, hoy 16 de julio, se celebra la advocación de Nuestra Señor la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, no deja de impresionar y emocionar el escuchar estos versos con los compases de la Banda Municipal de Música de Telde, en plena plaza de San Gregorio a la salida de la imagen después de haber celebrado la liturgia el párroco de San Gregorio Taumaturgo, D. Luis Marrero Sosa.
La hornacina central del altar mayor de la iglesia neoclásica de San Gregorio estaba vacía, la Virgen del Carmen con el Niño, fue bajada de su pedestal que preside el resto del año el altar ante la nave central del templo, cuya advocación a la imagen en este barrio alto, el primigenio Llanos de Jaraquemada, es seguida por numerosos fieles desde antiguo y su posición respecto a la orientación, el mar, cara al azul de mar y cielo que nos alcanza la vista, de aromas salinos y brisas de los alisios que refrescan el aire, alcanzando el Telde urbano en todo su esplendor yaciente por el valle desde las cumbres, mirando al mar, siempre el mar, y su gente.
Altar Mayor que completa su presentación iconográfica religiosa las tallas del patrón San Gregorio Taumaturgo, obra del artista Luján Pérez y la de San José. Iglesia de arquitectura neoclásica, obra del arquitecto Diego Nicolás Eduardo, edificio religioso obra del pueblo llano que se levantó sobre el solar ocupado por la antigua ermita de San Gregorio Taumaturgo y Nuestra Señora del Buen Suceso, en las postrimerías de la conquista y el ingenio azucarero de los Palenzuela ingenio azucarero, según reza en un cartel cerámico en el lateral del templo.
Posteriormente, marineros, barqueros que escribieron su historia con sus redes, sus cañas, sus golpes de timón, sus velas o motores, ejemplo de hombres y mujeres rudos, esforzados, sacrificados, que bajo su advocación, la de su Virgen del Carmen, se lanzaron con sus vetustas barcas de ribera, al mar de nuestro litoral y más allá del alcance de la línea de costa a tomar de sus aguas el sustento, el fresco pescado, el fruto del mar que desde épocas remotas les ofrecía este océano Atlántico.
Este mar que envuelve y besa sus costas, los litorales canarios, que en sus versátiles formas mareantes les brindaba, antes con más esplendidez y ahora, quizás por la escasez menos, ver sus redes, nasas, con el milagro de las capturas, llegar a las arenas de Melenara y con la excitación aún a flor de piel, varar sus barcas y vocear el pescaito fresco de Melenara recién capturado, ofreciendo el fruto de su trabajo en las cestas por otras redes, las redes urbanas de San Gregorio,…….y luego dicen que el pescado es caro.
El mar, nuestro mar aún se vuelve generoso y con la oración, el pensamiento en sus seres queridos, la fe y la devoción les envuelve la voluntad de seguir en la brega, con otras artes, con otros medios más actualizados, por los caminos que el sonoro Atlántico de nuestras latitudes archipielágicas, les invita a seguir faenando, a seguir navegando y otear el horizonte en busca de nuevas capturas, en busca de nuevos ideales de compromisos profesionales de mayor alcance. Así lo hicieron sus antepasados, los nuestros, y así lo hacen los hombres y mujeres de la mar, antes desde las barcas, redes sobre la arena de la playa tendidas al sol, hoy desde los puertos que al efecto se han organizado y diseñado para seguridad, comodidad y provecho común de sus usuarios, pero siempre la gente de la mar.
En la tarde del 16 de julio la imagen en procesión, como de costumbre, en la ofrenda que los fieles le profesan a la Virgen, la comitiva presidida por el párroco, las autoridades municipales, la centenaria Banda Municipal de Música de Telde y un numeroso grupo de devotos siguieron los pasos de su trono, bellamente engalanado por un artista del diseño y ornamento floral, Ignacio González Santana, que como viene haciendo con otros tronos dedicados a otras imágenes, cada vez supera la belleza de su trabajo floral.
Un recorrido ya clásico, lleno de emotivos recuerdos ya que forma parte del casco histórico urbano de los Llanos de Telde, el San Gregorio de siempre. Ruta por la que los que iniciamos nuestras andaduras en la infancia, adolescencia y actualmente frecuentamos su paso, son recorridos que nos traen infinitas secuencias de experiencias vividas a través del tiempo, leyendas urbanas, otras no tan leyendas, crudas y reales como la vida misma, pero fueron, formaron parte de nuestra piel y la Virgen, por eso de mirar su preciosa cara y la del Niño, seguimos mirando al cielo teldense, el mismo que nuestras retinas retuvieron para, en estos casos, acompañar, pensar y reflexionar sobre todo lo vivido y ahora, dar gracias porque aún lo podemos contar, por lo menos revivir.
Calles, recodos, callejones, arterias principales, imagen que lentamente circula sobre su trono y, a su paso, nos deja ver lo pasado de su arquitectura y lo presente en su estructura, que denota las cicatrices del tiempo, el desgaste y la pena de, lo que en otro tiempo fueron edificios ejemplo de nuestro patrimonio arquitectónico, hoy a punto de fenecer.
