Murillo pinta todavía en Montaña de Las Huesas

El paseo de hoy lo hacemos por Montaña de Las Huesas, donde vamos en busca de la calle nominada a Murillo, encontrando su inicio en la calle Alonso Cano, desde donde con orientación Sur-Norte y, tras recorrer unos 180 metros, va a finalizar a la calle Artico.

Por el Poniente, linda con la calle Fray Bernardo y al Naciente lo hace con la calle Picasso.

Esta nominación aparece por primera vez en los documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1975, si bien, pudo ser unos años antes en los trabajos preliminares de confección del mencionado censo. En cualquier caso, desde entonces ha pasado a formar parte del Callejero del distrito 6º, sección 5ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.

Sinopsis de la nominación

Bartolomé Esteban Murillo, nació en Sevilla, en el año 1617 y falleció el 3 de abril de 1682, también su ciudad natal. Fue un pintor barroco español. Formado en el naturalismo tardío, evolucionó hacia fórmulas propias del barroco pleno con una sensibilidad que a veces anticipa el Rococó en algunas de sus más peculiares e imitadas creaciones iconográficas como la Inmaculada Concepción o el Buen Pastor en figura infantil.

Personalidad central de la escuela sevillana, con un elevado número de discípulos y seguidores que llevaron su influencia hasta bien entrado el siglo XVIII, fue también el pintor español mejor conocido y más apreciado fuera de España, el único del que Sandrart incluyó una breve y fabulada biografía en su Academia picturae eruditae del año 1683 con el Autorretrato del pintor grabado por Richard Collin.

Condicionado por la clientela, en su mayoría formada por eclesiásticos, el grueso de su producción está formado por obras de carácter religioso, pero a diferencia de los restantes grandes maestros españoles de su tiempo cultivó también la pintura de género de forma continuada e independiente.

Apenas se tienen noticias documentales de los primeros años de vida de Murillo y de su formación como pintor. Consta que en 1633, cuando contaba quince años, solicitó licencia para pasar a América con algunos familiares. Según la costumbre de la época, por esos años o algo antes debió de iniciar su formación artística.

Después de un amplia producción artística a Murillo le toca vivir una época muy triste en 1649, cuando el país es asolado por la peste y las muertes se producen a diario entre sus más inmediatos, entre ellos su esposa y dos de sus hijos.

Fue coetáneo de Francisco de Herrera, el cual se ve muy influenciado en los matices de sus obras.

La leyenda de su muerte, tal como la refiere Antonio Palomino, se relaciona precisamente con este encargo, pues habría muerto como consecuencia de una caída del andamio cuando pintaba, en el propio convento gaditano, el cuadro grande de los Desposorios de Santa Catalina. La caída, sostenía Palomino, le produjo una hernia que «por su mucha honestidad» no se dejó reconocer, muriendo a causa de ella poco tiempo después.

Toponimia del lugar

La “Montaña de Las Huesas”, es la zona que se encuentra inmediatamente al Sur del barrio de Las Huesas, separadas por el Barranco de Las Huesas y está conformada por una docena de calles.

La toponímia de “Las Huesas” viene desde principios del siglo XVI, cuando se encuentran en el lugar enterramientos en cuevas individuales o colectivas, procedentes de la cultura aborigen prehispánica.

De estos enterramientos y los restos que en los mismos había, no se conserva hoy en día nada. Todo ello producto de la dejación por parte de las autoridades insulares y municipales y la falta de interés por la transmisión cultural de la población aborigen, o cuando menos por proteger los bienes del Patrimonio Arqueológico de nuestro municipio, extinguiéndose así deliberadamente la preservación de unas señas de identidad.

Nunca hemos podido llegar a entender la total falta de interés y apatía de nuestras autoridades municipales ante esta temática y menos aún, entendemos como se ha abandonado tanto el Patrimonio Arqueológico de nuestro municipio, con una continuada desgana y falta de interés en proteger lo poco que dejaron sin destruir los conquistadores.

Yacimientos como los de Tufia, Cuatro Puertas, Taliarte, Tara, Cendro o Las Huesas, entre otros, sufren el deterioro propio que el paso del tiempo les infringe a modo de erosión, sumidos en total abandono, sin que nadie los cuide y consiga conformar un catálogo arqueológico que rescate de la desidia estas joyas de nuestra identidad.

Si estos espacios estuvieran debidamente atendidos y vigilados, podrían suponer varios puestos de trabajo y una oferta turístico-cultural a nuestros visitantes de las cuales nos podamos sentir orgullosos y no sentir una rabia contenida, cuando visitamos otros lugares del planeta, de civilizaciones más antiguas y que son conservados en perfectas condiciones.

Nuestro suelo estaba poblado desde aproximadamente el primer milenio antes de Cristo, por dos razas la cromagnón y la mediterranoide, procedentes del norte de África. Desde esos inicios y hasta mediados el siglo XIV, fechas por las que se registran las primeras presencias europeas, la población aborigen vivió algo más de dos milenios totalmente aislada y desconocida para las civilizaciones del viejo mundo.

