Las lágrimas del único superviviente

Telde.- Las lágrimas no abandonaron su rostro. En ocasiones temblaba, pero se mantuvo firme, tal como exigía el protocolo. Por avatares del destino tiene una nueva oportunidad y lo sabe. El sargento teldense Jhonander Ojeda Alemán, de 25 años, el único superviviente del accidente aéreo estaba ayer desolado por la pérdida de sus compañeros. Anímicamente destrozado por lo sucedido.

  

El suboficial escapó de las garras de la muerte después de que el helicóptero SuperPuma se estrellase el 19 de marzo contra el mar a 34 millas de Gran Canaria y a 31 de Fuerteventura cuando realizaba un ejercicio nocturno con la patrullera Meteoro, según publica el diario La Opinión de Tenerife en su  página 37 con crónica de H. Mederos.

 

Este sargento mecánico de vuelo era el responsable de la grúa de la aeronave y logró salir del aparato sumergido por  uno de los ojos de buey traseros, al romperlo a base de “puñetazos y cabezazos”, tal y como adelantó TELDEACTUALIDAD.

 

Tras alcanzar la superficie y salvar su vida a duras penas, fue socorrido por la embarcación de la Armada y rescatado en medio del oleaje. Su testimonio fue crucial para localizar el aparato hundido. Testigo directo del drama, su versión ayuda a la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares, órgano que mantiene abierta la investigación para esclarecer las causas del accidente.

 

Ayer estaba situado en primera fila, de pie cerca de donde se hallaban los familiares de sus amigos y flanqueado a cada lado por dos compañeros del Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR), unidad que ha salvado la vida de más de 4.000 personas en sus 50 años de presencia en las Islas.

 

Ojeda es el único canario de los cinco miembros de la tripulación implicados en el siniestro. Este vecino del barrio de La Garita es mecánico de vuelo, con 220 horas de vuelo en su hoja de servicios, y es militar desde los 19 años.

 

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, se interesó el 20 de marzo por el superviviente durante su visita a la Base Aérea de Gando y se entrevistó con él. Ayer, al menos durante el acto público, ninguna autoridad civil ni militar se acercó al suboficial, que intentó pasar desapercibido. El personal sanitario estuvo atento a él en todo momento.