Lomo Sala se asoma a la montaña

Nos hemos ido hoy de paseo por la zona de medianías, concretamente a la Urbanización Lomo Sala, donde buscamos la calle Montaña. Encontramos su inicio en la calle Grande, desde donde parte con orientación Poniente-Naciente y, tras recorrer unos 250 metros aproximadamente, finaliza desembocando en la calle Curva.

Tiene lindando al Norte la calle Calma y al Sur lo hace con el Camino a Lomo Sala y Las Capellanías.

Esta nominación se encuentra por primera vez en documentos censales fechados con referencia al 31 de diciembre de 1975, aunque no podemos precisar con exactitud la fecha de aprobación, por carecer de documentación al respecto.

Lo cierto es que desde entonces, ha pasado a formar parte del Callejero del distrito 4º, sección 3ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.

Sinopsis de la nominación

Una montaña es una eminencia topográfica (elevación natural de terreno) superior a 700 metros respecto a su base. Las montañas se agrupan, a excepción de los volcanes, en cordilleras o sierras.

Las montañas cubren 53% de Asia, 58% de América, 25% de Europa, 17 % de Australia y 3% de África. En total, un 24% de la litosfera constituye masa montañosa. Un 10% de la población mundial habita en regiones montañosas. Todos los ríos mayores nacen en áreas montañosas y más de la mitad de la humanidad depende del agua de las montañas. El Aconcagua, en los Andes, es con 6.960,8 msnm, el punto más alto de la tierra fuera del sistema de los Himalayas.

El origen de las montañas está en fuerzas endógenas (orogénesis: oro = «montaña», génesis = «origen»), posteriormente modificadas por factores exógenos, como la erosión. Las orogénesis que han dejado más huellas en el relieve y en la configuración actual de los continentes derivan del plegamiento herciniano, en la Era Primaria, y del plegamiento alpino, en la Era Terciaria. En la Era Cuaternaria las glaciaciones han erosionado las cadenas montañosas, dando lugar a muchos de los paisajes montañosos característicos. Un ejemplo de formación montañosa terciaria es la Cordillera de los Andes.

En la historia de la Tierra ha habido al menos tres períodos de formación de montañas:

Caledoniano, cuyos relieves montañosos se formaron hace 400 millones de años, como sucede en Escocia (cuyo nombre latino era el de Caledonia), cuyo pico más elevado es el Ben Nevis.

Herciniano, con relieves que se formaron hace 270 millones de años, como por ejemplo, los Urales (con el pico Narodnaya, de 1 873 msnm), entre Europa y Asia, y los Apalaches (con el Monte Mitchell, de 2 025 msnm), en Norteamérica.

Alpino, con relieves montañosos elevados formando largas cordilleras, volcánicas o no, que se formaron hace unos 35 millones de años, como sucede en los Alpes, en Europa, y el Himalaya, en Asia. Son los relieves más jóvenes y muchos de ellos todavía se están levantando, resultando además que la erosión ha actuado sobre ellos durante menos tiempo, por lo que las montañas alpinas presentan las mayores alturas del relieve terrestre. Ejemplos representativos de este tipo de montañas son el Mont Blanc, de 4 810 msnm, y el Everest, de 8 848 msnm.

El Día Internacional de las Montañas es el 11 de diciembre.

Hay montañas de estilos tectónicos, de plegamientos y fallas mixtas germánicas, jurásicas y alpinas.

Fruto de las distintas orogénesis podemos encontrar montañas plegadas o producto de una falla o fractura; e incluso plegado-fracturadas. También la hay de origen volcánico, como sucede con el Teide, en Tenerife.

Según su altura las montañas se pueden dividir en colinas, montañas medias, y montañas altas. Por la forma en que se agrupan podemos encontrar cordilleras, unidas en sentido longitudinal, y macizos, agrupadas en forma más circular o compacta.

El mayor sistema de montañas volcánicas en el mundo es el Cinturón de Fuego del Pacífico, con 48 000 km; el segundo es el llamado Alpino-Himalayo.

Según la Geología hay montañas de forma alpina. Desde el momento que nace una montaña, la erosión empieza a desgastarla. Cuanto más antigua es una montaña, tanto más baja y redonda será su silueta.

Otras características fundamentales para considerar un terreno montañoso son el clima y la vegetación, los cuales varían en la medida que se gana altitud.

En nuestro caso de hoy, la nominación hace alegoría a la altitud en la que se encuentra enclavado el vial dentro de la propia urbanización de Lomo Sala, desde donde se observa una hermosa panorámica desde la zona de medianías hasta la costa y los diferentes barrios que encuentra nuestra vista a su paso.

Toponimia del lugar

La toponimia Lomo Sala, cumple la dualidad de toponimia y antroponimia. La primera se refiere a la orografía del terreno, un lomo que se encuentra entre el Barranquillo de Catela y el Barranco de Las Medianías, al norte y sur, respectivamente.