A partir de ahí, la destrucción del Patrimonio Arqueológico y con él las señas de identidad de la población aborigen, ha sido una constante en el tiempo por acción del pillaje, las pretensiones de conquista, los saqueos y últimamente, desde el 29 de abril de 1483, por la connivencia del gobierno de España y las autoridades regionales, insulares y municipales. Lo cierto es que poco o casi nada podemos referir de la sociedad prehispánica que habitó nuestro suelo hace tan sólo 528 años… ¿Siempre interesó que fuera así?... hermosa y eficaz labor la de “los conquistadores”.

Hoy visitamos los túmulos de Montaña de Las Huesas y, vemos con gran dolor el abandono en el que se encuentran, utilizados en un tiempo, como casi todos los existentes en nuestro municipio, como corral de cabras, una de las cuevas ocupada por un indigente con toda clase de trastos y el entorno adornado con una gran proliferación de basuras y escombros.

El corte que ofrece el terreno en el lado naciente de estas cuevas excavadas, denuncia a todas luces que allí debieron existir otras tantas cuevas, pero que fueron destruidas para ampliar la superficie del terreno que se encuentra frente a las mismas, al igual que varias fosas excavadas en la parte superior de las cuevas, que a modo de sepulturas se mantienen a cielo abierto, totalmente descuidadas y en el abandono del desinterés.

Observamos que estas cuevas se encuentran orientadas al Sureste, en alineación con la necrópolis de Tufia, como sucede con otras tantas y que se nos antojan trazas de una cultura funeraria prehispánica, hoy desgraciadamente destruida.

Efemérides

Sucedió que un día tal como hoy, hace ahora mismo 336 años, es decir el 12 de julio de 1679, Inglaterra se pone a la cabeza de la protección de las libertades individuales al aprobar el Parlamento el "Habeas Corpus Act", mediante el cual, cualquier persona privada de libertad, podrá dirigirse a un juez para que, o bien sea puesta en libertad, o bien para que los acusadores prueben que hay razones suficientes para el arresto. Aunque el hábeas corpus como acción o remedio en la forma y desarrollo con que existe hoy como institución no existió en Roma, las palabras latinas con que se le denomina, denotan que su origen proviene del Derecho Romano. En la época de los Pretores y con el nombre de «Interdicto» ya era designado en las Pandectas bajo el título de “Homine libero exhibendo”.

La palabra persona libre incluía a cualquier niño o adulto, hombre o mujer, sea uno o sean varios, que eran “sui juris”, deduciéndose de aquí que este remedio era para devolver la condición de persona libre a aquella a quien se hubiese intentado convertir en esclavo sin motivos legales; es decir, que con este interdicto ya se devolvía la libertad a aquellos a quienes se les privaba de ella con una esclavitud ilegal. El hábeas corpus, en el derecho comparado, tutela dos derechos fundamentales: la libertad individual relativa a su libertad de movimiento y, por tanto, a no ser objeto de detenciones arbitrarias, y el derecho a la integridad personal, a no ser objeto de daños en su persona, como lesiones, tortura o muerte. En ese sentido, tiene como propósito el reponer las cosas al estado anterior a la privación, perturbación o amenaza de dichos derechos.

También sucedió un día tal como el de hoy, hace ahora mismo tan solo 204 años, es decir el 12 de Julio de 1811, día en el que el que se dicta un Real Decreto mediante el cual se habilita un puerto en cada una de las islas, menos en Tenerife que ya tenía el suyo desde hacía varios años. Con esta medida se trataba de favorecer la exportación de los productos del agro canario hacia Europa y América, al objeto de relanzar la economía del Archipiélago. Este decreto fue gestionado por nuestro diputado Pedro Gordillo Ramos, ante las Cortes de Cádiz. La esperanza por salir de la drástica situación ruinosa de la economía fue celebrada ampliamente en todas las islas menos en Tenerife.

Este Real Decreto concedía a Gran Canaria el Puerto de La Luz, a la isla de La Palma el de Santa Cruz, a Lanzarote el de Arrecife, a la isla de La Gomera el de la Villa y a la isla de El Hierro el del Golfo. Con esta medida Tenerife perdía el monopolio de su único puerto y la población tinerfeña arengada por los políticos de entonces, se manifestó abiertamente contra tal decisión, iniciándose por parte de los políticos una presión desmedida que conllevó la anulación del Real Decreto seis años más tarde y la paralización de todas las gestiones y obras emprendidas al efecto, con lo cual se ocasionó un grave perjuicio a la economía del resto del Archipiélago, de forma irracional y maliciosa. Una vez más, históricamente el comportamiento agresivo y egoísta de unos pocos, va contra los intereses de la mayoría.

Contemplando este amanecer desde la Urbanización Industrial de El Goro, viendo cómo se recortan las sombras de la Punta de Silva en el horizonte, pensamos en las circunstancias que se dan históricamente en la vida de los genios de las artes, los cuales al parecer para recibir el reconocimiento de su valía, han de vivir una vida llena de penurias y contrariedades, sin reconocimiento alguno por parte de la sociedad en la que viven y solo después de que les llega la muerte, es cuando aquella le inviste de honores hasta el punto de endiosarlos.

