Paseamos hoy por el barrio de San Gregorio, o Los Llanos si ustedes quieren, concretamente a la zona del La Barranquera, donde vamos en busca de la calle Miguel de Unamuno, encontrando su inicio en la calle Ataulfo Argenta, desde donde con orientación Norte-Sur y, tras recorrer unos 90 metros aproximadamente, va a finalizar a la calle Valle Inclán.
Al Poniente linda con la calle Doctor Melián, mientas que al Naciente lo hace con la calle Bentejui.
Esta nominación aparece por primera vez en documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1975 y desde entonces, ha pasado a formar parte del callejero correspondiente al Distrito II, Sección III, del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.
Sinopsis de la nominación:
Miguel de Unamuno y Jugo, nace en Bilbao, el día 29 de septiembre de 1864 y fallecería en Salamanca, el día 31 de diciembre de 1936. Fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Fue, asimismo, diputado del Congreso de los Diputados de 1931 a 1933 por la circunscripción de Salamanca. Fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca tres veces; la primera vez en 1902 y la última, de 1931 hasta su destitución, el 22 de octubre de 1936, por orden del dictador Francisco Franco.
Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle, Herber Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca”, y poco después accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.
Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana y más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones filosóficas de Spencer, Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para resolver algunos aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea básica de entender al hombre como "ente de carne y hueso", y la vida como un fin en sí mismo se proyectaron en obras como “En torno al casticismo” (1895), “Mi religión y otros ensayos” (1910), “Soliloquios y conversaciones” (1911) o “Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos” (1913).
El siguiente paso fue la literaturización de su experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus obsesiones del hombre como individuo. "Hablo de mí porque es el hombre que tengo más cerca."
Su narrativa progresó desde sus novelas primerizas “Paz en la guerra” (1897), y “Amor y pedagogía” (1902) hasta la madura “La tía Tula” (1921). Pero entre ellas escribió Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), y sobre todo Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920), libro que ha sido considerado por algunos críticos como autobiográfico, si bien no tiene que ver con hechos de su vida, sino con su biografía espiritual y su visión esencial de la realidad: con la afirmación de su identidad individual y la búsqueda de los elementos vinculantes que fundamentan las relaciones humanas.
En ese sentido, sus personajes son problemáticos y víctimas del conflicto surgido de las fuertes tensiones entre sus pasiones, y los hábitos y costumbres sociales que regulan sus comportamientos y marcan las distancias entre la libertad y el destino, la imaginación y la conciencia.
Su producción poética comprende títulos como “Poesía” (1907), “Rosario de sonetos líricos” (1912), “El Cristo de Velázquez” (1920), “Rimas de dentro” (1923) y “Romancero del destierro” (1927), éste último fruto de su experiencia en la isla de Fuerteventura, adonde lo deportaron por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera. También cultivó el teatro: “Fedra” (1924), “Sombras de sueño” (1931), “El otro” (1932) y “Medea” (1933).
Sus poemas y sus obras teatrales abordaron los mismos temas de su narrativa: los dramas íntimos, amorosos, religiosos y políticos a través de personajes conflictivos y sensibles ante las formas evidentes de la realidad. Su obra y su vida estuvieron estrechamente relacionadas, de ahí las contradicciones y paradojas de quien Antonio Machado calificó de "donquijotesco".
Considerado como el escritor más culto de su generación, fue sobre todo un intelectual inconformista que hizo de la polémica una forma de búsqueda. Jubilado desde 1934, sus manifiestas antipatías por la República española llevaron dos años más tarde al gobierno rebelde de Burgos a nombrarlo nuevamente rector de la universidad de Salamanca, pero fue destituido a raíz de su pública ruptura con el fundador de la Legión. En 1962 se publicaron sus Obras completas y en 1994 se dio a conocer la novela inédita “Nuevo mundo”.
Toponimia del lugar:
La toponimia “San Gregorio”, data desde 1866, año en el que se finalizan las obras de construcción del templo neoclásico actual, que mediante proyecto del arquitecto Diego Nicolás Eduardo, se fue realizando paulatinamente durante casi 90 años. Una vez ultimada la construcción del templo, se adopta como patrono del mismo a San Gregorio Taumaturgo, bajo cuya advocación se pone éste.
El templo de Los Llanos, ocupa el mismo solar que anteriormente ocupara la ermita que mandara construir Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, tras finalizar la conquista de la isla en los inicios del siglo XVI. Más tarde en la segunda década del siglo XVII se ha de reconstruir la misma por ofrecer amenaza de ruina, ampliándose la capacidad de la primera, pero ambas orientadas de Norte a Sur. Estas ermitas estuvieron bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Con el cambio de la toponimia de “San Gregorio”, empieza a caer en desuso la de “Los Llanos”, que fue el primer nombre que tomó el barrio de “arriba” o “Los Llanos de Jaraquemada”, por tener allí tierras y un ingenio de moler caña de azúcar Gonzalo de Jaraquemada, quien lo adquirió a Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela.
