Telde: de las obras faraónicas a la política del bordillo

Telde.- La política de las obras faraónicas, tan en boga en Telde durante décadas, ha pasado a mejor vida. Entre que el  Ayuntamiento está en cueros y que Madrid no deja salirse del tiesto, el gobierno local ha redirigido sus inversiones Hacia las obras pequeñas, a las obras de barrio. Es la política del bordillo.

 

No les queda otra, pero tampoco les viene mal. A un año de las elecciones no hay nada mejor que atender a la gente, y lo que el ciudadano demanda muchas veces se limita a que le arreglen una acera rota, una escalera en mal estado o un muro que se cae, según detalla Gaumet Florido en un reportaje publicado en Canarias7.

 

Hace casi cinco meses, coincidiendo con la formación del nuevo pacto de gobierno entre PP, CC, CCN y los dos ediles no adscritos,la alcaldesa, Mari Carmen Castellano, anunció un giro en la gestión diaria del Ayuntamiento. Se iba a bajar más a la calle y eso pasaba por el diseño de un plan de barrios cuyo calendario de acciones, ahí va el dato, estaría marcado por las fiestas.

 

El diseño y la ejecución de esa agenda recayó en dos concejales, el de Obras, Juan Martel, y el de Servicios, Mario Torres. Al fin y al cabo, ellos están al frente de los departamentos que cuentan con el personal y las competencias para afrontarlo. Cada mañana se plantan a primera hora delante de una pizarra blanca, de las que permiten escribir con rotulador, y se marcan la agenda. “Ese panel lo renovamos casi a diario, aunque la programación de los trabajos es semanal”, se explica Torres. Recoge dos columnas de texto y en ambas figura un listado de barrios y a su lado, las tareas pendientes, desde podar un árbol a limpiar un camino.

“Es curioso, habrá quien no le dé importancia, pero nos hemos encontrado con desperfectos o deficiencias, cosas menores, que estaban sin arreglar desde hace 20 años o más”, abunda Martel, que pierde la cuenta del ingente volumen de incidencias que les llega a diario. Unas las reciben ellos mismos en su ronda de visitas a los barrios (aún les falta la mitad de los 64), y otras les llegan a través de la Policía Local, vía instancias escritas o por teléfono.

 

Tienen pintores, fontaneros, albañiles o soldadores que andan de gira por Telde según haya fiesta prevista. Por ejemplo, acaban de terminar en La Breña, y ahora se van a meter en El Goro y en Lomo Cementerio. “Estamos desbordados”, admite Torres, quien, no obstante, subraya que no habrá barrio que se quede fuera.