La segunda nos habla posiblemente del apellido Sala”, de quien fuera uno de los primeros propietarios de los terrenos que ocupan esta zona en el lomo.

Tras los repartimientos de tierras y aguas por parte de Pedro de Vera, después de acabar la conquista de la isla, tal como se establecía en las datas, sus beneficiarios se tuvieron que dedicar a la rocha de los terrenos y a la constitución de las heredades de aguas para la distribución de las mismas, junto a todo ello se abre una red viaria formada por caminos y veredas, que posibilitan no solo el acceso a las diferentes propiedades, si no el traslado de las cosechas futuras de los terrenos.

Es por esta época cuando surgen un sinfín de antroponimias que van ligadas a las toponimias, como el caso que nos ocupa, por ejemplo Valle de los Nueve, Lomo de Magullo, Carrión, Lomo de Bristol, etc.

A principios del siglo XVI, la mayor parte de los terrenos rochados del municipio, en las zonas de medianías a costa, son dedicados al monocultivo de la caña de azúcar, que mediante los ingenios, fomenta la comercialización del azúcar y los aguardientes, suponiendo el motor económico de la población teldense hasta el último tercio de este siglo, en el que dicho comercio pierde valor al cultivarse en mejores tierras y con agua en las islas antillanas.

Luego viene el ciclo del cultivo de la vid que se mantendrá hasta la  segunda década del siglo XVIII, que por mor de las reiteradas plagas del “cigarrón berberísco”, los campos llegan a la ruina total. Se inicia otro ciclo de cultivos, que en este caso es el del nopal para la cría de la cochinilla y la obtención de los tintes naturales, pero este cultivo fracasa en la mitad del siglo XIX, por la obtención de los tintes en los laboratorios.

Es por esta época cuando se produce la dispersión de la población desde el núcleo central del Casco Urbano a las zonas de extrarradio, dando origen a unos primeros asentamientos en zonas de medianías y costa, que durante cerca de medio siglo viven de una agricultura donde se cosechan habas, lentejas, chícharos, arbejas, trigo, cebada y frutales como el olivo, almendros, unas pocas parras, nogales y castaños.

A finales del siglo XIX se inician los ciclos del cultivo de la platanera y el tomatero, las primeras en los terrenos de regadío más próximos al Casco Urbano y dotados de una infraestructura hidráulica consolidada y los otros en los terrenos de secano, como es casi toda la zona de medianías, el lugar que hoy visitamos.

Hoy vemos unos pocos cultivos de millo, cereales y hortalizas, así como un sinfín de terrenos baldíos, en los cuales se adivinan por los surcos medio derruidos, fueran plantaciones de tomateros hasta la década de 1960, en la que se inicia el declive de los mismos al perderse el mercado europeo para los productos del agro canario. El resto de los terrenos fueron ocupándose con la ampliación de aquellos primeros asentamientos, pero la urbanización Lomo de Sala, se inicia en la mitad de la década de 1960, siendo inicialmente y, durante casi de una década, de ámbito particular, restringiéndose el acceso a la misma de los ciudadanos en general, hasta que posteriormente se normaliza la situación y llega a la condición actual.

Efemérides

Hoy se cumplen precisamente 423 años, de aquel 14 de junio de 1592, día en el que llega a Canarias un grupo de monjas procedentes del convento de Santa María de las Dueñas, de Sevilla, a fin de ingresar en clausura junto a otro grupo de monjas canarias. Así se formaría la orden de San Bernardo, que se instalaron en el convento recién inaugurado, el cual se encontraba junto a la ermita de la Concepción, en el Terrero. El monje benedictino Pedro Basilio Peñalosa, había solicitado el oportuno permiso al obispo de Canarias, Fernando Suárez Figueroa. Años antes un grupo de mujeres canarias habían decidido encerrarse en casas humildes para vivir intensamente la vida religiosa.

Siete años más tarde, es decir en el año 1599, los piratas holandeses al mando de Van der Doez, atacan la ciudad y reducen el convento a cenizas, así como otros muchos edificios civiles y religiosos. El convento posteriormente fue reedificado sobre unas casas situadas frente al también convento de Santa Clara, dando a partir de ahí todo el nombre de San Bernardo a la zona de su ubicación. La nueva edificación corrió a cargo del maestro Oliva y, una vez finalizada el convento experimentó un gran aumento de internas que elevó a más de cien las monjas de clausura con su clásico velo negro. La demolición definitiva de este edificio tuvo lugar durante la revolución de 1868.

