Políticos, 1-Telde, 0

Lo confieso. Tenía redactado este artículo antes del pleno de Telde de ayer en el que se iba a aprobar el PGO y lo empezaba aludiendo a la sensación que siempre tengo de estar viviendo el día de la marmota, por aquello de lo predecibles que resultan estas sesiones.

 

Venía a decir que, pase lo que pase, gobierne quien gobierne, el resultado es el mismo. Que se repite como en un bucle, como si ni la gente ni las propuestas evolucionasen. El gobierno lo aprueba y la oposición lo rechaza. Pero claro. Eso es así cuando Guillermo Reyes está dormido.

 

Ayer (por el martes pasado para el lector) se despertó y la lió, escribiendo uno más de esos capítulos surrealistas a los que nos tiene acostumbrados la política en Telde. Tres de los concejales de su grupo, Ciuca, votaron que sí al PGO y uno, nada menos que el presidente del partido, que no.

 

¿La explicación? No les gusta este PGO, pero como legaliza casas irregulares, le dan un respaldo parcial. El resto, todo hay que decirlo, no se salió del guión que dejé escrito. Hubo debate, sí, pero de sordos. Tanto es así, que, pese a que estaban previstas dos intervenciones (en teoría, una para exponer y otra para responder o replicar a lo que dijo el otro), casi todos los portavoces llevaron las dos por escrito.

 

El pleno es una puesta en escena. Todo, hasta el voto, lo traen cocinado de casa. Y es una pena porque lejos de la medalla que algunos sientan que se puedan colgar, tanto del gobierno como de la oposición, quien pierde es la ciudad. Hablan para su claque, también Ciuca, aunque se saltara el guión. Siento que no hemos avanzado, o que hemos retro-

cedido a aquella Atenas de la estructura gentilicia, anterior a Pericles, cuando la política no era más que una lucha fratricida entre clanes, hoy disfrazados de partidos, en disputa permanente por el poder.

 

Por cierto, a ver si de una vez legalizan esas casas y dejan a sus dueños votar en paz,