TELDEACTUALIDAD
Telde.- La maestra teldense Ana María Florido, articulista de TELDEACTUALIDAD, ofrece a los lectores una nueva colaboración literaria en este periódico digital. En esta ocasión analiza el libro Cometas en el cielo, primera novela del escritor estadounidense de origen afgano Khaled Hossein.
Un placer: la lectura
Cometas en el cielo
Por Ana María Florido
Cometas en el cielo (en inglés The Kite Runner), publicada en 2003, es la primera novela del escritor estadounidense de origen afgano Khaled Hossein, cuya sinopsis es la siguiente:
Sobre el telón de fondo de un Afganistán respetuoso de sus ricas tradiciones ancestrales, la vida en Kabul durante el invierno de 1975 se desarrolla con toda la intensidad, la pujanza y el colorido de una ciudad confiada en su futuro e ignorante de que se avecina uno de los periodos más cruentos y tenebrosos que han padecido los milenarios pueblos que la habitan.
Cometas en el cielo es la conmovedora historia de dos padres y dos hijos, de su amistad y de cómo la casualidad puede convertirse en hito inesperado de nuestro destino. Obsesionado por demostrarle a su padre que ya es todo un hombre, Amir se propone ganar la competición anual de cometas de la forma que sea, incluso a costa de su inseparable Hassan, un hazara de clase inferior que ha sido su sirviente y compañero de juegos desde la más tierna infancia: “Para cualquier niño de Kabul el concurso era el día más importante del invierno…” ( pág 66)
La novela, comienza relatándonos la vida de Amir, un niño que reside en Kabul, cuando la ciudad vive una época de esplendor. La madre de Amir, una profesora amante de los libros, murió al darle a luz, de modo que ahora él y su padre, Baba, están solos. Bueno, no del todo, dado que Baba es un importante hombre de negocios, de modo que en la casa tienen a dos hazares, Alí y su hijo Hassan, que son quienes se encargan de limpiar, cocinar, comprar y se preocupan de que todo esté perfecto.
“Hassan es un hazara de clase inferior que ha sido sirviente de su compañero y mejor amigo Amir desde la infancia”, (pág11, párrafo 1).
Las diferencias entre Amir y Hassan eran más profundas que las semejanzas. La diferencia de clases entre los dos se acrecentaba al pertenecer Amir a los Pastunes (sunnitas) y Hassan a los Hazaras (chiítas), pueblos rivales e irreconciliables. Pero la principal diferencia está en su carácter. Hassan es noble, incapaz de hacer daño a nadie y vive sólo para complacer a su amigo Amir. Entiende la amistad como una entrega completa a la otra persona. La primera palabra que dijo cuando aprendió a hablar fue “Amir”.
Por el contrario, Amir es egoísta y vive la relación con su amigo de forma diferente. Se comporta con Hassan de forma cruel, despiadada, “sentía algo fascinante al burlarse de Hassan”. La principal inquietud de Amir es conseguir complacer a su padre y ganarse su cariño. Amir sentía que su padre le odiaba “y no era de extrañar. Al fin y al cabo, era yo quien había matado a su amada esposa.”.
A pesar del fuerte vínculo que los une, después de tantos años de haberse defendido mutuamente de todos los peligros imaginables, Amir se aprovecha de la fidelidad sin límites de su amigo y comete una traición que los separará de forma definitiva. Así, con apenas doce años, el joven Amir recordará durante toda su vida aquellos días en los que perdió uno de los tesoros más preciados del hombre: la amistad.
“Amir abrió su boca y casi dijo algo, el resto de su vida habría sido distinto si hubiera hablado en ese instante. Assef se arrodilló atrás de Hassan” (pág. 87)
Amir y Hassan tienen la misma edad y se han criado juntos. Sus días pasan, en Kabul, entre juegos, risas y confesiones. Aunque la amistad que les une no entiende de clases sociales y cada vez se torna más fuerte, un día ocurre algo… algo que cambiará las vidas de ambos jóvenes para siempre.
“Hassan sabía que Amir lo había visto todo en el callejón y que se había quedado allí sin hacer nada, sabía que lo había traicionado. En ese momento comprendió la profundidad del sufrimiento que había provocado en Hassan” (pág. 116)
Cometas en el cielo es un libro mágico que, no solo ahonda profundamente en el significado de la palabra amistad, sino que va mucho más allá, mostrándonos la historia más reciente de Afganistan, así como los abusos, las humillaciones, los entresijos del destino, las injusticias que a veces se suceden… Es una novela dura, el autor no se dedica a censurar ciertas escenas por miedo a impresionar al lector, sino todo lo contrario. Y sí, hay momentos en los que dan ganas de lanzar el libro volando ante ciertos acontecimientos, porque su forma de narrar, de algún modo, consigue que todo parezca muy real, como si realmente Amir y Hassan existiesen en algún lugar. Ambos, al igual que los secundarios, cobran vida en cierto momento del libro y consiguen escapar de sus páginas para introducirse en la mente del lector y, probablemente, quedarse allí durante mucho, mucho tiempo, porque os aseguro que no es una historia que se olvide fácilmente.
Novela narrada en primera persona, en la que Amir, que ahora tiene 38 años y vive en San Francisco, nos cuenta retazos de su vida desde que nació en Afganistán. Su infancia en Kabul junto a su inseparable Hassan, antes de la invasión rusa del país, y los hechos que provocaron que se sintiera culpable durante muchos años, hasta que vuelve a su país para rendir cuentas con el pasado. Una trama completa, con muchos personajes y situaciones, pero que se desarrolla con una prosa fluida y sencilla. “Amir voló la cometa para Sohrab y le dijo que volaría esa cometa para él mil veces más, justo las palabras que Hassan solía decirle a Amir” (pág. 375) Desde un punto de vista literario, también es un acierto su escritura sencilla y amena, con un ritmo vibrante, cercano al de las películas de trama policial cuando el escritor protagonista debe adentrarse en el Afganistán de los talibanes para expiar los pecados cometidos hacia su amigo de la infancia.
Bibliografía: Cometas en el cielo. Editorial Salamandra, Licenciatura en Mercadotecnia Internacional (Carla Guadalupe Espinosa); blog del escritor Miguel Ángel Suárez
Ana María Florido es maestra y vecina de Telde.
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