Esta zona del casco urbano era conocida como La Barranquera o Arauz, dos toponimias que se juntan sin delimitación física alguna.
La primera era debido a que las aguas de lluvia que descendían de la zona de Ejido, formaban una pequeña mareta con corriente hacia la finca de Arauz, era un pequeño barranco o barranquera, la cual tomaba proporciones respetables junto a la fábrica de baldosines hidráulicos y fibrocemento de los “Hermanos Ortega Moreno”, existente en la calle Doctor Melián, a la altura de donde hoy se ubica la Rotonda de La Maternidad.
La toponimia Arauz viene del nombre del propietario de la gran finca allí existente a finales del siglo XVIII, el escribano Don Juan Arao o Arauz. Esa finca luego fue vendida a diversos agricultores que se convirtieron en nuevos propietarios hasta que a los herederos de éstos, se les expropia gran parte de las mismas para la construcción de la Autovía de Circunvalación.
El resto de los terrenos a ambos lados del vial están unos urbanizados y otros siguen figurando como rústicos, aunque sin que se realice explotación agrícola de ningún tipo.
La zona de La Barranquera en cambio, es objeto de apertura de unos seis nuevos viales y la expansión del Casco Urbano experimenta aquí un nuevo desarrollo desde hace una veintena de años.
Efemérides:
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 512 años, es decir el 10 de mayo de 1503, Cristóbal Colón descubre las Islas Caimán, a las que bautiza como las Islas Tortugas debido a la gran cantidad de ellas que moran en sus aguas. Por el abastecimiento de carne que estos reptiles proporcionan son incluidas en las rutas de navegación entre Europa y América. Las islas permanecerán deshabitadas durante siglo y medio hasta que sean ocupadas por Inglaterra en el transcurso de la guerra anglo-española de 1655-1660. Colón y sus hombres alcanzaron las costas de la Isla, navegando en sentido de oeste-este, pasando por el estrecho que las separa de la Isla La Española. Las montañas de la zona norte de la Tortuga son tan inaccesibles que se la llama “Costa de Hierro”. Al sur, su puerto ofrece un excelente refugio.
Sucedió un día tal como hoy, aunque hace nada más que 172 años, es decir el 10 de mayo de 1843, que en la casa ubicada en la calle Cano de Las Palmas de Gran Canaria, nace Benito Pérez Galdós, el más pequeño de varios hermanos. A los 13 años comenzó a estudiar en el Colegio de San Agustín, donde puso de relieve sus dotes literarias y de dibujante. Después de revalidar sus estudios en Tenerife, con excelentes notas, cuando contaba la edad de 19 años, se traslada a Madrid para estudiar la carrera de Derecho, hospedándose en una pensión que estaba ubicada en la calle Las Fuentes, donde también se hospedaba Fernando de León y Castillo. A los siete meses se trasladó a vivir a un inmueble ubicado en la calle El Olivo, que hoy lleva el nombre de Mesonero Romanos, permaneciendo allí seis años.
Contemplando el paisaje de la Caldera de Tejeda, desde el Mirador o Balcón de Unamuno en el municipio de Artenara, vemos como entre estos dos grandes de la literatura española se produce una similitud de inquietudes intelectuales, las cuales les hacen luchar con las cuestiones éticas y las morales, como si ambas resultaran un medio de coartar o dirimir el alcance de sus percepciones, situación que les sitúa en el marco del inconformismo y la sanción político-social a su libertad de expresión.
Las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en el pensamiento, les hizo recurrir a la expresión literaria para soslayar la realidad que cada cual vivía.
Unamuno tal vez con una lucha interna de su espíritu religioso enfrentado a los desatinos republicanos y a la mordacidad de la dictadura gubernamental, le conducen por el camino hacia el destierro.
Galdós por el contrario, aunque no exento de la vigilancia de la censura y crítica oficial, elige el camino de la novela para plantear todas aquellas situaciones que se daban en la sociedad de aquel Madrid rancio, la hipocrecía tanto en la política como en el contexto del clero y, las grandes diferencias sociales entre los pudientes y los miserables. Sus obras sembraban ideas para luchar contra aquella sociedad decrépita con una literatura sencillamente fácil.
Todo lo positivo que podemos encontrar en esta crónica de hoy, dado que nos pertenece en exclusividad, lo guardamos en nuestra gena y nos la echamos a la espalda, cual vital tesoro, encaminamos nuestros pasos en busca de otra nueva calle y nos dirigimos con rumbo al Poniente, nos vamos al barrio de Cazadores, donde visitaremos la Milagro, a fin de conocer algo más del lugar de su ubicación y sobre este fenómeno contradictorio a la acción humana, pero eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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