Fieles a la presencia de la imagen bajo sus domicilios, asomados a las ventanas, derraman puños de pétalos de rosas que caen como copos de nieve en el verano atemperado de nuestro benigno clima. Ventanas, balcones enrejados, azoteas, y puertas que lucen banderas y estandartes con la imagen de la Virgen, la comitiva continúa con el eco de sus rezos, canciones y el sonar acompasado de las piezas musicales de la Banda de Música.
Iniciada la procesión en Juan Diego de la Fuente, dejando atrás la esquina de Betancor Fabelo, para tomar la estrecha calle de Francisco González Díaz, pasadas las esquinas de Gago Coutinho, alcanzar en su mitad, la calle de Oriente y salir a la esquina nordeste del Parque Franchy Roca, antes de León y Joven, para ascender por María Encarnación Navarro, donde la conocida igualmente por calle de los Marinos, que hasta el año 1925 vivieron en esta zona teldense las familias de pescadores que por esas fechas se establecerían de forma permanente en las arenas de la cala de Melenara.
Esta principal arteria ascendía en el tiempo con accesos por callejones como el del Marino, Mentidero, Juan Vega Yedra antigua Pedro de Vera, Lagunetas, Callejón de la Amargura, Callejón del Molino, Gago Coutinho, Bello y Artiles, Gran Parada, para acceder al núcleo urbano principal de San Gregorio, donde las emblemáticas calles Rivero Bethencourt y María Encarnación Navarro, dan paso a la actual zona peatonal, recientemente inaugurada. Culminado este itinerario siempre en el recuerdo del devenir de la ciudadanía teldense de otros tiempos que hicieron y aportaron lo mejor en bien de su ciudad, las campanas y la blanca cúpula de la iglesia de San Gregorio reciben la comitiva procesional que en su tramo final, desde la plaza inicia su entrada en el templo.
Una vez más, otro año, otra ofrenda de rogativas, promesas cumplidas, unas conseguidas, otras no, con la esperanza de un horizonte, sobre todo el marino que nos observa más abajo, no mucho más lejos, pero siempre bajo la advocación de María, madre de Dios, Virgen del Carmen, en esta veraniega tarde vacacional que nos invita a gozar de nuestras aguas bien cercanas.
Que la Virgen del Carmen y su Niño, nuestra bonita Virgen y nuestro Niño, nos permitan seguir navegando y superar las aguas turbulentas, galernas de tormentosos insomnios, disfrutar de los mares en calma, generosa con el milagro de los peces, en unas aguas limpias, inmaculadas como su alma y cuerpo, sin mancha, sin contaminación humana que debemos preservar y disfrutar de sus bellas estampas marineras que en nuestro litoral, igualmente, desde sus advocaciones, los barrios y gente de la mar dedican en sus respectivas fiestas.
Instalado en el lateral de entrada, bajo las naves de San Gregorio Taumaturgo, el trono que portaron como costaleros guía Juan Marrero Déniz, Francisco Rivero, José Manuel Monzón, José Luis Cabrera y Sergio Mendoza Jiménez, para tomar las últimas instantáneas de un bello cuadro religioso, una Virgen muy venerada en el secular Telde de historias marineras que se remontan en la noche de los tiempos.
Mi agradecimiento a la amiga Pilar Ortega Cabrera por permitirme tomar imágenes desde la azotea de su domicilio, y al personal adscrito a la parroquia en las personas del párroco y sacristana Candelaria Calzada Negrín.
Hoy 16 de julio, a la Virgen del Carmen se le ha dedicado una misa, oraciones y cánticos en su procesión urbana, otro día muy cercano será embarcada y navegará por nuestro litoral, con la visión estampada de la Señora de los Mares y los seres queridos, sobre el cuadro de mando de las grandes o pequeñas cabinas de barcos pesqueros que navegan por nuestro litoral. La tarde procesional del 16 de julio fieles a su Virgen del Carmen, el pueblo sacó a su patrona en procesión entre vivas a la patrona de los marineros, en el aire quedaron los ecos de la Salve Marinera y la preciosa estampa de la Virgen, el Niño y sus escapularios devotos de su fe y adoración por su Virgen marinera:
Salve, estrella de los mares, de los mares/ Iris de eterna ventura/ salve, ¡0h Fénix de hermosura!/ Madre del Divino Amor./ De tu pueblo a los pesares / tu clemencia dé consuelo/ Fervoroso llegue al cielo,/ Y hasta Tí, y hasta Tí nuestro clamor./ Salve, estrella de los mares Salve estrella de los mares/Sí, fervoroso llegue al cielo/ y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor./ Salve, Estrella de los mares/ Estrella de los mares,/salve, salve, salve, salve./
Felicidades a todas las Marías del Carmen, Cármenes, Carmelas y Carmelos, Carmencitas, y feliz verano a toda la ciudadanía. Muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD, Círculo Cultural de Telde, Casa-Museo León y Castillo y R.S.E.A.P.G.C.
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