Nos complace de alguna forma saber que, los pintores, escultores, escritores y todas las celebridades en general, disfrutan plenamente la esencia del arte que practican y tal vez ese reconocimiento social, es algo que no les importa tanto como contemplar la realización de sus obras, de ese fruto de su propia creación.

Consideración aparte, merece el abandono sistemático por parte de las autoridades municipales, insulares o nacionales, en relación con los yacimientos arqueológicos que son testimonios de una historia cuasi reciente, de tan solo seis siglos, que se pierden en los anales del anonimato por la desidia, la connivencia y la dejación de aquellos que están obligados a todo lo contrario, aunque el coste de las mismas sea a cargo del propio pueblo en defensa de sus señas de identidad.

Pero cuando se trata de considerar a los dirigentes o administradores de lo público, se puede esperar cualquier burrada precisamente por causa de la incultura de la cual están investidos. Amén de la determinación ría y llana de que al no ser una inversión económicamente rentable, no es tampoco merecedora de ser considerada, cual es el caso de Cuatro Puertas, Tara, Tufia o los túmulos funerarios de Montaña de Las Huesas. Recientemente hemos leído en la prensa la maravillosa decisión de cierto concejalillo de mandar tapiar los accesos de La Noria de Jinámar, no se puede ser más nefasto en el quehacer por el cual cobra del propio pueblo.

Referirnos a el “Habeas Corpus”, es lo mismo que referirnos a una utopía, ya que, los decálogos del mismo son precisamente incumplidos soberanamente por aquellos que firmaron y juraron defenderlos. Son los dirigentes de esos países más modernos y desarrollados los que cometen impunemente barbaries de torturas, genocidios o venta de armas, negando todo lo contrario como puede ser la mediación o la lucha contra las enfermedades o el hambre en aquellos países subdesarrollados del mal llamado “Tercer Mundo”.

Hasta hace bien poco hemos tenido documentales en televisión de casos flagrantes como los de las torturas en Guantánamo, los disturbios por el asesinato de un joven de color a manos de un policía norteamericano o los casos de genocidio en Chechenia y otros países del Este, que se cometen ante la pasividad de quienes podrían intervenir para evitarlos y dejar de venderles armas para fomentarlos. Y es que el ser humano, no nos cansamos de repetirlo, es el peor de los animales, ya que, es capaz de pensar cómo hacer el mayor daño posible a sus semejantes.

Ya por último analizar el histórico empecinamiento de los vecinitos de enfrente por evitar la evolución socio-económica del resto de las islas del Archipiélago Canaria, raya lo incomprensible, aunque más incomprensible nos parece la imparcialidad de los dirigentes nacionales en las distintas épocas para favorecer el pleito insular, dando en demasía a unos para restar a otros. Pasó con los puertos en los inicios del siglo XIX, más tarde con la falta de colaboración de la autoridad sanitaria con el Lazareto de Gando a finales del mismo siglo y un sinfín de casos irracionalmente acontecidos.

No es que tengamos apego a ninguna ideología separatista o revanchista al respecto, sólo pretendemos y creemos que es justo que cada uno tenga lo que real y equitativamente le corresponde. Nos tocó vivir en su momento la lucha por conseguir la creación de una Universidad en Las Palmas de Gran Canaria y con aquel famoso…”Ahora sí” se consiguió, gracias a lo cual miles de jóvenes isleños han podido cursar estudios universitarios, cosa que al parecer les hacía daño a ellos.

Recientemente hemos visto en la televisión el debate presentado por el Presidente del Cabildo de Gran Canaria Sr. Bravo de Laguna y la desproporción de las subvenciones y otros tantos medios que pudieran fomentar el turismo en nuestra isla, así como, en otras del archipiélago, frente a las decisiones del Gobierno Autónomo que solo mira para Tenerife, desde donde se vende al turista en el extranjero mentiras de tal calibre como que las dunas de Maspalomas están en la isla chicharrera. Y es que ni mandándolos a encargar nos hubieran salido tan egoístas y caras duras.

Nos echamos la gena a la espalda, guardando en ella las cosas positivas que esgrimimos hoy y, con rumbo al Naciente nos dirigimos a la Urbanización Industrial de Salinetas, donde visitaremos la calle Músico, con el fin de conocer algo más del lugar de su ubicación y poder saber algo más de esta virtuosa profesión, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.

Sansofé.

Relación de los pies de fotos de la galería de imágenes

01.- Calle Murillo - inicio (Foto Luis A. López Sosa)

02.- Murillo (Foto Multimedia).

03.- Obra de Murillo (Foto Multimedia).

04.- Túmulos de Montaña de Las Huesas (Foto Luis A. López Sosa)

05.- Historia real del incumplimiento del Habeas Corpus (Foto Multimedia).

06.- Tortura de presos en Guantánamo por parte de los Estados Unidos (Foto multimedia)

07.- Pedro J. Gordillo Ramos (Foto Multimedia).

08.- Puerto de Santa Cruz de Tenerife (Foto Multimedia).

09.- Calle Murillo – final (Foto Luis A. López Sosa)

10.- Vista aérea del sector (Foto TA).