Cuando entramos en la recta final del mandato del "actual" gobierno municipal teldense, comprobamos que la situación para los ciudadanos de a pie no ha mejorado a pesar de que durante la campaña electoral pasada los que gobiernan han contraído una "conveniente amnesia" de sus compromisos, y que en la actualidad se sustenta con dos tránsfugas y un partido que concurriera en coalición con otro en la oposición, paradojas de la vida del partido que se autodefine como el más "transparente, regenerador de la democracia y cumplidor en sus compromisos" de nuestro país.
En la memoria queda, con otros socios de gobierno, el mayor incremento de impuestos municipales de nuestra democracia allá por el 2012, y que nos rasca el bolsillo en el presente y en el futuro para sufragar la deficiente gestión que durante décadas se ha realizado en nuestro municipio y que llega hasta nuestros días.
Un consistorio que queda en evidencia, en materia económica-financiera, en la eficiencia de sus medidas cuando en la última auditoría ejecutada por el Gobierno de Canarias, nuestro consistorio sobrepaso los máximos en al menos dos de los tres indicadores (ahorro neto , remanente de tesorería, y endeudamiento a largo plazo), que establece la ley del Fondo Canario de Financiación Municipal. Lejos de explicar de manera pormenorizada con fechas y cifras la importante deuda que arrastra y cómo se ha llegado a esta situación, se responsabiliza al contrincante político con el ya resabido "y tú más", pero sin dar expectativas de solución y de sostenibilidad económica-financiera de las maltrechas arcas municipales, que desde la legislatura pasada desembocan en ver como empresas (y sus trabajadores) que prestan servicios al consistorio, terminan con concentraciones en la plaza de San Juan para reclamar, en su legitimo derecho, lo que se les adeuda durante meses.
Un gobierno cuyas decisiones, en algún caso, parecen fruto más de la improvisación y de vivir el día que de hacer previsiones de futuro cuando, por ejemplo, suben el IAE muy por encima del cien por cien para al año siguiente bajarlo. También les gusta el juego de palabras , como a los dirigentes del gobierno central, para camuflar la realidad futura cuando afirman que "el ayuntamiento no subirá el IBI este año (en 2013 el incremento fue del 25%)", olvidándose decir que ya lo sube el gobierno central este y el próximo año.
Es esperanzador contrastar la opinión de los ciudadanos para comprobar un cambio de tendencia, que hace pensar que queda poco tiempo para la irrupción de nuevas ideas en el consistorio teldense, para temor de aquellos que han hecho de la política una forma de vida (profesión). El ciudadano de Telde es cada vez más exigente y reclama una democracia de mayor calidad, donde la transparencia y las medidas de regeneración democrática saneen a esta y otras instituciones en sus horas más bajas, para que ejerzan de manera eficaz y eficiente la gestión que les ha sido encomendada, acorde a la realidad, dando soluciones y defendiendo el interés general por encima de cualquier otro (sea partidista o identitario).
Carlos Gustavo Rivero Quintana es ciudadano de Telde y miembro de UPyD.
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