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Martes, 14 de Octubre de 2025

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Mensa Santana (Foto TA) Mensa Santana (Foto TA)

A modo de homenaje al farmacéutico Daniel Ramos

TA ofrece una reflexión de Mensa Santana

cojeda Domingo, 16 de Marzo de 2014 Tiempo de lectura:

MENSA SANTANA
Cuando no existían los Centros de Salud, y toda la población de Telde tenía que acudir a las diferentes consultas que hubo en Telde Casco, hasta que edificaron el ambulatorio de San Juan, popularmente llamado “El Seguro”, actual CAE, los usuarios y usuarias del mismo compraban las medicinas que les recetaban los pocos médicos con los que se contaba, en las dos farmacias que habían en el casco de Telde, más en la que está en la Plaza de San Juan; después tocaría la de “las cuatro esquinas…”
 
En muchos de los barrios no había farmacias y si se ofrecía alguna medicina de urgencia, de esas que podían y pueden comprarse sin receta, muchas de esas personas tenían que trasladarse a la más cercana a su domicilio, y en muchas ocasiones quedaba bastante lejos, es por eso que muchas veces recurrían a los remedios caseros.
 
Con el tiempo ya son pocos los barrios de Telde que no tienen una farmacia y sus habitantes ya no tienen ese problema de antaño , de no poder acudir a buscar ese medicamento que le solucionara su problema de salud, o el de un familiar, hasta que llegara el día siguiente e ir a la consulta “al seguro”, como dije más arriba, pues tampoco existía eso de la Cita Previa, ni nada; era llegar allí y pasarla a Urgencias o al médico de cabecera…, con ese celador León, que casi siempre estaba de mal humor, dicho sea de paso …¡Vaya qué tiempos aquellos!
 
Uno de esos barrios que carecía de farmacia era El Ejido, y sus vecinos y vecinas solían comprar en la Farmacia de Don Antonio Peña, una buena persona y excelente profesional donde los haya y que también ejerció como docente en el en el Instituto Femenino en San Juan, y del cual, yo tuve la enorme suerte de ser su alumna.
 
Pese a su cercanía del barrio, todos querían una farmacia en el mismo, pues las madres temían mandar a sus hijos e hijas a la farmacia de Don Antonio ya que les pillaba un poco lejos y no sabían explicarle todo lo bien que ellas quisieran.
  
En esto que en el año 1976, un joven, esperanzado e ilusionado Daniel Ramos de la Nuez, se arriesgó y montó esa tan ansiada farmacia por la vecindad, con algo de escepticismo también, dicho sea de paso, pues en aquella época, no tenía ni la mitad de los habitantes con los que cuenta ahora, dada la expansión que ha tenido desde entonces.
 
Durante algunos años, carecía de “guardias”, y por otros más las compartía con alguna farmacia de Los Llanos, y él se lamentaba de que cuando eso ocurría, nadie que no fuera del barrio y aun siéndolo compraría en la que más cerca quedaba de ese “seguro” o si acudían a un médico particular, como suele hacer mucha gente y no entiendo por qué.
 
En una ocasión le llegó a decir a alguien que no le merecía la pena mantener el negocio, pues eran muchos los gastos y los beneficios eran muy pocos, pero merced a esa expansión, a su carisma y a la de la mayoría de sus empleados, como el que más tiempo lleva trabajando en ella, el bonachón de Pepe, hasta el último en incorporarse, Jose, que tienen en común tanto el nombre como su sencillez y nobleza.
 
La farmacia de El Ejido, ha ido creciendo en clientela, y también en volumen, pues se ha ampliado a la casa anexa y esa clientela no es solo del barrio, sino de los más próximos, incluso de los que no quedan de paso, pues pareciera que tiene como un imán que atrae a la gente para que vaya a comprar allí.
 
Ese imán no es otra cosa que la amabilidad en el trato de Daniel, que, junto con su sencillez y la no discriminación de los clientes, pues a todos y a todas trata por igual y ofrece las mismas oportunidades en cuanto al pago de las medicinas, o en adelantarlas hasta que se la traigan cuando acudan al médico, más algún que otro favor personal que sólo conocen los que se lo han pedido.
 
Lo que he dicho de él, puede corroborarlo cualquiera de las personas que acuden a su farmacia para comprar, o para que le aconseje sobre cualquier problema de salud o cualesquier otro motivo y es que su cercanía y humildad son de lo más palpables y siempre asesora de manera certera, pues en muchas ocasiones, acuden primero a la farmacia para que Daniel le aconseje, antes de acudir a su médico.
 
Deja un buen legado Daniel con esas hijas tan maravillosas que tiene, Miriam y Sara, pues a pesar de ser muy diferentes entre sí, las dos han heredado esos valores de su padre, ese joven, ilusionado y esperanzado joven que en el año 1976 se le ocurrió montar una farmacia en el barrio de El Ejido, ¡Vaya una ocurrencia que todos sus habitantes les agradecen, les agradecemos!
 
Por esos motivos
y por muchos más,
a ti te dedico Daniel,
este sentido, corto,
pero sincero homenaje,
pues bien que te lo mereces.
 
Mucha salud y vida
te deseo por mucho tiempo
para de tu grata presencia
y mayor sapiencia,
poder disfrutar en todo momento.
 
¡ Muchas gracias Daniel, un abrazo enorme !
 
Mensa Santana es vecina de El Ejido y colaboradora de TELDEACTUALIDAD.
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