Un día tal como hoy hace ahora mismo 226 años, es decir el 14 de junio de 1789, el Capitán William Bligh y 17 marinos expulsados del buque británico Bounty, alcanzan las costas de Timor tras navegar 3.600 millas a bordo de una pequeña chalupa. Sorprendentemente, sólo uno de los 18 hombres ha muerto durante el viaje al ser atacado por los nativos de una isla donde habían desembarcado a recoger víveres y agua potable. Bligh será recogido por un barco británico que lo devolverá a Inglaterra, donde en marzo de 1790 se enfrentará a un consejo de guerra del que saldrá absuelto.  William Bligh, nació en Bodmin, Inglaterra, el día 9 de septiembre de 1754 y falleció en Londres, el día 7 de diciembre de 1817.

A pesar de ser mayoría, ninguno de los leales pareció oponer una lucha importante una vez que vieron que Bligh había sido apresado y el buque se tomó sin derramamiento de sangre. Los amotinados proporcionaron a Bligh y a los dieciocho tripulantes leales un bote de 23 pies (7 m) (tan cargado que la borda sólo estaba unos pocos centímetros por encima del agua), con cuatro sables y alimentos y agua para unos días para alcanzar los puertos más accesibles, un sextante y un cronómetro, pero ningún mapa o brújula. El bote no podía llevar a todos los leales y cuatro de ellos permanecieron detenidos en los HMS Bounty por los amotinados por sus habilidades útiles y fueron liberados más tarde en Tahiti. 

Siempre hay circunstancias y hechos, que te llegan con más o menos intensidad a marcar aspectos de mayor o menor consideración, sobre lugares o personajes de los que tomas conocimiento.

Recuerdo cuando en un viaje a Mendoza (Argentina), estuvimos en el Parque Natural del Aconcagua, la enorme impresión que me causó contemplar la solemnidad de aquella montaña, me imaginé como pudo ser su formación miles de años antes y como debido a mi salud, se impuso el hecho de quedarme en la primera estación y tener que contemplarla a una distancia de casi cuatro kilómetros. La presión de la altura, me ahogaba por momentos.

Así y todo, me cautivó sus grandes dimensiones, la cumbre nevada, mientras que en la estación donde descansaba hacía un calor sofocante, tanto que una tropilla de caballos salvajes se acercó a beber a una laguna que había a tan solo unos 50 metros de donde nos encontrábamos. Me cautivó la imagen del paisaje y el entorno de vida que allí se respiraba, fue un total disfrute.

Recordamos también el desconocimiento que siempre tuvimos sobre la persona de Pamochamoso y la enorme importancia que tuvo en la defensa de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, en el ataque de los piratas holandeses dirigidos por Van der Doez y la severa derrota que les infringió en la Batalla de El Batán, tierra adentro, donde esperó el contra ataque valiéndose de los abrupto del terreno, el arrojo y la bravura de los isleños que componían aquellas milicias.

La muerte de Alonso Alvarado en la defensa inicial de la ciudad y luego la de Pamochamoso en la Batalla de El Batán, son dos tristes hechos que desconocía totalmente y que me causaron un gran impresión al conocerlos, sintiendo cierta vergüenza por mi ignorancia o incultura al respecto. Era una época en la que las defensas de las islas se componía de unos pocos militares y el resto corría a cargo de los milicianos que al toque de arrebato de las campanas acudían a la lucha de inmediato, aquí jugaron un papel muy importante las milicias de Agüimes y la de Telde, destacadas por su bravura.

Recordamos haber visto de joven la película “Rebelión a bordo”, protagonizada por Marlon Brando en el papel de Fletcher Christian y un aún joven Trevor Howard en el papel del capitán William Bligh, en la fragata Bounty, una gran lucha de caracteres de ambos artistas y como me enteré mucho más tarde de los caprichos de Marlon Brando, creando muchos problemas que asolaron a esta producción, empezando por el guion de la misma.

Un primer borrador fue rechazado por Brando, el cual no quería que la película  fuera una simple copia de la versión realizada en 1935 con el mismo título, dirigida por Frank LLoyd  y protagonizada por Clark Gable y Charles Laughton, basada en la misma historia, la cual fue un tremendo éxito de crítica y público.  Los cambios llevados a cabo en el guion llevaron varios meses, de tal forma que con el equipo de rodaje ya establecido en Tahití no existía aún un guion definitivo. Terminó por cambiar al director de la película y la enemistad con Trevor Howard, trascendió posteriormente fuera de los estudios, principalmente por el romance que sostuvo Brando con Tarita, la protagonista femenina de la película, con la que terminaría casándose posteriormente.

Aquí concluimos nuestro paseo de hoy, guardamos en nuestra gena todo aquello que nos pueda servir para bien y, emprendemos una nueva caminata con rumbo hacia el Naciente, nos vamos al barrio de San Francisco, donde visitaremos la calle Montañeta de San Francisco, con el objeto de saber algo más sobre el lugar de ubicación de este vial y sobre esta toponimia, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.

Sansofé.